
Humedades
Moho en casa: ¿una simple mancha o un riesgo para la salud?
Limpiar las humedades con productos caseros o convencionales no es efectivo

Detectar moho en paredes, juntas o muebles no es solo un problema estético o de albañilería. Su presencia puede ser una señal clara de que el espacio interior está comprometiendo la salud de quienes lo habitan. Es, de hecho, un síntoma de que la vivienda está enferma y necesita una intervención urgente.
El moho aparece como consecuencia directa de la humedad excesiva. Ya sea por condensación, filtraciones laterales o capilaridad, estas «patologías» generan un entorno perfecto para que proliferen hongos microscópicos.
Sus esporas se dispersan en el aire y, al ser inhaladas de forma continuada, pueden provocar entre los moradores de la vivienda problemas respiratorios, alergias, irritaciones e incluso infecciones pulmonares en los casos más graves. Además, las humedades estructurales, si no se abordan a tiempo, deterioran materiales, debilitan estructuras y perpetúan un riesgo ambiental invisible pero constante.
Los colectivos más vulnerables son los niños, las personas mayores, los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas o todos aquellos que tengan el sistema inmunológico debilitado.
En estos grupos, la exposición prolongada a ambientes contaminados por moho puede tener consecuencias especialmente perjudiciales, agravando cuadros clínicos preexistentes y comprometiendo seriamente su calidad de vida.
Desde Murprotec, multinacional especializada en la eliminación definitiva de las humedades estructurales y en la mejora de la calidad del aire en interiores, insisten en que limpiar el moho con productos convencionales o soluciones caseras no es efectivo.
Estas medidas solo ofrecen un alivio temporal. El problema reaparecerá si no se actúa directamente sobre el origen de la humedad. Por eso, resulta fundamental realizar un diagnóstico técnico preciso y aplicar un tratamiento profesional adaptado a la tipología de humedad detectada.
El moho no solo afecta a la salud. También deteriora mobiliario, pinturas y materiales de construcción, reduce el confort térmico del hogar y puede llegar a elevar el gasto energético. Una vivienda con humedad es más difícil de calentar, huele mal y genera un ambiente incómodo, además de insalubre.
La buena noticia es que tiene solución. Un tratamiento especializado puede erradicar el problema de raíz, devolviendo a la vivienda su funcionalidad y garantizando un entorno seguro y saludable.
Como en cualquier cuestión de salud, cuanto antes se actúe, mejor. Vivir en un hogar libre de humedades no solo mejora el bienestar diario, sino que protege la inversión en la vivienda y previene riesgos a largo plazo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar