El último adiós

Traspinedo despide a Esther López en un multitudiario funeral con la ausencia de sus dos amigos sospechosos

Los amigos de Esther señalados en la investigación no han acudido al sepelio para evitar confusión

Después de haber concluido la exhaustiva autopsia del cuerpo, fundamental para avanzar en esta complicada investigación, los forenses del Instituto Anatómico Forense de Valladolid daban parte al juzgado que instruye la causa y éste autorizaba la entrega de los restos mortales de Esther a su familia, que llegaban a última hora de la tarde de ayer al tanatorio de Traspinedo para darle sepultura esta mañana.

A las 12:37 horas llegaba el cuerpo para dar comienzo al funeral en la iglesia de San Martín de Tours, patrón de la localidad que hoy llora la muerte de su vecina Esther López, que murió con 35 años la madrugada del pasado 13 de enero por causas todavía sin esclarecer. Para evitar posibles tensiones entre los vecinos, los amigos que siguen bajo la lupa policial (Carlos, apodado “Carolo”, y Óscar, amigo de su hermana y quien dejó que se bajara del coche aquella madrugada) han preferido no acudir al sepelio.

Mientras la investigación se afana por avanzar en qué ocurrió aquella madrugada y agentes de Tráfico de la Guardia Civil practicaban mediciones en la curva donde fue encontrado el cuerposin vida de la chica para recrear con ordenador un posible atropello, los forenses se encuentran a la espera de que el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid estudie las muestras enviadas para determinar si algún tóxico consumido pudiera estar detrás de la muerte.

Las claves: Toxicología y el GPS

Y es que, los expertos siguen sin tener claro que un accidente de tráfico que causa muerte pueda no dejar más señales en un cuerpo que unos traumatismos abdominales y torácicos y no provoque ninguna fractura ósea. Por eso, los forenses creen que Toxicología dará muchas respuestas ya que un “shock hipovolémico” provocado por hemorragias internas (la causa oficial de su muerte) también podría ser provocado por el consumo de ciertas sustancias que el organismo no ha sido capaz de tolerar. No obstante, los resultados serán igualmente importante para descartar esta posible causa.

Además de los resultados de Toxicología, la otra clave de la investigación vendrá de la mano de los agentes del GATO (Grupo de Apoyo Técnico Operativo) de la UCO. Estos ingenieros en telecomunicaciones elaborarán un minucioso informe donde podrán afinar con margen de error de metros a qué horas y dónde estuvo Esther, gracias al estudio del gps de su móvil, encontrado al lado de su cadáver. También podrán determinar si otro “móvil” y, por tanto, otra persona, estuvo con ella en el momento de su muerte, si fue ella quien apagó el móvil o se quedó sin batería y el recorrido preciso de aquella fatídica madrugada.

Pero tanto los informes del GATO como los de Toxicología podrían tardar varios días o incluso semanas, por lo que parece que la investigación podría demorarse más de lo deseado por la familia, que a pesar del pequeño alivio de haber podido encontrar a Esther y poder darle sepultura, necesitan saber qué pasó.