Revuelo en el Vaticano

Cuando el Papa lee (y corrige) al «periódico del partido»

Francisco reprende a «L’Osservatore Romano» tras borrarle una cita de un discurso oficial «por miedo a la verdad»

El Papa Francisco, ayer, durante la audiencia a los carmelitas descalzos
El Papa Francisco, ayer, durante la audiencia a los carmelitas descalzosVATICAN MEDIA HANDOUTEFE

Al Papa no se le escapa una. O al menos eso intenta en un pontificado cargado de no pocas minas que está empeñado en desactivar a golpe de transparencia y levantando cuantas alfombras haga falta. El repaso a lo que hacen, dicen o publican en el Vaticano no pasa por alto para Francisco. Incluído aquello que pueda resultar más anecdótico. Véase una supuesta autocensura detectada por el Pontífice en «L’Osservatore Romano», el diario oficial de la Santa Sede que él coloquialmente denomina «el periódico del partido».

Así lo reveló ayer durante la audiencia que mantuvo con los carmelitas descalzos, que celebran su capítulo general y en el que han elegido como superior general al español Miguel Márquez. En su alocución, les invitó a perseverar en huir de «los psicologismos y espiritualismos» englobados en un término acuñado por Bergoglio: «La mundanidad espiritual». En este punto, Francisco cita a Henri de Lubac, un cardenal jesuita que como teólogo fue clave en el Concilio Vaticano II. «Es el peor de los males que le pueden pasar a la Iglesia, incluso peor que aquella época de los Papas concubinarios», rememora textualmente, que en ese momento deja caer que «esto también se lo dije a los claretianos el otro día…». «Evidentemente, L’Osservatore Romano se asustó con este texto, que no es mío, es de Lubac, y puso ‘’peor que los concubinarios’'», subraya Francisco sobre el hecho de que eliminaran el sustantivo «papas». «'’L’Osservatore’' le tenía miedo a la verdad, espero que se corrija bien», apostilla de viva voz para continuar con su reflexión sobre esa «mundanidad». Lo cierto es que el Santo Padre hacía referencia a esos más de 250 pontífices que, en determinados momentos de la historia de la Iglesia, tuvieron relaciones afectivas y sexuales antes o durante del ejercicio de su cargo.

Lo cierto es que no es la primera vez que el Santo Padre pone el foco a los medios vaticanos. Durante su visita el pasado 24 de mayo, en su primera visita al Dicasterio para la Comunicación, el departamento con más presupuesto de todo el Vaticano, no dudó en lanzar una reflexión al aire: «Tengo una sola preocupación. ¿Cuántos escuchan la Radio Vaticana? ¿Cuántos leen ‘’L’Osservatore Romano’'?». Haciendo cuentas, el diario antes del coronavirus imprimía 5.000 ejemplares a los que hay que unir los 20.000 que se distribuyen en formato online, amén de su influencia en otros tiempos como instrumento diplomático y de portavocía paralela. Tal revuelo se formó sobre lo que se llegó a considerar un rapapolvos, que la cuestión sobrevoló también durante la reciente entrevista de Carlos Herrera. «No dije si lo leían mucho o poco», aclaró el Papa, que destacó cómo «ha progresado muchísimo y es una maravilla cómo está haciendo los esfuerzos culturales que está haciendo».