Afectados
El miedo a sufrir cáncer por culpa de los respiradores de Philips
El primer denunciante español se enteró por la Prensa del riesgo de los aparatos médicos, no por la empresa
Al menos dos años antes de que Mario empezase a utilizar el respirador DreamStation de Philips para la apnea del sueño, la compañía neerlandesa ya sabía que estos aparatos médicos estaban dañados. Era 2017-2018. Un año después, en 2019, Philips tuvo conocimiento de que podían causar cáncer y alteraciones del sistema endocrino y siguió sin ordenar que se retirasen todos los equipos.
Mario siguió usándola, de hecho lo hizo durante dos años, que fue cuando le cambiaron una pieza, y siguió utilizándola (se entiende que sin la espuma de poliuretano con 53 compuestos químicos potencialmente tóxicos con la que la compañía forró el interior de los aparatos médicos para amortiguar el ruido) hasta octubre de 2023, cuando por azares de la vida, cambió de domicilio y le dieron otra máquina.
Mario es el único paciente demandante por parte de España de la reclamación recientemente interpuesta por una coalición internacional de abogados ante el Tribunal Civil de Milán. El único de momento, ya que una vez que el juez acepte la demanda, la idea es abrir la causa para que el resto de pacientes puedan adherirse a ella.
En su caso, no tiene, al menos no de momento y ojalá nunca, ninguna enfermedad asociada a su uso, pero sí el miedo lógico, y que tendríamos todos, de desarrollar cáncer o cualquier otra patología. De ahí, que su abogado Carlos Villacorta, socio-director de BCVLex Madrid, pida al menos 70.000 euros por afectado por el estrés emocional de no saber qué le pasará e indemnizaciones mayores para los que hayan sufrido daños por las máquinas defectuosas.
«Me da miedo, a ver si por quitarme una patología que tengo que no es necesariamente mortal puedo acabar teniendo otras enfermedades por haber inhalado sustancias tóxicas. No tiene por qué ser cáncer, puede ser cualquier otra enfermedad» del aparato respiratorio o que derive de una alteración del sistema endocrino, explica.
De ahí la intranquilidad y el nerviosismo de Mario, nombre ficticio. Pide que, «al menos de momento», no se le reconozca. «En un futuro no digo que no, pero hoy por hoy prefiero que no para no generar intranquilidad entre mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo. Me preguntarían si estoy bien y no quiero generar esa preocupación ni añadirme más estrés, la verdad».
Pese a que todavía no tiene 50 años, sufre de apnea del sueño. «Me lo diagnosticaron en 2017. No dormía bien, pero no lo percibía hasta que mi pareja me dijo que no solo roncaba, sino que me quedaba sin respirar varias veces durante la noche», relata.
Tras acudir al neumólogo, le hicieron una prueba de sueño y no había duda. «Dejaba de respirar un montón de veces cada hora. Es decir, que mi cuerpo dejaba de bombear oxígeno al cerebro adecuadamente», explica. Por este motivo su médico le prescribió un respirador de presión positiva continua en la vía respiratoria.
Al principio le costó acostumbrarse, «Tenía que dormir con mascarilla, oía el ruido de la respiración más concentrada con la mascarilla..., pero al final te acabas acostumbrando porque es como un ruido blanco acompasado con tu respiración».
Intranquilidad
Un día «leyendo en internet vi un artículo» en el que se explicaba que ciertos respiradores y ventiladores de Philips, como el que él usaba por aquel entonces, podía dar problemas, eran potencialmente tóxicos. «Llamé y pregunté a la empresa a la que la Seguridad Social tiene externalizado el servicio de los aparatos, en este caso, Oximesa, y me dijeron que ellos en principio no tenían noticia de que hubiera que preocuparse por nada, pero que lo revisarían», recuerda.
Preguntado sobre si Philips se puso en contacto con él, asegura que «no me han mandando ningún email explicándome la situación. Tan solo Oximesa me dijo por teléfono que tenía que llevar el aparato para cambiar un componente».
La verdad es que leer las noticias que han ido saliendo en Prensa, sobre todo en EE UU, «me genera mucha intranquilidad y nerviosismo. Si hasta miré para comprarme otra máquina, porque no me la cambiaban, pero es que cuestan casi 2.000 euros...».
