La tecnología planta cara a las úlceras diabéticas

Las heridas crónicas se caracterizan por una cicatrización deteriorada o estancada e inflamación prolongada e incontrolada que puede derivar en infecciones recurrentes. Millones de personas en todo el mundo sufren de heridas crónicas que no se curan: van desde heridas quirúrgicas que no cierran bien, quemaduras, ulceraciones relacionadas con las venas hasta, sobre todo las úlceras diabéticas.

Pues bien, ingenieros del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han diseñado un parche bioelectrónico que permite monitorizar en tiempo real el estado metabólico e inflamatorio de las heridas. Para ello cuenta con una placa de circuito impreso totalmente biocompatible, mecánicamente flexible, estirable y puede adherirse de manera formal a la herida de la piel durante todo el proceso de curación.

Este sistema portátil monitorea de forma inalámbrica y continua las condiciones fisiológicas del lecho de la herida a través de una matriz de biosensores electroquímicos desarrollados a medida y realiza una terapia combinada no invasiva a través de un tratamiento antimicrobiano antiinflamatorio controlado y la regeneración de tejidos estimulada eléctricamente.

El monitoreo metabólico e inflamatorio en tiempo real en una serie de experimentos preclínicos in vivo mostró el progreso de la cicatrización y la aparición de infecciones, así como el control la administración de fármacos mediante un hidrogel electroactivo y la aplicación de voltaje para promover la cicatrización en el lugar de la herida. La terapia combinada permitió acelerar sustancialmente la cicatrización de heridas crónicas cutáneas en un modelo de roedor. Los científicos instalaron el dispositivo en ratones diabéticos que se movían libremente para acelerar la cicatrización de heridas durante 14 días.

Tras los buenos resultados de la investigación «prevemos que el parche portátil integrado y diseñado a medida podría servir de plataforma más eficaz, totalmente controlable y fácil de implantar para la monitorización y el tratamiento personalizados de heridas crónicas con efectos secundarios mínimos», concluyen los investigadores.

Más alternativas

Las úlceras venosas diabéticas son, como decíamos anteriormente, causa muy frecuente de aparición de este tipo de problema. Una úlcera venosa es una herida con pérdida de sustancia generalmente localizada en las piernas debido a que las venas no pueden hacer circular correctamente la sangre.

Actualmente su tratamiento estandarizado consiste el empleo de apósitos absorbentes de alginatos o hidrocolides asociados a un antiséptico para mantener la úlcera húmeda y limpia y así intentar cerrarla.

«Las úlceras venosas son un desafío terapéutico en la actualidad, sobre todo en el contexto de un síndrome postrombótico, ya que seguimos en busca de terapias rápidas y eficaces que mejoren la calidad de vida de nuestros pacientes», explica Ignacio Leal, especialista en Angiología y Cirugía Vascular de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) Madrid.

Precisamente por eso van a probar otro novedoso tratamiento frente a este tipo de heridas tan difíciles. Así, y por primera vez en el mundo, un ensayo clínico va a tratar las úlceras vasculares venosas con plasma (el cuarto estado de la materia) empleando aire a presión atmosférica en forma de jet. Para ello, busca pacientes que padezcan esta dolencia y que deseen participar en este ensayo en sus sedes en Pamplona y Madrid.

«Aplicamos el plasma como el efecto de un relámpago –de forma segura para el paciente, naturalmente– que produce la ionización del aire sobre la herida», explica Bernardo Hontanilla, director científico y académico del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la CUN e investigador principal del ensayo.

Con este nuevo sistema se espera que el efecto vasodilatador y bactericida del plasma ionizante supere el efecto cicatrizante de los tratamientos clásicos que actualmente se utilizan.

Ensayo único en el mundo

«Ese flujo de aire aplica dos mecanismos terapéuticos sobre la úlcera de manera sinérgica: campos eléctricos locales que reactivan la microcirculación sanguínea, y oxígeno y nitrógeno ionizado que tienen un efecto bactericida que no afecta a las células sanas, provocando que la herida se cierre rápidamente», detalla Hontanilla y subraya que la técnica «es completamente indolora y ha sido testada previamente y con éxito en modelos animales».

«Queremos contrastar la práctica que ha sido la más efectiva hasta ahora, con este nuevo procedimiento, que cuenta con la ventaja de una mayor absorción de oxígeno y glucosa en la herida, además de su efecto bactericida, lo que facilitaría una curación más rápida», apunta Hontanilla.

Cualquier persona con esta dolencia podrá participar siempre que sea mayor de edad y no esté embarazada. Las personas que consideren que pueden formar parte del ensayo deberán contactar con el Departamento de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de la CUN en Pamplona (secrcplascun@unav.es) o con el Servicio de Cirugía Vascular, en Madrid (madridcuncirvas@unav.es).