Menopausia precoz: ¿es necesario hormonarse?

La edad habitual de llegada de la menopausia es alrededor de los 50 años. Cuando llega antes de los 40 años se denomina precoz y aparece en una de cada mil mujeres antes de los 30 años y en una por cada cien antes de los 40, según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.

«No siempre se manifiesta con ausencia completa de la menstruación, a veces aparece con irregularidades menstruales», explica la doctora Carmen Pingarrón Santofimia, jefa de equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, en Madrid.

«Por eso –prosigue–, es necesario hacer una comprobación de las cifras hormonales para confirmar que estamos antes una menopausia precoz».

El origen causal de la menopausia precoz no siempre está claro. De hecho, «la mayoría, entre el 50 y el 80% se atribuyen a causas idiopáticas, es decir, desconocidas», precisa la doctora Pingarrón.

Aunque la intensidad y cantidad de síntomas es muy variable de unas pacientes a otras, cuando la menopausia ocurre de «manera natural, suele ser más progresiva y tolerable», explica el doctor Balbino Povedano, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Córdoba.

Sin embargo, cuando es quirúrgica, como «consecuencia de la extirpación de los ovarios, el cese brusco de la actividad ovárica se acompaña de síntomas más intensos», detalla el doctor.

«También sabemos –prosigue– que puede haber causas infecciosas metabólicas genéticas y autoinmunes. De hecho, a medida que vamos progresando en los conocimientos en genética vamos atribuyendo más causas genéticas a menopausias que antes no podíamos explicar».

A su vez, «si la menarquia, o primera regla, aparece pronto, esa dotación fija de ovocitos se va a consumir antes y la menopausia puede aparecer de una forma más temprana. Pero no necesariamente tiene que aparecer una menopausia precoz», añade la doctora.

En todo caso, esta dotación es genética y por eso en circunstancias ambientales similares las mujeres entran en menopausia a edades diferentes. Entre los factores ambientales que pueden «acelerar la edad de inicio de la menopausia tenemos el tabaquismo (plomo, cadmio), ftalatos, pesticidas y dioxinas. Tratamientos médicos con quimio o radioterapia también pueden provocar una menopausia precoz», detalla el doctor.

Sea por el motivo que sea, la visita al sanitario es importante durante la menopausia, y más si cabe en caso de adelantarse, ya que «la ausencia de estrógenos está relacionada con múltiples patologías.

Si además este cese de estrógenos aparece antes de lo habitual, se iniciará un envejecimiento precoz en la mujer y comenzarán a manifestarse los signos y síntomas propios de la menopausia, como son sofocos e insomnio, atrofia vulvovaginal, osteoporosis y aumento del riesgo de fracturas, aumentos de peso, dolores articulares, envejecimiento cutáneo y caída del cabello, etcétera», dice la doctora.

Por eso es tan importante tomar tratamiento en caso de menopausia precoz. «La mujer realmente a esta edad debería estar funcionando con las hormonas que producen sus ovarios. Es una anomalía que estas hormonas estén ausentes y los ovarios ya no funcionen. Por tanto, es importante y prioritario que estas mujeres reciban un tratamiento hormonal adecuado», hace hincapié la doctora.

El doctor Povedano coincide con ella, ya que «el cese de la función ovárica y la consiguiente disminución de estrógenos y progesterona afectan a diferentes órganos. Aparecen síntomas como sofocos, insomnio, alteraciones del estado de ánimo, aumento de la grasa corporal, sequedad vaginal y de la piel, y disminución de la libido.

Otras consecuencias no son detectadas por las mujeres como la progresiva descalcificación ósea y consiguiente osteoporosis debido al efecto protector que las hormonas femeninas producen sobre la masa ósea.

Cuando la menopausia ocurre a edades tempranas, estos efectos perduran durante más años y las consecuencias sobre la salud pueden ser más importantes. Por ello, en caso de menopausia precoz es importante consultar con el especialista para valorar la administración de tratamiento».

En este caso, como explica el doctor, se recomienda establecer tratamiento hormonal (es decir la administración de estrógenos solos o combinados con progesterona) y mantenerlo hasta la edad de la menopausia natural, alrededor de los 50 años.

A las pacientes con esclerosis múltiple, melanoma maligno, porfiria, lupus, endometriosis, hipertensión arterial o enfermedad hepática se les recomiendan la estabilización previa de la enfermedad de base antes de establecer terapia hormonal sustitutiva.

Ahora bien, esta terapia «estaría contraindicada en enfermedad cerebrovascular, cáncer de mama o trombosis venosa profunda». En estos casos, así como en las mujeres que rechazan esta terapia, existen tratamientos alternativos: lubricantes vaginales o estrógenos vaginales para la sequedad vaginal y fitoestrogenos (soja), vitamina E, omega 3 y otros para sofocos y sudoración nocturna», describe el doctor Povedano.

Mitos a desterrar

►A continuación, algunos de los mitos que hay que desterrar, como que los anticonceptivos se acompañan de más riesgo de menopausia precoz.

Otro habitual es el de que todas las mujeres van a tener sofocos durante la menopausia. Es bastante frecuente, pero no siempre se tienen.

Y últimamente se está relacionando mucho la terapia hormonal sustitutiva (THS) con el cáncer de mama. «Puede incrementar algo el riesgo, que no es lo mismo que producirlo», explica el doctor. De hecho, un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Granada ha puesto de manifiesto que la THS para paliar los síntomas de la menopausia mejora la salud y la calidad de vida de las mujeres que siguen este tratamiento de forma prolongada en el tiempo.

Y es que un último mito es que solo se puede utilizar cinco años como máximo.