
Obesidad
¿Por qué son tan revolucionarios los nuevos fármacos para adelgazar y quién puede usarlos? Los expertos hablan
El exceso de kilos ya afecta a más de la mitad de los españoles

La obesidad es un galopante problema de salud pública que no solo no cesa, sino que va a más, con cifras que resultan alarmantes y que justifican que sea tachada de pandemia, pues se estima que más de la mitad de los adultos y un tercio de los niños en nuestro país tienen exceso de peso, según datos del Instituto de Salud Carlos III y Aesan. Y las previsiones es que se mantengan al alza, lo que obliga a tomar cartas en el asunto.
Consciente de ello, la ciencia ha puesto toda la carne en el asador y ha revolucionado el abordaje de la obesidad gracias a la llegada de los fármacos agonistas del receptor GLP-1. Después de que el empleo de la semaglutida haya marcado un hito con medicamentos como Ozempic o Weygovy, ayer llegó a nuestro país Mounjaro, un nuevo fármaco de Lilly que tiene una doble acción frente al GLP-1 y el GIP, dos hormonas que secreta el intestino al terminar de comer.
Aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, este tercer fármaco ya ha cosechado éxito en países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Estudios previos sugieren que la doble acción permite a Mounjaro–tirzepatida– controlar la glucemia mejor que sus predecesores, además de alcanzar pérdidas de peso mayores. Además, los ensayos clínicos han demostrado que reduce la sensación de hambre, disminuye la ingesta calórica y provoca un adelgazamiento asociado al fármaco y al estilo de vida basado en dieta saludable y ejercicio físico. «Estamos en una primavera farmacológica que acaba de estrenar una nueva era que echa por tierra el concepto antiguo y desactualizado de la obesidad en la que se culpabilizaba al paciente. La investigación ha demostrado que estamos ante una enfermedad compleja y con un origen multifactorial que exige un abordaje integral y temprano. La solución, por supuesto, no es solo el tratamiento farmacológico, ya que no es una varita mágica, pero este tipo de herramientas es una gran esperanza para todos», asegura Cristóbal Morales, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo).
En concreto, los resultados de Mounjaro han demostrado ser «abrumadores», según reconoce Javier Escalada, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien hace hincapié en que «el perímetro de la cintura disminuye de forma notabilísima en este fármaco. Puede llegar hasta los 20 centímetros a la semana 72. Esto nos indica una buena calidad de la pérdida de peso, pues nos revela que se está perdiendo grasa, no solo kilos». «Es una revolución, porque es la primera vez que tenemos disponibles fármacos de alta potencia para tratar la obesidad como es debido, pues es una enfermedad neuroendocrina. Estos fármacos van a los problemas hormonales y biológicos que la causan, pues es una patología multicausal. Estos fármacos suponen un cambio mayor», celebra Andreea Ciudin, miembro de la Junta Directiva de la Seedo y jefa de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona).
Tal y como advierte Morales, «el objetivo no es perder un número en una báscula, sigo ganar en salud. La revolución es que ahora llegamos a objetivos en pérdida de peso traducidos en salud que nunca se habían alcanzado». Esto resulta clave, pues «no hay que olvidar que la obesidad es la antesala de 200 enfermedades y está detrás de varios tipos de cáncer», advierte Alfredo Michán, coordinador del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Estos medicamentos no pueden ponerse al alcance de cualquiera. «Son muy potentes y mediáticos, pues son los primeros fármacos ‘‘influencers’’ de la historia, pero hay que hacer un uso responsable de ellos», asegura Morales, quien insiste en que «está indicado para personas con sobrepeso, con un índice de masa corporal (IMC) por encima de 27 y otras enfermedades asociadas, como diabetes o hipertensión o bien pacientes con IMC por encima de 30».
Bien usados, el horizonte es optimista, pues «esperamos resultados impactantes de remisión de complicaciones de la obesidad», avanza Ciudin. «Esto abre la esperanza para aportar soluciones a la pandemia del siglo XXI, que deben ir de la mano de un ‘‘giro’’ a la percepción que se tiene, tal y como defiende la guía española GIRO», concluye Morales.
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