Medicamentos

Tiempo récord para la llegada de un fármaco contra el cáncer

BeiGene logra que se incorpore zanubritinib para tres indicaciones en la cartera de servicios del SNS en tan solo nueve meses

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Foto de familiaBeiGene

La compañía biotecnológica BeiGene ha conseguido que el Sistema Nacional de Salud (SNS) incorpore en poco tiempo a la cartera de servicios, zanubrutinib, su inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (BTK) contra la leucemia linfocítica crónica, el linfoma de zona marginal y la macroglobulinemia de Waldenström.

Todo un logro, ya que la empresa ha conseguido en tan solo nueve meses desde la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dicha incorporación, cuando lo habitual en nuestro país es tardar una media de 629 días (casi 21 meses), según los últimos datos del estudio W.A.I.T. Indicator, que elabora la consultora Iqvia para la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia).

Este hecho es una demostración de la prestación de este tratamiento, que, como otras terapias dirigidas, « marca un antes y un después en el curso de estas enfermedades, se toleran muy bien y nos permiten dar carpetazo a la quimioterapia», explica la doctora Patricia Baltasar, hematóloga del Hospital Universitario La Paz y especialista en leucemia linfocítica crónica (LLC).

Y pone de relieve uno de los objetivos de la compañía: «Crear fármacos que lleguen más rápido al paciente», incide Cristina García Medinilla, directora general de BeiGene España y Portugal.

Este fármaco «está específicamente diseñado para inhibir de manera sostenida y selectiva –y evitar los efectos adversos– la BTK», explica Cristina Bas, directora médica de BeiGene España y Portugal.

En concreto, esta innovación brinda una opción sin quimioterapia para los pacientes. Así, la aprobación de la terapia para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica, un tumor hematológico, se basa en los estudios Sequoia y Alpine en los que se ha demostrado la eficacia de este fármaco y la tolerabilidad tanto en pacientes de nuevo diagnóstico como en recaída.

Respecto a la aprobación del fármaco de BeiGene en pacientes con linfoma de zona marginal, un tipo de cáncer de la sangre ultra raro y de crecimiento lento, esta innovación está indicada para pacientes en recaída que hayan recibido, al menos, una terapia previa. «Este tipo de cáncer se incluye dentro de los linfomas no Hodgkin. Aunque suele tener un buen pronóstico, en los pacientes que no responden o recaen tras el primer tratamiento disponemos de escasas opciones de tratamiento», explica el doctor Antonio Salar, hematólogo del Hospital Virgen de la Arrixaca, en Murcia.

Y este tratamiento se ha convertido en el primer y único inhibidor de BTK aprobado tanto por la EMA como por la FDA. Su luz verde, por cierto, se basa en Magnolia, un estudio pivotal en fase 2 que ha evaluado su perfil de eficacia y seguridad en pacientes con este tipo de tumor.

¿Cómo lo han logrado?

«Estas aprobaciones en nueve meses en primer lugar hablan de la innovación que trae el fármaco», explica García en referencia a reducir los tiempos. Para ello, «BeiGene ha internalizado todas las fases de desarrollo de tratamientos. Esto permite ahorrar tiempos y costes», asegura Bas.

También resulta crucial el trabajo en equipo. Así, la compañía biotecnológica trabaja en asociación para encontrar soluciones frente a tumores sólidos, la inmuno-oncología, la oncohematología y la inmunología.

BeiGene nació en el año 2010 con la misión de crear la primera empresa biotecnológica de primera generación con la creencia de que se puede llegar más rápido y sin fronteras. En diez años, la compañía ha conseguido «tener tres moléculas de desarrollo interno. En la actualidad tiene más de 35 ensayos en fase 3 y 60 programas preclínicos», detalla García.

En la actualidad, la compañía cuenta con más de 9.000 empleados y de ellos mil están destinados a la investigación. Una rama en la que España resulta clave. «Es un país estratégico para BeiGene», incide García.

A partir de 2024 el objetivo de BeiGene es llevar 10 moléculas al año a la fase clínica, un objetivo muy exigente y plausible a tenor de la trayectoria de la compañía, ya que este reto «para 2022-23 ya se ha cumplido y eso que no ha terminado el año», destaca Bas, que explica que a nivel global, «el foco de nuestra investigación cubre actualmente el 80% de los cánceres de mayor incidencia».