Salud

Dime en qué trabajas y te diré qué riesgo tienes de perder la memoria a los 70 años

Un estudio de la revista 'Neurology' identifica qué probabilidades tiene una persona de sufrir deterioro cognitivo más adelante en la vida según su empleo

El tipo de trabajo o empleo influye en el riesgo de padecer síntomas de alzhéimer en la vejez
El tipo de trabajo o empleo influye en el riesgo de padecer síntomas de alzhéimer en la vejezFreepik

Que hay trabajos que puede impactar de forma negativa en tu salud no es un secreto. De lo que se tenía menos pruebas es de si algunos tipos de empleo puede proteger más la memoria que otros. ¿El esfuerzo mental que realizamos en el trabajo puede ayudarnos a evitar los signos de demencias demencia como el alzhéimer? Y, si es así, ¿quién tiene más probabilidades de padecer deterioro cognitivo, un repartidor de correo o un oficinista?

Esas fueron las principales preguntas que se planteó un equipo de científicos noruegos, cuya respuesta se publica hoy en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, que concentra a más de 40.000 profesionales de la neurociencia. Su trabajo prueba, por primera vez, que el tipo de profesión que desempeñamos impacta en la salud del cerebro.

Pero el estudio no solo afirma que cuanto más duro trabaje tu cerebro en el trabajo y cuánto mayor sea el esfuerzo cognitivo realizado, menos probabilidades tendrás de tener problemas de memoria y de pensamiento más adelante en la vida. También identifica qué trabajos o qué tipo de empleos tienen más probabilidades de ayudar a la memoria.

«Examinamos las exigencias de varios trabajos y descubrimos que la estimulación cognitiva en el trabajo durante diferentes etapas de la vida (en los 30, 40, 50 y 60 años) estaba relacionada con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve después de los 70 años», asegura la autora del estudio, la doctora Trine Holt Edwin, del Hospital Universitario de Oslo (Noruega).

Aunque la investigación no pruebe que los trabajos estimulantes para el cerebro prevengan el deterioro cognitivo leve, sí muestra una asociación. «Nuestros hallazgos ponen de relieve el valor de tener un trabajo que requiera un pensamiento más complejo [ejercitando más el cerebro] como forma de mantener posiblemente la memoria y el pensamiento en la vejez», añade.

El estudio analizó a 7.000 personas y 305 ocupaciones en Noruega. Para agrupar los trabajos, lo que hicieron los neurólogos fue medir el grado de estimulación cognitiva que experimentaban los participantes en su jornada laboral. Midieron las habilidades que exigen distintos empleos, como el grado de tareas manuales rutinarias, cognitivas rutinarias, analíticas no rutinarias e interpersonales no rutinarias.

Las tareas manuales rutinarias exigen velocidad, control del equipo y, a menudo, movimientos repetitivos, típicos del trabajo en una fábrica. Las tareas cognitivas rutinarias exigen precisión y exactitud en tareas repetitivas, como la contabilidad y el archivo.

Las tareas analíticas no rutinarias se refieren a actividades que implican el análisis de información, el pensamiento creativo y la interpretación de información para otros, como la comunicación, la enseñanza o el arte.

Las tareas interpersonales no rutinarias consisten en establecer y mantener relaciones personales, motivar a los demás y asesorar. Las tareas cognitivas no rutinarias incluyen las relaciones públicas y la programación informática.

Diferencia abismal entre profesores y carteros comerciales

Después de establecer estas «familias laborales», los investigadores dividieron a los participantes en cuatro grupos en función del grado de estimulación cognitiva que experimentaban en sus trabajos.

El trabajo más habitual para el grupo con mayores exigencias cognitivas era la enseñanza. Los trabajos más comunes para el grupo con las demandas cognitivas más bajas eran los de cartero y conserje.

Después de cumplir 70 años, los participantes completaron pruebas de memoria y pensamiento para evaluar si padecían deterioro cognitivo leve. El 42% de los participantes con menor exigencia cognitiva fueron diagnosticados de deterioro cognitivo leve. Por el contrario, solo el 27% de las personas con mayores exigencias cognitivas fueron diagnosticadas de deterioro cognitivo leve.

Tras ajustar por edad, sexo, educación, ingresos y factores de estilo de vida, el grupo con las menores demandas cognitivas en el trabajo tenía un riesgo un 66% mayor de sufrir deterioro cognitivo leve en comparación con el grupo con las mayores demandas cognitivas en el trabajo.

«Estos resultados indican que tanto la educación como la realización de un trabajo que suponga un reto para el cerebro durante la carrera desempeñan un papel crucial en la reducción del riesgo de deterioro cognitivo en etapas posteriores de la vida», afirma Edwin.

Pero, como es tradición en el mundo científico, insiste en la necesidad de seguir investigando para «determinar con precisión las tareas laborales específicas que suponen un reto cognitivo y que son más beneficiosas para mantener las habilidades de pensamiento y memoria».

Una de las limitaciones del estudio es que, incluso en puestos de trabajo idénticos, las personas pueden realizar tareas distintas y experimentar exigencias cognitivas diferentes. Te puede interesar: