La Mesa en Navidad
Mascarillas, geles y «cortafuegos»
Jesús Sánchez Martos, catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, propone cuáles son sus recomendaciones de seguridad en una reunión familiar simulada de diez personas
Ya sabemos que Sanidad permitirá un número máximo de diez personas sentadas a la mesa en los días 24 y 25 de diciembre, y el 31 y 1 de enero. Pero solo será esos días. Hay que tener en cuenta que el hecho de que entre esas diez personas pueda haber convivientes y no convivientes es un riesgo que hay que intentar minimizar. Por ello, Jesús Sánchez Martos, catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, propone cuáles son sus recomendaciones de seguridad en una reunión familiar simulada de diez personas. «Lo primero que tengo que decir es que no estoy de acuerdo con la medida, ya que mezclar a convivientes y no convivientes es un error en cualquier circunstancia. Esa cena o comida familiar se pueden convertir en un foco de contagio», explica. Aún así, si tienen pensado intentarlo y espacio suficiente para hacerlo, el supuesto que les planteamos puede resultarles de utilidad.
«Pongamos un ejemplo de diez miembros de una familia que se reúnen para comer en Navidad. Pertenecen a tres burbujas de convivencia diferentes: la primera, formada por una pareja de personas mayores que salen de la residencia en la que están internos para celebrar ese día con sus hijos, y que tienen anticuerpos IgG; la segunda, integrada por cuatro miembros, otra pareja de personas mayores que viven con su hija y su yerno y, la tercera, también de cuatro, en la que tendríamos al hijo de uno de los abuelos de la residencia con su mujer, ambos con anticuerpos porque han pasado la infección, y sus dos hijos menores de 12 años», describe Sánchez Martos. «El lugar en la mesa viene marcado por las personas con anticuerpos (digamos inmunes) que hacen de «cortafuegos» entre los que nos los tienen; al igual que los niños, que se contagian mucho menos y contagian menos», concreta. Además, es recomendable mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros entre cada comensal (aunque no muchas casas podrán «soportarlo»).
Al llegar a la casa, ni besos ni abrazos, y cada uno con su mascarilla. Los invitados se deberán lavar las manos o usar gel hidroalcohólico que los anfitriones dejen en la entrada. A la hora de servir la cena las instrucciones son claras: que una sola persona sirva tanto la comida (en platos individuales) como la bebida, y no colocar raciones para compartir, ya que «picar y tocar» los alimentos de un único plato es un riesgo que no hay que correr nunca. Y luego, a cenar lo mejor posible.
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