Pandemia

Dos autonomías socialistas lideran la tasa de letalidad del virus desde la primera ola

Asturias y Aragón desbordan la media mientras Madrid se sitúa a la cola de muertes en proporción al número de infectados

Letalidad covid por ccaa
Letalidad covid por ccaaTeresa Gallardo

El mapa de la mortalidad causada por la covid-19 en España tras la primera ola de la pandemia desmonta algunos mitos que se han lanzado estos meses, sobre todo cuando mediaba alguna campaña electoral. El primero que se cae por su propio peso es el de la elevada letalidad del virus en la Comunidad de Madrid.

El último informe del Instituto de Salud Carlos III, un organismo oficial dependiente del Gobierno, con datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), lo desmonta. Según sus conclusiones, entre el 10 de mayo del pasado año, fecha en la que se dio por concluida la primera de las tres grandes andanadas del virus SARS-CoV-2 en nuestro país, hasta el 30 de marzo de este año la región gobernada por Isabel Díaz Ayuso es el cuarto territorio que menos porcentaje de muertes registra entre los infectados, sólo por delante de Canarias, Baleares y la ciudad autónoma de Melilla.

En el periodo analizado, que comprende los últimos diez meses y medio, Madrid contabiliza 55.183 positivos por covid-19. De ellos, han fallecido 5.890, lo que supone un 1,1% del total. Pese a su elevada población, Madrid no figura en primer lugar en numero total de muertes provocadas por el virus, sino en tercera posición, por detrás de Andalucía, que contabiliza 7.755 decesos, y de Cataluña, que registra 6.625. La Comunidad Valenciana está cerca, con 5.640 fallecimientos.

Las estadísticas revelan asimismo que dos comunidades gobernadas por el PSOE se encuentran a la cabeza de la letalidad por coronavirus en España. Se trata de Asturias y de Aragón. En la primera región el número de muertes en proporción a las infecciones se encuentra disparada y alcanza un 3,5%, 2,4 puntos por encima de Madrid y 2 puntos por encima de la media nacional, que es del 1,5%. La otra región es Aragón, en donde la tasa alcanza el 2,3%. La tercera comunidad peor en este sentido es Castilla y León, gobernada por el PP, con un porcentaje del 2%, y las dos siguientes también están regidas por el PSOE. Se trata de Castilla-La Mancha y Extremadura, ambas con una letalidad del 1,8%.

Peor que Madrid se encuentran también Ceuta, Andalucía, País Vasco, Galicia, La Rioja, la Comunidad Valenciana, Cataluña, Cantabria, Murcia y Navarra. En el periodo analizado, más de 3,02 millones de ciudadanos se han contagiado por el virus en España y han muerto 45.797 de ellos, según las cifras oficiales procedentes del Ministerio de Sanidad, que certifican que entre la segunda y la tercera ola ha habido más fallecimientos por covid que en la primera. Como se recordará, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, proclamó a los cuatro vientos el pasado verano que España había vencido al virus y que había que disfrutar de la nueva normalidad recuperada.

En los buenos resultados obtenidos por Madrid en comparación con el resto de los territorios puede jugar un factor clave: el elevado número de pacientes que han sido hospitalizados, recibiendo atención sanitaria de primer nivel. De hecho, la región gobernada por Díaz Ayuso es la que contabiliza más ingresos hospitalarios, 53.283, elevándose su porcentaje sobre el total de infectados al 9,6%. Las estadísticas ponen de manifiesto que 221.118 enfermos de covid-19 han ingresado en una cama de agudos de un hospital en España, el 7,3% del total de infectados. La tasa de ingresos en UCI es del 0,7%, menor que la de fallecimientos, lo que indica que ha podido haber selección de pacientes por razones de edad para el ingreso en las unidades de críticos, un fenómeno que no sólo se produjo, por tanto, durante el estallido de infecciones provocado por la primera ola de la pandemia, allá por el mes de marzo del año pasado.

Flexibilidad hospitalaria

La comunidad con un mayor número de pacientes ingresados en UCI es Madrid, con 3.672. Esta comunidad logró triplicar el número de camas de críticos en la primera ola y contó con el auxilio primero del recinto ferial de Ifema, reconvertido a velocidad récord en hospital de campaña, y con el nuevo hospital de pandemias Isabel Zendal, que ha permitido descargar de enfermos al resto de los hospitales convencionales, especialmente durante la tercera ola, así como mantener la actividad clínica ordinaria de los enfermos libres del virus pero aquejados de otras patologías.