Tecnología

Mars 2020: la misión de hallar vida

Ayer inició su viaje una misión de la agencia espacial NASA. A bordo, un instrumento que persigue encontrar señales de vida en el pasado marciano

250 millones de kilómetros. Dependiendo del movimiento de ambos planetas, esta es, aproximadamente, la distancia que separa a Marte de Londres, más precisamente del 221B de la calle Baker. Allí es donde vivía el reconocido detective Sherlock Holmes, homónimo de SHERLOC, el instrumento clave para la misión espacial Mars 2020 que ayer despegó rumbo a nuestro vecino planetario. Si todo sale según lo previsto, el 18 de febrero de 2021 será cuando SHERLOC comience a trabajar a bordo del Mars Rover Perseverance. ¿Su misión? Buscar signos de vida microbiana que podría haber habitado Marte. También analizará el clima y la geología del planeta, recogerá muestras muestras para el futuro retorno a la Tierra y, por si fuera poco, se convertirá en una avanzadilla para la exploración humana del Planeta Rojo.

Pero SHERLOC (siglas de Escáner de Entornos Habitables con Raman y Luminescencia para Orgánicos y Químicos), no estará solo. Viajando en el rover Perseverance también irá, cómo no, WATSON, una cámara que tomará imágenes en primer plano de las muestras que recoja SHERLOC, pequeños granos de arena que serán analizados por varios instrumentos a la caza y captura de minerales y moléculas orgánicas, los componentes básicos de la vida en la Tierra. Las muestras más prometedoras, con un tamaño promedio de 1,3 centímetros de ancho, serán almacenadas y selladas en tubos de metal y quedarán en la superficie de Marte a la espera que una futura misión las traiga a la Tierra para un análisis más detallado.

El proceso será el siguiente. Viajando a bordo del Perseverance, SHERLOC y WATSON recorrerán el cráter Jezero, una región que fue un lago. La presencia de agua, al menos en tiempos remotos, lo convierte en un lugar con gran potencial para hallar huellas de vida pasada. Si SHERLOC encuentra material interesante, lo escaneará mediante lectores de imágenes y espectroscopios láser para descifrar su composición mineral y si hay compuestos orgánicos presentes. WATSON tomará imágenes en primer plano. Pero como ocurría en las novelas de Conan Doyle, cuando SHERLOC y WATSON se unen pueden hacer aún más. Por ejemplo, analizar las diferentes capas de los minerales para comprender cómo se formaron. También pueden combinar los mapas minerales con datos de otros instrumentos (como el PIXL, que permite hacer análisis con rayos X), para ver si una roca puede contener signos de vida microbiana fosilizada.

Mars 2020 Perseverance space mission at Kennedy Space Center
Mars 2020 Perseverance space mission at Kennedy Space CenterCRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICHAgencia EFE

Atenerse a las consecuencias

Obviamente nuestros héroes se enfrentan a varios problemas. El mayor de ellos es que el clima marciano es una prueba de fuego…O mejor dicho de hielo. La temperatura promedio es de unos 60º bajo cero, la atmósfera es 100 veces más delgada que la de la Tierra y está compuesta en un 90% por CO2 y la radiación es mucho más alta. En promedio, en la Tierra estamos expuestos a unos 0,62 rads por año. En Marte no bajan de 8 rads por año. Cualquier instrumento científico expuesto al ambiente marciano durante un tiempo suficiente va a sufrir las consecuencias, ya sea por los cambios extremos de temperatura o por la radiación. Por ello, no es extraño que los científicos tengan que hacer ajustes periódicos en los instrumentos. Para ello utilizan testigos o «varas de medir», por decirlo en términos sencillos. Al comprar la lectura obtenida con los instrumentos, por ejemplo de la cantidad de un mineral en una roca, con sus testigos, saben si el instrumento está trabajando correctamente. Un ejemplo es uno de los testigos que llevaba el rover Curiosity en su misión: una moneda de un céntimo. Esto les permite hacer los ajustes necesarios en caso de hallar algo extraño.

SHERLOC, cuyo tamaño no es mucho mayor que un smartphone, lleva unos 10 objetos de calibración. Entre ellos hay cinco muestras de tela de traje espacial y material del casco que podrían usar los futuros exploradores de Marte. Los datos obtenidos de estas piezas permitirán que los diseñadores de trajes espaciales tengan una idea más fiable de las condiciones a las que se enfrentarán los primeros astronautas que pisen Marte. De este modo, a partir de febrero, todos estaremos mirando al cielo y pensando, si allí a los lejos, no estará SHERLOC analizando una muestra orgánica mientras mira a la cámara y dice: Elemental, Watson.

La roca que volvió a casa

Otro de los objetos de calibración que utilizará SHERLOC para asegurarse el correcto funcionamiento del equipo científico es una roca marciana que llegó a la Tierra unos mil años atrás y fue hallada en el desierto de Omán, en 1999. Conocida como Sayh al Uhaymir 008 o SaU 008, esta roca «nació» hace unos 450 millones de años y el impacto de un meteorito la lanzó al espacio, cerca de 700.000 años atrás. Finalmente, llegó a la Tierra, después de un largo viaje, y durante casi dos décadas los científicos la analizaron en profundidad. Se trata de un trozo de basalto que contiene muchos minerales de piroxeno, olivina y feldespato, entre otros. Gracias a este conocimiento, SaU 008 vuelve ahora a Marte para ser testigo y confirmar o desestimar cualquier hallazgo que SHERLOC señale como interesante.