Salud
Linfoma: la biopsia líquida y la terapia CAR-T acorralan al cáncer de la sangre más común
Se trata del tumor de la sangre más frecuente y cada vez es más habitual en nuestro país
Miedo y desconocimiento se suman a partes iguales cuando llega el diagnóstico de un tumor de la sangre. En España, las previsiones para 2025 estiman 25.770 nuevos diagnósticos de cáncer hematológico, según los últimos datos publicados por Redecan, lo que sitúa a este grupo de enfermedades como el quinto tipo de cáncer más frecuente en nuestro país. De hecho, estos tumores representan el 10% de todos los diagnósticos de cáncer previstos para 2025, siendo los linfomas y el mieloma múltiple los líderes de esta incómoda lista, seguidos de las neoplasias mieloides. En concreto, en 2026 se diagnosticarán en España alrededor de 12.000 nuevos casos de linfoma, donde los tres más frecuentes serán el linfoma difuso de células B grandes, con 4.085 casos; el linfoma folicular, con 2.650; y el linfoma de Hodgkin, con 1.721.
Aunque las cifras suenan demoledoras, a las puertas del Día Mundial del Linfoma –que se celebra cada 15 de septiembre–, hay motivos para la esperanza. A pesar de que este tumor de la sangre es cada vez más frecuente, el pronóstico es halagüeño en un alto porcentaje de los pacientes, sobre todo cuando se detecta a tiempo.
Avances prometedores
Parte de la «culpa» de este optimismo reside en la investigación, con avances que alargan la supervivencia y mejoran notablemente la calidad de vida del paciente. «Cada vez cobra más fuerza el uso de nuevos esquemas de tratamientos libres de quimioterapia», avanza el doctor Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y miembro de la Fundación ECO.
Así lo ratifica el doctor Alejandro Martín, secretario del comité científico del Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea (Geltamo) de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), quien destaca como principal novedad de estos últimos meses la «incorporación de la terapia CAR-T a líneas más precoces de tratamiento, pues los estudios están mostrando más eficacia y más calidad de vida cuando se usa en primera línea ante el linfoma difuso de célula grande». Aunque la terapia CAR-T es el principal avance frente al linfoma y otros tumores de la sangre, «ya se abre camino otro tipo de inmunoterapia muy prometedora, que son los anticuerpos biespecíficos, que tienen la ventaja de que su disponibilidad es inmediata», afirma el doctor Martín, quien además es miembro de la Unidad de Linfomas del Hospital Clínico Universitario de Salamanca.
Otra importante novedad «es el uso de la biopsia líquida en Hematología, capaz de detectar ADN del tumor circulando en la sangre. En el caso del linfoma nos ayuda a discernir aquellos pacientes que responden mejor a los tratamientos y nos avanza mejores pronósticos, pues es más sensible que las pruebas de imagen PET-TAC», detalla el doctor Córdoba. Sin olvidar que «se está trabajando en diagnóstico genético, lo que podrá acelerar la toma de decisiones», augura el doctor Martín. Además, el doctor Córdoba también recuerda que en este último año se ha avanzado en los llamados «brazos sintéticos en los ensayos clínicos, es decir, vamos a usar la IA para generar un grupo de pacientes ficticios que se comporten como aquellos en la vida real que no reciban el nuevo tratamiento. Así todos nuestros pacientes podrán ser tratados con las terapias más punteras y podremos generar información de manera más rápida».
Retos por cumplir
Con todo ello, el pronóstico es positivo, pero también quedan retos por cumplir: «El cáncer de sangre ha vivido una auténtica revolución con las terapias celulares, pero aún estamos lejos de poder ofrecer soluciones a todos los pacientes», afirma el doctor Joaquín Martínez, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario 12 de Octubre y director científico de CRIS Contra el Cáncer.
En este sentido, el doctor Martín hace hincapié en que «existen terapias novedosas muy prometedoras, pero uno de los retos actuales es lograr que estas opciones se incorporen de forma rápida a la práctica clínica. Aquí tenemos acceso a ensayos, pero esto no es generalizado en todos los hospitales y lo ideal es que estas terapias que han demostrado beneficio se incorporaran al arsenal terapéutico lo antes posible». Por ello, el doctor Córdoba reconoce que «hay un optimismo contenido: hay muchos avances y mucha investigación. Estamos mejorando la calidad de vida y la tasa de supervivencia de los pacientes, pero estamos tardando mucho en que ese conocimiento llegue al paciente. Además, faltan iniciativas de financiación pública a nivel nacional que aceleren la investigación académica».
Una segunda vida gracias a la ciencia
►La investigación salva vidas y buena prueba de ello es Alfonso, quien recibió el mazazo del diagnóstico de un mieloma hace seis años, cuando tenía 49. «Fue un mazazo y el tratamiento tradicional falló. Mi única esperanza era confiar en la ciencia, por eso no dudé ni un momento en participar en un ensayo clínico con CAR-T en la Unidad CRIS de tumores hematológicos del Hospital 12 de Octubre de Madrid». Esa decisión le permitió tener una segunda oportunidad. «Animo a todos a que lo hagan. Es una manera de salvar la vida, pero también es una forma de aportar nuestro granito de arena a futuras mejoras. El tratamiento me ha permitido entrar en remisión y volver a tener una vida ‘‘normal’’. Esta enfermedad antes era incurable y ya no, por eso hace falta seguir invirtiendo en la investigación», reclama Alfonso.