Declara la amante de Ardines
Katia, sobre sus relaciones con el concejal: “Bueno, tampoco han sido tantas veces, eh”
El juicio por el crimen de Javier Ardines ha estado marcado hoy por la declaración de la mujer del principal imputado y amante de la víctima
Era una de las declaraciones más esperadas del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Oviedo desde principios de mes. Katia Blanco, mujer del inductor del crimen de Javier Ardines y amante de éste, ha declarado hoy por videoconferencia desde Durango durante más de hora y media. Ha sido la fiscal del caso, Belén Rico, quien más tiempo ha estado interrogándola en una ágil y brillante intervención. Primero, el magistrado presidente de la sala, Javier Iriarte, le ha preguntado si sigue siendo esposa de Pedro Nieva a efectos de responsabilidad penal de parentesco, a lo que ella ha respondido: “Todavía no hemos firmado los papeles de divorcio, pero de momento sí”. Más tarde ha repetido que sí estaban separados: “Él está donde está y yo en mi casa”.
Una amistad...y algo más
Muy resuelta, en actitud un tanto chulesca y hasta confrontando con la fiscal, Katia Blanco ha comenzado su intervención tratando de pasar de puntillas por las preguntas relacionadas con el tipo de relación que mantenía con el concejal fallecido. “Teníamos una relación de amistad y....algo más”. La todavía mujer del acusado del asesinato ha explicado que comenzó a mantener “relaciones esporádicas” con Ardines desde que empezó a estar mal en su matrimonio con Pedro. “¿No desde jóvenes?”, ha tratado de puntualizar la fiscal. “A ver, cuando era cría tuve algo con él pero no durante 30 años, como se está diciendo”.
Muy segura de sí misma y a veces contestando en tono altivo y hasta quitándole hierro al asunto, Katia ha respondido así a la fiscal cuando le ha preguntado si aprovechaban en verano, cuando iba a la casa de Asturias, para mantener los encuentros sexuales: “Tampoco han sido tantos, eh”, dijo con tono de risa.
Con respecto a la famosa grabación que Pedro les hizo a ella y a Ardines el 8 de diciembre de 2017, cuando descubrió la infidelidad, aseguró que esa conversación no era más que “una conversación de dos personas adultas que se atraen y nada más”. Katia reconoce que Pedro le pidió explicaciones pero que ella se lo negó pero en todo momento ha tratado de mantener la línea de defensa de su marido: que él no estaba desesperado, que no la controlaba ni nunca le reprochó nada. Así la fiscal le ha dicho: “¿No le reprochaba? Tengo 400 folios para leerle”, a lo que ella ha respondido muy resuelta: “Pues puede empezar”.
“Usted quiere darle otro tono”
La fiscal le ha recordado conversaciones de WhatsApp donde ella le recrimina que no le mire el móvil, que la está martirizando y él insiste en que “si la pierde se muere” pero Katia ha insistido en que son mensajes “normales” entre una pareja que se está rompiendo después de 24 años y que “es normal que sienta pena”. Eso sí, la mayoría de los mensajes ha dicho no recordarlos y, cuando se ha visto acorralada ha salido, por ejemplo, con respuestas como: “Yo no considero que mi teléfono sea privado para mi marido”. O cuando la fiscal le ha preguntado que Pedro le escribía: “Estás en línea” y ella le respondía a su marido: “Madre mía que control”, ella asegura ahora que “no se refería a que la estuviera controlando, usted quiere darle otro tono”.
El 13 de agosto, tres días antes del crimen, Pedro le escribe a ella, que ya está en Llanes: “Pareces una hembra en celo en busca del macho alfa” pero ella no le dio importancia. Y ha explicado cómo fue la mañana que se enteró de la muerte del concejal y los mensajes que intercambió con su marido, cuando le puso: “Pedro, ¿qué has hecho?”. “Creyó que podía haberlo matado?” Katia no ha tenido otra que contestar que sí, pero en un tono muy bajito.
“No he mandado a nadie que le matara”
También ha explicado Katia la versión que acordó con Ardines cuando les pillaron, sobre todo, para saber qué le decían a su mujer, Nuria. “A Nuria le dije la explicación que Javier me dijo que le dijera”, asegura. Y ésta venía a decir que Pedro era celoso porque ya le había pillado en otras relaciones extramatrimoniales.
El abogado defensor de su marido ha tratado de que ella se explayara con las declaraciones que prestó ante la Guardia Civil, las muchas horas que la tuvieron declarando y la actitud hostil de los agentes en una de ellas, donde incluso hubo un puñetazo en la mesa. Al salir de ésta, Pedro, que le esperaba en el coche (un vehículo que ya estaba microfonado) le dijo: “Yo no he sido ni he mandado a nadie a que le matara”.
También ha declarado una agente de la Guardia Civil que participó en la investigación especialmente en la toma de declaración de Alicia Llanes, la amante de la víctima con la que mantuvo relaciones el día antes de morir y cuyo ADN apareció en el cadáver del concejal. El abogado defensor de Nieva ha cambiado ya su registro “amable” y ha comenzado fuerte con el primer interrogatorio a su propuesta. Javier Beramendi ha tratado de sembrar la duda sobre la participación de Alicia en el crimen y ha preguntado si se comprobó la versión de la mujer respecto a su romance con el concejal, dando a entender que si había ADN suyo incluso en una de las vallas de la emboscada, deberían haber “comprobado” algo más. También ha ido en este sentido al preguntar si analizaron el plástico escondido entre unos árboles donde Alicia aseguró que mantenían relaciones “intensas”.
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