De modo que Mario siguió usando el respirador de Philips hasta octubre de 2023. «El año pasado, al cambiar de domicilio, me dijeron que en mi nuevo distrito operaba otra empresa diferente, y que tenía que cambiar de máquina. Lo que no me esperaba es que me iban a dar un aparato de otra marca, esta vez de Resmed», dice todavía sonriente.
Respecto a cuánto tiempo ha estado usando el respirador de Philips, lo desconoce. «No recuerdo exactamente la fecha, pero me dieron la máquina de préstamo de la Seguridad Social entre 2017 y 2018. He pedido mi historial para saber cuánto tiempo he estado usando el aparato, pero de momento no me han contestado».
En todo caso entre 2017-2018 y octubre de 2023: seis o siete años, y es que aunque le cambiaron una parte, se entiende que la goma afectada, no se fía, porque «piensas que al tratarse de un aparato médico debe estar testado todo al 100%», y, en cambio, «has sido capaces de poner en el mercado un aparato con una goma con 53 tipos de componentes tóxicos... Así que a saber cómo estaba cuando me lo devolvieron».
Unas dudas lógicas y es que «la intranquilidad no se te quita porque cambien una parte, porque piensas que quizá no han testado bien todo. Es cierto, que estás un poco más tranquilo, pero no del todo, porque luego entras en la página de Philips y lees los estudios que han hecho y no son nada tranquilizadores. Dicen que no está demostrado que produzca un riesgo alto de cáncer, pero vamos si aumenta 0,5 el riesgo de cáncer no se debería permitir en un aparato médico. No me parece comprensible cómo ha podido pasar algo así... No deberían fallar los controles en esto», incide.
"Tras lo ocurrido, no vuelvo a comprar nada de Philips, ni una batidora"
Por cierto, que Mario se compró una máquina de viaje para su apnea y no, no eligió Philips. «No me he vuelto a comprar nada de esta marca. Me compré un respirador de viaje porque viajo bastante y eso no lo cubre la Seguridad Social y evidentemente descarté la de Philips y sé que tienen un modelo de viaje. Y no solo descarto esta marca para cosas médicas, porque si en lo más importante esta compañía es capaz de fallar estrepitosamente no quiero ni una batidora si puedo evitarlo».
Además, también «falta de información por parte de Philips y echo de menos unas disculpas, una carta a los usuarios. Tengo un coche de la marca Subaru y al poco de comprarlo recibí una carta porque había que cambiar una pieza. Estos, en cambio, nada de nada».
«He estado expuesto a un riesgo con el que no contaba. Lo he pasado mal. Es añadir una carga en tu día a día. Y me parece muy negligente la falta de información. Hablamos de la salud. Ellos saben quién tiene las máquinas defectuosas por el número de barras y ni por esas han intentado ponerse en contacto» ni mucho menos actuar antes, retirando las máquinas a la primera sospecha de su potencial efecto cancerígeno y capacidad de alterar el sistema endocrino de los usuarios.
«Cuando me dijeron que con cambiar el componente se quedaba todo solucionado y que no me preocupara, me quedé más tranquilo pero con la mosca tras la oreja. Y después he visto por información nueva que ha ido saliendo que por el hecho de haber respirado un solo día te puedes haber metido cualquier sustancia tóxica».
Evitar que vuelva a suceder
Ante esta situación, Mario reclama por ese estrés emocional y «en previsión, por si me pasara algo. No haber desarrollado hoy ninguna patología no quiere decir que en un futuro no pueda desarrollar cáncer», incide. En todo caso, «si me pasara algo en el futuro claro que reclamaría de nuevo, pero ahora ya con esta reclamación tengo las espaldas cubiertas», añade.
Y anima a los demás usuarios de estos dispositivos a que se sumen a esta demanda. «Philips tiene que dar la cara de algún modo frente a todos los usuarios que hemos estado expuestos a este riesgo. Por remota que sea la posibilidad, con que solo hubiera un caso, es una negligencia de tal calibre... No puede ser que estas compañías lo tengan tan fácil. No quiero que en un futuro Philips pueda meter la pata de nuevo en un aparato médico con consecuencias para la salud. Los consumidores necesitamos que esté 100% testado».
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