Tursimo masivo

Las multas por guardar sitio en playas españoles alertan a los medios británicos: "Pues nunca he tenido problemas veraneando en Francia"

Una normativa innovadora genera polémica entre visitantes y residentes locales

Decenas de turistas disfrutan del sol y la playa en Benidorm
Decenas de turistas disfrutan del sol y la playa en BenidormManuel LorenzoAgencia EFE

La llegada de una regulación sin precedentes está sacudiendo el panorama turístico español. Los turistas británicos ahora enfrentan una nueva normativa que prohíbe la reserva de hamacas en ciertos espacios, con multas que pueden alcanzar los 250 euros si son sorprendidos ocupando áreas que realmente no estén usando.

Esta medida surge como respuesta directa a las quejas sobre el comportamiento de "acaparamiento" de tumbonas, donde los visitantes reservaban espacios por extensos períodos tiempo para su posterior uso, generando malestar entre otros turistas que buscaban disfrutar de las instalaciones.

La implementación de esta controvertida normativa para los visitantes extranjeros se está ejecutando en destinos turísticos de alto impacto como Barcelona y CostaBlanca, con el objetivo fundamental de promover una distribución más justa de los recursos playeros y garantizar una experiencia justa para todos los visitantes.

Tensiones y reacciones del sector turístico

El contexto de esta polémica se enmarca dentro de un creciente sentimiento de rechazo al turismo masivo en diversas regiones españolas. Muchos residentes señalan que los visitantes contribuyen al aumento de precios inmobiliarios, generan comportamientos antisociales y ejercen presión sobre los servicios públicos locales.

Propietarios hoteleros y trabajadores del sector turístico han manifestado su preocupación. Un empresario hotelero citado en el Majorca Daily Bulletin expresó su temor: "Hemos alejado a los turistas. No me gustaría pasar mis vacaciones en un lugar donde no me siento bienvenido". Un camarero local, siguiendo con esta línea, destacó la disminución significativa del flujo turístico.

Los turistas británicos han respondido con diversas reacciones en redes sociales. Algunos han manifestado su frustración, interpretando la medida como una especie de confrontación económica, mientras que otros han comparado la situación con otros destinados afirmando que "en Francia nunca he tenido ningún problema en mis vacaciones".