Janssen llega esta semana

La ansiada cuarta vacuna

El suero unidosis de Janssen es la gran esperanza a la que se agarra el Gobierno para inmunizar al 70% de la población a finales de agosto

La primera entrega en nuestro país será de 300.000 dosis
La primera entrega en nuestro país será de 300.000 dosisPIROSCHKA VAN DE WOUW

Si no hay sorpresas, este martes 13 de abril España recibirá las primeras dosis de la vacuna de Janssen (filial de la estadounidense Johnson&Johnson) que, según ha señalado la titular de Sanidad, Carolina Darias, «se va a aplicar de acuerdo con la última actualización de la estrategia de vacunación en la misma tipología que las de RNA (Pfizer y Moderna); es decir, que iremos convergiendo de 80 años para abajo». La primera entrega será de 300.000 dosis. Luego, si la farmacéutica cumple con los plazos previstos, llegarán 1,3 millones de dosis en mayo y 3,9 millones en junio.

Su peculiaridad principal es que se administra en una sola dosis, lo que, a todas luces, es una esperanza para aumentar el ritmo de vacunación. Está basada en un adenovirus modificado para incluir la proteína S del SARS-CoV-2. Esta sustancia es la que el virus utiliza para entrar en el organismo y transmitir la infección al resto de las células, por lo que su previa introducción en el cuerpo permitirá al sistema inmunológico crear anticuerpos contra la enfermedad. Según los ensayos clínicos presentados ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA), su eficacia para prevenir la infección de moderada a grave es del 66%, pero se eleva por encima del 86%, incluso frente a las variantes de Suráfrica y Brasil, en términos de hospitalizaciones y muertes.

Sin embargo, el preparado está ahora bajo sospecha. La EMA está investigando si también puede ocasionar trombos. La señal de alarma se ha desatado después de que, en Estados Unidos, único país en el que está autorizado bajo uso de emergencia, se hayan registrado cuatro casos graves de coágulos, uno de los cuales desembocó en muerte. Según la información aportada por la EMA, uno de los pacientes sufrió estos coágulos asociados a bajos niveles de plaquetas durante los ensayos clínicos y los otros tres a lo largo de la campaña de vacunación.

Tanto la de Janssen como la de AstraZeneca, Vaxzevria, pertenecen a la misma tipología: son vacunas desarrolladas a partir de vectores de adenovirus, virus comunes con síntomas similares a los de la gripe que se han modificado genéticamente para entrar en las células de forma que éstas generen anticuerpos que neutralicen al virus. Tanto estas vacunas como las que basan en la tecnología de ácido ribonucleico mensajero (ARNm), como, por ejemplo, las de Pfizer y Moderna, representan la tercera generación de vacunas.

El virólogo y profesor de Microbiología de la Facultad de Farmacia en la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, pide un deseo. «El mensaje principal es que con las vacunas actuales y las que vendrán, la Covid-19 ya no será una enfermedad grave y mortal. Y eso es lo más importante en una pandemia, que la gente ya no va a enfermar ni morir por culpa de la infección. No hay prácticamente diferencia entre los porcentajes de protección frente a la gravedad, las hospitalizaciones y la muerte de las cuatro vacunas: todas están por encima del 95%. Ojalá la gente se quede con eso».

La tecnología de ARNm de Pfizer y Moderna tiene casi 40 años de historia. En la década de los 70, la científica húngara Katalin Karikó fue pionera en la investigación temprana del ácido ribonucleico mensajero,un componente del ADN que se considera uno de los principales pilares de la vida. A través de múltiples contratiempos, pérdidas de empleos, dudas y un movimiento transatlántico, Karikó mantuvo su convicción: el ARN podría ser utilizado para algo verdaderamente innovador. La científica y su ex colega de la Universidad de Pensilvania, Drew Weissman, desarrollaron un método de uso de ARN sintético para combatir enfermedades que implica cambiar la forma en que el cuerpo produce material de lucha contra el virus. Ahora, ese trabajo es la base de las dos vacunas más eficaces y seguras contra frente a la Covid-19.

A grandes rasgos, el ARNm dice a nuestras células qué proteínas hacer. En el caso del coronavirus que causa la Covid-19, las vacunas contra el ARN envían instrucciones detalladas a nuestras células para que hagan su distintiva «proteína de pico». Nuestro sistema inmunológico, al ver al intruso, apunta a estas proteínas para su destrucción, sin deshabilitar el ARNm. Más tarde, si nos enfrentamos al virus completo, nuestros cuerpos reconocen la proteína de pico de nuevo y la atacan con la precisión de un ejército bien entrenado, reduciendo el riesgo de infección y bloqueando enfermedades graves.

Más allá de esta pandemia

Una vez desmontado el argumento de los escépticos sobre el meteórico desarrollo de las vacunas con esta tecnología, podemos añadir que la historia del ARNm, probablemente no terminará con la Covid-19: su potencial se extiende mucho más allá de esta pandemia. Este año, un equipo de Yale patentó una tecnología similar basada en ARN para vacunar contra la malaria, la enfermedad más devastadora del mundo. Dado a que el ARNm es tan fácil de editar, Pfizer ha manifestado que está planeando usarlo contra la gripe estacional, que muta constantemente y mata a cientos de miles de personas en todo el mundo cada año. BioNTech, por su parte, está desarrollando terapias individualizadas que crearían proteínas bajo demanda asociadas con tumores específicos para enseñar al cuerpo a combatir el cáncer avanzado. En los ensayos con ratones, se ha demostrado que las terapias con ARNm sintético ralentizan y revierten los efectos de la esclerosis múltiple.