Hora de aprovechar el potencial de la profesión farmacéutica en cada rincón del país

Hace tan solo unos días renovamos nuestro mandato al frente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España. Lo hicimos con el eco todavía presente del compromiso que adquirimos en las pasadas elecciones de guiar a la profesión farmacéutica hacia una profesión más asistencial, más social y más digital.

Es un cambio hacia una profesión farmacéutica más protagonista que nos estaba demandando la propia ciudadanía. Una transformación en la que hemos dado ya importantísimos pasos en estos tres últimos años.

En el ámbito asistencial y de salud pública, hemos podido comprobar que uno de cada cuatro pacientes que entra a una farmacia recibe ya servicios farmacéuticos que van más allá de la dispensación de medicamentos, como los de seguimiento farmacoterapéutico y los servicios personalizados de dosificación. Las farmacias comunitarias de nueve autonomías trabajan ya en detección de enfermedades ocultas como la diabetes, el VIH o el cáncer de colon; las de ocho comunidades tienen programas de cesación tabáquica y las de cinco autonomías trabajan con la llamada dispensación colaborativa entre farmacia hospitalaria y comunitaria para acercar la medicación a la población.

En lo social, hemos dado un paso firme para aprovechar el potencial de las farmacias comunitarias como radar de vulnerabilidades, ampliando nuestro compromiso para luchar contra la violencia de género y la soledad no deseada, y avanzando en el ámbito de la salud mental y determinantes sociales de salud.

En lo digital, la extensión de la receta electrónica privada y de la receta interoperable de las mutualidades se ha unido a las nuevas funciones de herramientas como Farmahelp y Cismed, que están ayudando a paliar las incidencias en el suministro de medicamentos y son capaces de resolver ya 7 de cada 10 problemas de abastecimiento.

Empezamos ahora un nuevo mandato al frente del Consejo General de Farmacéuticos con el camino ya trazado, pero también con ilusión renovada y con el compromiso moral de luchar por la equidad en la prestación farmacéutica y conseguir la extensión de estas experiencias de éxito a todo el territorio nacional, porque una farmacia más asistencial y más integrada en las tareas de salud pública será también una sanidad mejor para todos.