Viaje oficial

Francisco audita al islam: «No basta decir que una religión es pacífica»

En su segunda jornada en Baréin el Papa busca aupar al orbe musulmán moderado frente al radical

Francisco, ayer, junto al gran imán de la Universidad cairota Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb
Francisco, ayer, junto al gran imán de la Universidad cairota Al-Azhar, Ahmed Al-TayyebVATICAN MEDIA HANDOUTAgencia EFE

Francisco se ha erigido en el auditor externo para confrontar y validar ante la comunidad internacional a un islam moderado que no deja resquicio alguno a la violencia. Así pareció ejercerlo ayer en su segunda e intensa jornada de trabajo en Baréin, que arrancó con la clausura del foro de diálogo «Oriente y Occidente por la coexistencia humana». El reino insular había previsto un escenario suntuoso, la plaza Al-Fida, dentro del monumental complejo del Palacio Real Sakhir, donde por cierto y de modo excepcional, tiene su residencia estos días el Santo Padre, ya que la nunciatura de la región se encuentra en Kuwait.

«No basta decir que una religión es pacífica, es necesario condenar a quienes abusan de su nombre», dijo Francisco en una comanda dirigida al mundo musulmán allí representado por numerosos imanes, jeques y ministros de países con mayorías musulmanas como Arabia Saudita, Egipto y Malasia. «Si faltan oportunidades de instrucción, aumentan los extremismos y se arraigan los fundamentalismos», añadió presentando la educación como vía para la paz, añadió en una cumbre en la que participaron, entre otros, el patriarca Bartolomé de Constantinopla; el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, Ioan Sauca, el rabino estadounidense Marc Schneier; y Miguel Ángel Moratinos en representación de la ONU. De nuevo, ausente el patriarca Kirill de Moscú.

Improvisando en su alocución, Jorge Mario Bergoglio sentenció: «Aquí dirijo a todos mi llamamiento para que se ponga fin a la guerra en Ucrania y se pongan en marcha negociaciones de paz». El rey Hamad bin Isa correspondió al pontífice argentino desmarcándose de cualquier posible guiño al presidente ruso Vladimir Putin: «Mientras caminamos juntos, mano a mano para alcanzar el objetivo de un futuro próspero, debemos estar todos unánimemente de acuerdo en estas condiciones excepcionales de parar la guerra entre Rusia y Ucrania y poner en marcha serias negociaciones para el bien de toda la humanidad». Después del monarca tomó la palabra el gran imán de la Universidad cairota Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb, que denunció «el despliegue de la fuerza militar es una traición a la genuina política. Yo defiendo que se reemplacen esas políticas con la cultura en la esfera de las relaciones internacionales». Tras el congreso, Francisco se encontró en privado con Al-Tayyeb, que para los sunitas representa la máxima instancia doctrinal. Después, se reunión con el Consejo Musulmán de Ancianos. A ellos les animó a «disipar interpretaciones erradas que a través de la violencia tergiversan, instrumentalizan y dañan el credo religioso…».

El último acto del día el Papa lo reservó para la comunidad cristiana, en un encuentro ecuménico en la catedral de Nuestra Señora de Arabia. El millar de personas que le recibieron, escucharon del Obispo de Roma una alocución en la que subrayó que «la unidad, para la que estamos en camino, consiste en la diferencia. No nos encierra en la uniformidad sino que nos dispone a acogernos en las diferencias», comentó ante líderes ortodoxos, protestantes, evangélicos.