Enfermedades

Asturias, en alerta por dos brotes de “fiebre Q”: qué es, a quién afecta y cómo se contagia

El Principado tiene bajo seguimiento ocho casos de esta enfermedad infecciosa causada por la bacteria Coxiella burnetii

El Principado de Asturias investiga el origen de ocho casos de ‘fiebre Q’ detectados en la última semana en diferentes zonas de la comunidad. En concreto, se han detectado casos en el área sanitaria III, Avilés, con un brote de cinco casos y otros tres casos más.

La fiebre Q es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Coxiella burnetii que se transmite a las personas a través de los animales. Las ovejas, el ganado y las cabras son los principales reservorios de la infección, pero también se puede encontrar en otros muchos animales domésticos.

Por lo general, los casos de fiebre Q se producen entre trabajadores cuyas ocupaciones los ponen en contacto estrecho con animales de granja (que a menudo son asintomáticos) o sus productos. Es por ello, que quienes tienen mayor riesgo de contagio son los ganaderos y veterinarios, así como los profesionales del sector cárnico y de la investigación animal.

La transmisión suele ser por inhalación de aerosoles infectados que pueden viajar largas distancias y afectar a las personas que viven en los territorios cercanos. No obstante, la enfermedad también puede contraerse por vía alimentaria, por ejemplo, al ingerir leche cruda contaminada. Rara vez la enfermedad se transmite de persona a persona.

La bacteria Coxiella burneti puede permanecer viable en las partículas de polvo del corral contaminado por animales y en las heces de los animales durante meses. También se conserva en la naturaleza gracias al ciclo animal-garrapata, pero estos insectos no están involucrados en la infección del ser humano.

Los síntomas respiratorios suelen aparecer entre 4 y 5 días después del inicio de la enfermedad. Son “los típicos de una infección respiratoria de vías altas o de vías bajas”, apunta Mario Margolles, jefe de Vigilancia Epidemiológica.

Estos pueden ser tos, fiebre o dificultad para respirar en determinadas ocasiones cuando afecta a la parte baja de los pulmones. El experto advierte de que puede haber cuadros respiratorios graves pero, por lo general, suelen resolverse en tres o cuatro semanas con antibióticos.

El período de incubación de la enfermedad oscila entre 18 y 21 días. Aunque la ‘fiebre Q’ suele ser asintomática, en algunos pacientes puede comenzar en forma súbita, con síntomas seudogripales como fiebre, cefalea intensa, escalofríos, malestar general grave, mialgia, anorexia y sudoración. La temperatura corporal puede aumentar hasta 40° C y persistir entre 1 y 3 semanas. En raras ocasiones, se manifiesta como encefalitis o meningoencefalitis.

En algunos casos puede afectar al hígado y los síntomas se asemejan a los de la hepatitis viral, con fiebre, malestar general, hepatomegalia con dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen y, en ciertos casos, ictericia.

En el caso de la fiebre Q crónica, puede manifestarse desde unas pocas semanas hasta muchos años después de la infección inicial. Ocurre en menos del 5% de los pacientes y suele manifestarse con endocarditis o hepatitis.