Opinión
Sangrado menstrual abundante: ¿cómo reducir su impacto y mejorar la calidad de vida de las mujeres?
A pesar de su alta prevalencia es un problema infravalorado y, a menudo, invisibilizado, como lo es también su negativo efecto
Entre un 20% y un 46% de las mujeres en edad reproductiva vive con sangrado menstrual abundante (SMA), una condición que se asocia con reglas más largas y abundantes en comparación con la media, así como con síntomas menstruales inusualmente intensos, que incluyen dolor pélvico severo y anemia por deficiencia de hierro.
La anemia y la ferropenia aumentan los niveles de cansancio, disminuyen el rendimiento académico y laboral y repercuten en la vida social, profesional y familiar.
A pesar de su alta prevalencia, el SMA es un problema infravalorado y, a menudo, invisibilizado, como lo es también su impacto negativo en la calidad de vida de las mujeres: aquellas que lo sufren pueden enfrentar limitaciones en su vida íntima, su actividad diaria e incluso su desarrollo profesional.
Dos razones explican, en gran parte, esta invisibilidad. Por un lado, están la falta de un consenso sobre la incidencia de SMA por grupos de edad así como la escasa información disponible, lo cual hace necesario tener datos reales en la población. Por el otro, se trata de una condición asumida por las pacientes que no debería estarlo: muchas mujeres no consultan a su médico porque aceptan su sangrado menstrual abundante como «algo normal».
Aunque invisible, el impacto del SMA en la calidad de vida es muy real. Un 29,1% de las mujeres con esta condición que respondieron a una encuesta nacional, realizada en 2023, afirmó que la menstruación limitaba considerablemente sus actividades diarias, en comparación con solo un 15,7% de aquellas que acostumbran a tener un sangrado normal o leve. Además, el 59% de las mujeres refirió limitaciones en sus relaciones sexuales, lo cual nos permite ver el efecto del SMA en diferentes esferas de la calidad de vida de la mujer.
La causa más frecuente del SMA es el trastorno ovulatorio, que está detrás del 57,7% de los casos. Entre las causas estructurales, los pólipos son la patología más común (16,2%), seguidos de los miomas (12%) y la adenomiosis (4,9%).
Solo un 19,8% sigue algún tratamiento específico
Para tratarlos, hoy disponemos de soluciones quirúrgicas seguras, eficaces y mínimamente invasivas que pueden transformar positivamente la vida de estas pacientes.
Procedimientos como la ablación endometrial permiten reducir significativamente el sangrado, en pocos minutos y sin necesidad de tratamientos hormonales. Esta técnica, que se realiza de manera ambulatoria, destruye de forma controlada el tejido responsable del sangrado excesivo, proporcionando una solución rápida y con mínimas molestias para la paciente.
Hoy existen, también, innovadores sistemas de extracción de tejido que facilitan la eliminación precisa de pólipos, miomas y restos placentarios mediante una resección mecánica. Estas intervenciones permiten preservar la estructura y función del útero, mejorando la calidad de vida y sin comprometer la salud reproductiva.
Gracias a estos avances, las mujeres que padecen sangrado menstrual abundante tienen hoy más y mejores opciones para recuperar su bienestar con cirugías mínimamente invasivas.
A pesar del impacto del SMA en la calidad de vida de muchas mujeres, éstas con frecuencia no reciben el tratamiento adecuado. Si bien el 67,5% de las afectadas han consultado a un médico, solo un 19,8% sigue algún tratamiento específico. En Europa, la incidencia en mujeres entre 18 y 50 años es de un 27,2%, pero solo el 54% de ellas acuden a consulta médica.
¿Cómo llegar a tiempo si muchas mujeres no consultan?
En España, según el registro SANA, menos de la mitad de las mujeres con SMA buscan atención por iniciativa propia debido a que lo asumen como un proceso normal de la menstruación.
Así, el verdadero desafío sigue estando en la consulta médica. Aunque hasta un tercio de las visitas ginecológicas están relacionadas con el SMA, muchas mujeres no acceden al diagnóstico ni al tratamiento adecuado. Algunas no consultan por vergüenza, otras porque han normalizado el malestar. En muchos casos, incluso cuando consultan, el abordaje no siempre contempla todas las opciones terapéuticas disponibles. Por ello es importante la formación continuada de los profesionales en estas técnicas más innovadoras para poder ofrecerlas como parte del tratamiento del SMA y evitar en algunos casos la histerectomía.
Como profesionales sanitarios, nuestra intención es tratar y acompañar a nuestras pacientes en todo el proceso. El primer paso es realizar un diagnóstico correcto y ayudar a las pacientes a identificar el SMA. A continuación, estudiaremos la causa del sangrado con una evaluación integral para determinar causas estructurales, no estructurales o hematológicas. Finalmente, nuestro objetivo es informar sobre todas las opciones terapéuticas, incluidas las más novedosas, menos invasivas y más eficaces, personalizando el tratamiento en cada caso a medida de cada paciente.
Es así como podemos impactar positivamente en la calidad de vida de las mujeres y mejorar su salud, su bienestar y hasta papel en la sociedad.