Embarazo

Breve guía sobre la diabetes gestacional

Su prevalencia se ha incrementado en los últimos años debido al incremento de la obesidad y al retraso del embarazo a edades más tardías

Unos hábitos nutricionales inadecuados durante la gestación pueden tener consecuencias negativas en la descendencia
Unos hábitos nutricionales inadecuados durante la gestación pueden tener consecuencias negativas en la descendenciadreamstimedreamstime

La diabetes gestacional (DG) es aquella que aparece o se reconoce por primera vez durante la gestación, según la define la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO). Hoy en día aparece en un 7-12% de los embarazos y es importante no perderla de vista ya que conlleva un importante riesgo de complicaciones, en algunos casos muy graves, tanto para la madre, como para el feto.

“Su prevalencia se ha incrementado en los últimos años debido en parte alincremento de la obesidad y al retraso del embarazo a edades más tardías”, afirma la doctora María Luisa de Mingo, Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz.

Sobre su causa, la Asociación Americana de Diabetes explica que a día de hoy se desconoce, si bien admite que tienen algunas pistas: “La placenta sostiene al bebé mientras crece. Las hormonas de la placenta contribuyen al desarrollo del bebé. Pero éstas también bloquean la acción de la insulina en el cuerpo de la madre. Este problema se llama ‘resistencia a la insulina’ y dificulta que el cuerpo de la madre utilice la insulina”.

De hecho, esta entidad advierte de que es posible que la madre necesite una cantidad de insulina hasta 3 veces más alta. “La diabetes gestacional se inicia cuando el cuerpo no puede producir ni utilizar toda la insulina que necesita para el embarazo. Sin suficiente insulina, la glucosa no puede salir de la sangre y convertirse en energía. El nivel de glucosa sube porque se acumula en la sangre. Esto se llama hiperglucemia”, agrega.

Entre los factores de riesgo para que una mujer desarrolle DG, la doctora De Mingo apunta a: Tener antecedentes familiares de diabetes; edad materna avanzada (mayor 35 años); sobrepeso/obesidad; hijo previo con alto peso al nacer (macrosomía); haber tenido DG en un embarazo previo; y la pertenencia a grupos étnicos con elevada prevalencia de diabetes, como latinoamericanos, nativos americanos, asiáticos o afro-americanos.

Entre los problemas que pueden derivarse para el bebé con la DG, la Asociación Americana de Diabetes indica que pueden ser bebés con alto peso al nacer, algo que puede dificultar los partos.

Asimismo, sostiene que, debido a la insulina adicional producida por el páncreas del bebé, los recién nacidos pueden tener un nivel de glucosa muy bajo al nacer y también corren mayor riesgo de tener problemas respiratorios. Corren también mayor riesgo de ser obesos durante su niñez y tener diabetes de tipo 2 de adultos. Sobre la madre, la SEGO indica que la DG puede influir a la hora de padecer: infecciones urinarias, candidiasis vaginal, polihidramnios, estados hipertensivos del embarazo y prematuridad.

Diagnóstico y tratamiento

Ante las sospechas, la doctora María Luisa de Mingo recomienda acudir a un centro sanitario, hoy en pandemia instalaciones seguras frente al contagio de COVID-19. Por ejemplo, el Hospital La Luz cuenta con la certificación ‘Applus+ Protocolo frente a la COVID-19’, un sello que acredita su cumplimiento de los estándares más exigentes de desinfección en esta pandemia.

La primera prueba a la que nos someterán es el Test de O´Sullivan, con una sobrecarga oral de glucosa de 50 gramos: “Consiste en medir la glucemia una hora después de ingerir 50 gramos de glucosa. Un resultado de glucemia normal es el inferior a 140 mg/dl. Se debe realizar entre las semanas 24 y 28 de embarazo, salvo en el caso de mujeres con alto riesgo de tener DG, en cuyo caso se realizará en el primer trimestre (repitiéndola en el segundo trimestre si el resultado en primer trimestre saliese normal)”.

Si el test de O´Sullivan está alterado, la especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz (Madrid) menciona como segunda prueba necesaria a la sobrecarga oral con 100 gramos de glucosa. Es decir, la misma prueba pero con el doble de glucosa, y con más mediciones, algo que servirá para confirmar la diabetes. Es la conocida como ‘prueba larga de la diabetes’. En ella detalla que se determina la glucemia a la hora, a las 2 y a las 3 horas desde su ingesta; diagnosticando la DG si 2 de 3 valores están alterados.

“Si sólo hay un valor alterado se puede repetir en unas semanas”, apostilla la experta de Quirónsalud, recordando que en ocasiones estas pruebas provocan naúseas en algunas gestantes, de forma que deben suspenderse las pruebas en algunas ocasiones. “Si tengo muchas náuseas y no puedo hacerme la sobrecarga con 100 gramos ésta no se realizará y se manejará a la paciente como si tuviese diabetes gestacional, con alimentación adecuada y autocontroles de glucemia capilar”, agrega.

La doctora De Mingo, eso sí, destaca que la mayor parte de los casos de diabetes gestacional se controlan siguiendo una dieta adecuada, así como actividad física, dado que el objetivo de su manejo debe ser el controlar la glucemia, asegurar una ingesta de hidratos adecuada para prevenir la cetosis, y controlar la ganancia de peso de la embarazada.

Concretamente, dice que la alimentación debe ser normocalórica, salvo en las mujeres con obesidad importante: “Debe ser equilibrada con un reparto de un 15-20% de proteínas, un 30-40% de grasas, y un 40-50% de hidratos de carbono, que distribuirán a lo largo del día en 5-6 tomas”.

En cuanto a la actividad física, aconseja caminar al menos 30 minutos al día a paso rápido si es posible, pero si por complicaciones no se pudiera salir a caminar, se deben intentar hacer ejercicios en sedestación 10 minutos después del desayuno, tras la comida y la cena.

En estos casos también suelen ser necesarios los autocontroles de glucemia capilar a través de un glucómetro, según indica la especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz (Madrid), con el que nos mediremos la glucosa antes y una hora después de las comidas principales. “Podemos realizar al menos 3-4 controles diarios incluyendo siempre el control de antes del desayuno (basal)”, agrega.

Los objetivos de glucemia que indican un buen control de mi diabetes gestacional se sitúan en una glucemia anterior a las comidas inferior a 95 mg/dl, y e inferior a 140 mg/dl una hora después de comer. “En el caso en el que a pesar de realizar un abordaje con dieta y ejercicio presentásemos al menos 2 controles de glucemia fuera de objetivos durante dos semanas sin justificación por transgresión del tratamiento dietético se debería emplear la insulina”, agrega la experta.

No obstante, la doctora De Mingo resalta que la mayor parte de las mujeres vuelven a un estado de normalidad tras el parto, aunque tendrán más riesgo de diabetes gestacional en el siguiente embarazo y más riesgo de desarrollar diabetes en el largo plazo. “Por ello, se aconseja realizar una sobrecarga oral de glucosa con 75 gramos a las 6-12 semanas del parto o una vez finalizada la lactancia para identificar a las mujeres que quedan con metabolismo de glucosa normal o alterado”, sentencia la experta de Quirónsalud.