Deterioro cognitivo
La covid y su relación con el Alzheimer
La conferencia internacional sobre la enfermedad da la voz de alerta sobre las consecuencias del virus en la salud mental
Por razones obvias, los estudios que evalúan las consecuencias de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 en nuestra salud mental, han sido muy pocos y la mayoría centrados en los efectos secundarios de la enfermedad (aislamiento, temores, duelo, etc.) que en las consecuencias directas. Y esto se debe a que, por un lado, la ciencia ha puesto sus esfuerzos primeros en la salud física y por otro el impacto en la salud mental es algo que se puede detectar a largo plazo.
Y en este sentido la reciente Conferencia Internacional de Asociaciones de Alzheimer (celebrada en modo online) ha permitido explorar algunos efectos inesperados de la Covid. Un estudio presentado en dicha conferencia y liderado por Arne Søraas, del Hospital Universitario de Oslo, analizó a 13.000 voluntarios que pasaron la enfermedad pero que, sin embargo, no fueron hospitalizados. A estos se les preguntó, ocho meses después de haber pasado la enfermedad, si habían experimentado problemas de memoria. Los resultados se compararon con un grupo de control (voluntarios de la misma edad que no habían cursado la enfermedad) y demostraron una prevalencia de problemas de memoria en el primer grupo mayor que en el grupo de control. Estos hallazgos sugieren que el SARS-CoV-2 puede afectar negativamente la memoria incluso ocho meses después de tener un caso leve de la enfermedad. Para el equipo de Arne Søraas, los hallazgos son un impulso para reconsiderar la noción de que Covid puede ser una enfermedad leve.
Otro estudio partió de bases conocidas de la Covid para analizar las consecuencias.
Además de los síntomas respiratorios y gastrointestinales que acompañan al Covid, muchas personas con el virus experimentan síntomas neuropsiquiátricos a corto y largo plazo, incluida la pérdida del olfato y el gusto, y déficits cognitivos y de atención, conocidos como «niebla mental». Para algunos, estos síntomas neurológicos persisten y los investigadores están trabajando para comprender los mecanismos por los que se produce esta disfunción cerebral y lo que eso significa para la salud cognitiva a largo plazo.
Para analizar esto, Gabriel de Erausquin, profesor de neurología de la Universidad de San Antonio, estudió la cognición y los sentidos olfativos en unos 300 adultos que habían sido infectados por el SARS-CoV-2 tres meses y seis meses antes. Los resultados mostraron que más de la mitad mostraba problemas persistentes de olvido y aproximadamente uno de cada cuatro tenía problemas adicionales con la cognición, incluido el lenguaje y la disfunción ejecutiva. Estas dificultades se asociaron con problemas persistentes en la función del olfato, pero no con el grado de gravedad de la enfermedad Covid-19.
«Estamos empezando a ver conexiones claras entre Covid-19 y problemas con la cognición meses después de la infección – explicaba Erausquin en un comunicado de la universidad–. Es imperativo que continuemos estudiando esta población, y otras en todo el mundo, durante un período de tiempo más largo para comprender mejor los impactos neurológicos a largo plazo del Covid-19».
Otro estudio que también analizó el impacto en la salud mental provocado por este virus, estudió los marcadores biológicos de lesión cerebral, neuroinflamación y Alzheimer y su posible relación con la presencia de síntomas neurológicos en pacientes con Covid-19. Hay determinados marcados biológicos en sangre que son indicadores de lesión en el cerebro, neuroinflamación y enfermedad de Alzheimer.
Para estudiar la presencia de estos biomarcadores sanguíneos, la neurodegeneración y la neuroinflamación en pacientes mayores que fueron hospitalizados con Covid, un equipo liderado por Thomas Wisniewski, profesor de neurología, patología y psiquiatría de la Universidad de Nueva York, tomaron muestras de plasma de 310 pacientes que fueron admitidos en hospitales por Covid. De los pacientes, 158 fueron positivos para SARS-CoV-2 con síntomas neurológicos y 152 fueron positivos para SARS-CoV-2 sin síntomas neurológicos. El síntoma neurológico más común fue la confusión por encefalopatía tóxico-metabólica (TME por sus siglas en inglés).
Barrera hematoencefálica
En pacientes que eran cognitivamente normales, los investigadores encontraron niveles más altos en 5 de los 8 marcadores asociados con neurodegeneración y neuroinflamación. Esto podría puede sugerir una alteración de la barrera hematoencefálica (un «dique» que impide el paso de ciertas sustancias de la sangre al encéfalo) relacionada con la inflamación que acompaña a la lesión neuronal.
«Estos hallazgos –concluye Wisniewski– sugieren que los pacientes que tenían covid pueden tener una aceleración de los síntomas y la patología relacionados con el Alzheimer. Sin embargo, se necesita más investigación para estudiar cómo estos biomarcadores impactan em la cognición en individuos con el virus».
Finalmente, un estudio liderado por George Vavougios, investigador postdoctoral de la Universidad de Tesalia, analizó el deterioro cognitivo y las medidas de salud relacionadas en 32 pacientes con covid leve a moderado previamente hospitalizados. Entre ellos, el 56,2% presentó deterioro cognitivo. Los deterioros de la memoria a corto plazo fueron el patrón predominante y esto, según los autores, se debía principalmente a la baja saturación de oxígeno vinculada a la enfermedad.
«Un cerebro privado de oxígeno no es saludable, y la privación persistente puede contribuir a las dificultades cognitivas –señalaba Vavougios–. Estos datos sugieren algunos mecanismos biológicos comunes entre el espectro discognitivo de Covid y la fatiga posterior». Lo que está claro es que la salud mental debe ser también uno de los objetivos que deben continuar en el centro de los expertos sanitarios.
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