Reacción ante la nueva crisis
«Tenemos tres planes para luchar contra la viruela del mono»
Declaraciones del portavoz de la Casa Blanca, Kevin Muñoz, a LA RAZÓN
Cuando los coletazos de la pandemia de covid todavía acechan con fuerza a muchas familias estadounidenses, dos años y medio después, en diversos aspectos económicos y sanitarios de su día a día, Estados Unidos supera desde la semana pasada los 14.000 contagios de la viruela del mono, extendidos ya por todos los 50 estados del país. Frenar la creciente expansión del virus es ahora una prioridad para la Casa Blanca de Biden, que aprovechó para anunciar hace unos días nuevas medidas de urgencia a implementar a partir de la próxima semana. Recursos que incluyen poner a disposición de la población estadounidense cerca de dos millones más de dosis de la vacuna Jynneos, que se suma al millón ya administrado, así como otras medidas dirigidas especialmente a aquellas comunidades vulnerables más afectadas por la viruela del mono.
«Algo que no ha cambiado desde que en mayo se identificó este brote fuera de África es quela población más afectada continúa siendo la comunidad LGBTQ», afirma Juan Carlos Celis, médico epidemiólogo. «Los porcentajes han bajado un poco, pero entre el 80 y el 95% de los casos están en esta población», añade el también presidente de la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales.
Conforme el virus de la viruela del mono continúa expandiéndose por más de 92 países de todo el mundo, superando los 35.000 casos reportados y cerca de una veintena de muertes confirmadas, las autoridades sanitarias alertan de las consecuencias de no tomar las medidas adecuadas para combatir la enfermedad.
Y es que las cifras reveladas por la Organización Mundial de la Salud en una conferencia de prensa en Ginebra el pasado miércoles suponen «7.500 casos nuevos en siete días, lo que significa un aumento del 20% con respecto a la semana anterior, que también fue un 20% más que los siete días precedentes», como dio a conocer el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Estados Unidos, siguiendo las indicaciones del organismo e incluso el adelanto de algunos estados como Nueva York o California, declaró el brote de viruela del mono como «una emergencia de salud nacional» durante la primera semana de agosto. Con esa decisión, la Administración Biden conseguía poner en marcha recursos federales para ayudar a frenar el brote a lo largo y ancho del país.
El Gobierno de Biden ha puesto a disposición de la población estadounidense hasta ahora cerca de un millón de vacunas, más de 22.000 ciclos de tratamientos contra el virus y también la capacidad para realizar una media de 80.000 pruebas semanales. Además, las autoridades sanitarias estadounidenses han volcado sus esfuerzos en permitir que la inoculación se pueda administrar por vía intradérmica, es decir, aumentando hasta cinco veces la cantidad de dosis en cada vial de la vacuna.
Pero, en vista del drástico aumento de los casos, la Casa Blanca decidía acelerar esta semana la Fase 4 de la estrategia nacional de vacunas, lo que significa que otro 1.800.000 dosis adicionales de la vacuna estarán disponibles desde el próximo lunes para todas aquellas ciudades o estados del país que así las soliciten. «Una de las prioridades del presidente Joe Biden es fortalecer y acelerar nuestra campaña de la viruela del mono porque sabemos que necesitamos hacer todo lo que podamos», asegura en entrevista para LA RAZÓN el portavoz de la Casa Blanca, Kevin Muñoz. Motivo por el cual la Administración Biden anunció tres nuevas acciones esta semana, a poner en marcha de manera inmediata.
«Primero, acelerar la administración de dos millones de dosis de la vacuna contra la viruela del mono por toda la nación, lo que permite asegurar que cada ciudad y cada estado tenga acceso a recursos suficientes para atacar al virus», confirma Muñoz respecto a los próximos pasos del Gobierno de Biden. «Segundo, como la enfermedad está afectando directamente a algunas comunidades, llevaremos vacunas a los eventos del orgullo gay en ciudades como Atlanta, Nueva Orleans y Charlotte, así como otro tipo de recursos, como pruebas de detección a las comunidades más afectadas», añade el portavoz de la Casa Blanca. Y «tercero, queremos fabricar las vacunas Jynneos en Estados Unidos y anunciamos, en esa línea, un nuevo esfuerzo para atraer la producción de la vacuna a una fábrica en Michigan».
Bajo ese contexto, la Casa Blanca también ha puesto en marcha un proyecto piloto que proporcionará 50.000 dosis de vacunas de la reserva nacional en zonas vulnerables de mayor riesgo de contagio, a disposición de todas aquellas personas que lo soliciten.
Romper con los estigmas y evitar que, junto con el brote de la viruela del mono, se propaguen los mensajes de odio y las agresiones contra el colectivo LGBTQ, como ya ha sucedido con algunos casos aislados en la capital estadounidense recientemente, es también una de las propiedades de Biden. «Lo que estamos haciendo desde la Casa Blanca es trabajar muy de cerca con las comunidades más afectadas para asegurar que dispongan de los recursos adecuados para hacer frente a la enfermedad. La salud pública tiene muchas recomendaciones para que entiendan el riesgo a esos eventos sexuales, qué necesitan hacer y entender antes de asistir», añade Kevin Muñoz.
Recomendaciones que el Gobierno demócrata está poniendo en marcha basándose en la ciencia. «Tenemos una Administración y un liderazgo de personas que entienden la importancia de seguir las instrucciones de autoridades científicas como prioridad en cómo atacamos la viruela del mono. Estamos haciendo todo lo que esté en nuestras manos para combatir el virus, mientras seguimos atacando a la covid».
Las autoridades sanitarias indican que, para los casos del brote que requieran tratamiento, los medicamentos antivirales como el tecovirimat, desarrollados para proteger contra la viruela, también pueden usarse para prevenir y tratar las infecciones por el virus de la viruela del mono, aunque se recomiende habitualmente a aquellos pacientes con sistemas inmunitarios debilitados o personas con altas probabilidades de enfermarse de gravedad.
Por otro lado, expertos alertan que la información errónea sobre la nueva enfermedad demuestra que ésta se propaga incluso más rápido que el propio virus. De ahí la importancia de reconocer las fuentes sanitarias oficiales. Con la viruela del mono «estamos reproduciendo una experiencia que ya se vivió hace décadas con el VIH», recuerda el doctor Celis, por lo que «es fundamental que la información sea honesta y transparente».
«La Organización Mundial de la Salud (OMS) está pidiendo a los países de Europa y EE UU, que ya han usado miles de dosis de la vacuna, que nos digan cuántas infecciones y hospitalizaciones han evitado con esas dosis que se han usado. Es decir, podrían estar poniendo esperanza en medicamentos y en vacunas que todavía no dan una respuesta clara. Toda esa información tiene que ser compartida clara y de forma transparente para que no se dé cabida a la desinformación, al bulo, a la agresión, al estigma y a la discriminación», añadió el médico especialista en epidemiología.
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