Tribunales
El sicario que mató a Ardines: “La Guardia Civil me pegó y me obligó a inculparme pero yo no estuve allí”
Djilali Benatia ha sido el primero de los cuatro acusados en declarar en el juicio por el asesinato del concejal de LLanes
No ha sido hasta casi las 14:00 horas cuando ha comenzado la toma de declaración a los cuatro acusados por el asesinato del concejal de Llanes, Javier Ardines, en agosto de 2018. El primero en declarar ha sido uno de los sicarios contratados, supuestamente, para ejecutar el crimen. Se trata de Djilali Benatia, argelino que lleva viviendo en España desde 2008. Benatia, que sí confesó los hechos cuando fue arrestado por la UCO de la Guardia Civil en febrero de 2019, se ha retractado en sede judicial de lo que había declarado. Asegura que toda esa declaración en la que admitió que Pedro Nieva le contactó a través de Jesús Muguruza para dar una paliza a Ardines (aseguró que la muerte la causó su compañero, Maamar Kelii, por su cuenta y riesgo) lo declaró porque la Guardia Civil le presionó para que dijera aquello. “La Guardia Civil me la lió, hicieron lo que quisieron conmigo y me jodieron vivo”, ha asegurado en la Audiencia de Oviedo.
“Me dijeron que les ayudara y no aguanté la presión”
Benatia sostiene que tras la detención de madrugada en su casa de Bilbao, al ser trasladado a dependencias policiales, los agentes le “pegaron” e “insultaron” y él no pudo “aguantar la presión” por lo que accedió a la petición, según él, de los agentes, que no era otra que “ayudarles”. “Me dijeron si tú nos ayudas, nosotros te ayudamos y no te vas a comer asesinato, solo 2 o 3 años y no vas a entrar en la cárcel”. Así, aunque según él no tiene nada que ver con el asunto, accedió porque pensó en su familia y sus hijos y no imaginaba estar muchos años en prisión sin verlos. Pero ahora, ha dicho: “Me han metido en un marrón en el que no tengo nada que ver” porque “yo no he estado en Llanes ni en Asturias ni conozco esta gente ni tengo nada que ver”.
Con respecto a las cámaras de la AP-68 en Santurce Sur que captan su coche asegura que en España hay “miles de coches como el suyo”.
El móvil del segundo sicario
Tras Benatia, ha declarado Maamar Kelli, su supuesto compinche, que asegura que solo conoce a Benatia porque su compatriota y que el móvil que le sitúa en el lugar de los hechos era uno de la familia, que usaba su hijo y su sobrino y que se les perdió o se lo robaron. Sin embargo, al ser de prepago, dice que no denunciaron el robo o pérdida.
Antes de la declaración, las partes han explicado al jurado popular cómo funciona un juicio de este tipo.
Mientras que la fiscal del caso, Belén Rico, ha animado a los jurados a que “tomen notas” de todo ya que el juicio va a durar todo el mes de noviembre y tomar notas ayuda a “concentrarse”. Aunque el abogado de la acusación particular que ejerce la familia de la víctima, Antonio Pineda, ha suscrito prácticamente la versión de los hechos aportada por la Fiscalía y considera a los cuatro acusados responsables del asesinato de Ardines, los abogados de la defensa de los procesados ha aprovechado para sembrar sobre las pruebas que saben que se van a exponer y para recordar la máxima que debe imperar en este tipo de juicios: en caso de duda, a favor del reo.
“Si no hay certezas, solo cabe absolver”
Así lo ha explicado el letrado del principal acusado, Javier Beramendi, que ha insistido en que hacer justicia no es declarar a nadie culpable, sino “condenar solo si hay certezas. “Si no hay certezas, solo cabe absolver”, ha recordado.
El juicio continuará mañana, en su segunda sesión, con la declaración de los otros dos acusados: Jesús Muguruza, el “conseguidor” de los sicarios tras rechazar hacer él el encargo y Pedro Nieva, inductor del crimen y marido de Katia, la amante de la víctima; relación que desencadenó el asesinato del concejal.
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