Beneficios de la hidroterapia durante el parto: estas son sus ventajas

No todas las mujeres son iguales. Tampoco todos los embarazos lo son. De igual forma, los partos varían incluso en una misma mujer. Por eso, contar con diferentes opciones a la hora de dar a luz puede representar una ventaja para la futura mamá. Poco a poco, en nuestro país está ganando fuerza la posibilidad de dar a luz en el agua. Si se piensa, realmente el bebé pasa nueve meses dentro de un ‘ecosistema’ líquido, y con la hidroterapia entraría a formar parte del ‘mundo real’ también a través de agua.

Así, existe una demanda cada vez mayor entre las gestantes de dar a luz en el agua. ¿Por qué? Los estudios científicos publicados hasta la fecha sostienen que entre sus principales ventajas se encontraría el que disminuye la necesidad de analgesia en la mujer durante el parto, ya que en el agua la percepción del dolor es menor.

Según explica la doctora Isabel María Blanco Herráez, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Marbella, la analgesia epidural hoy en día es la técnica anestésica más solicitada por parte de las mujeres durante el parto, si bien esta puede conllevar una serie de riesgos y de efectos sobre el procedimiento, como, por ejemplo, disminuir la sensación de pujos de las madres o dificultar su movilidad.

Otra de las ventajas de la hidroterapia, según destaca esta experta, es que esta técnica disminuye el tiempo de dilatación necesario, si se compara con un parto vaginal tradicional fuera del agua y sin analgesia.

“Las bañeras obstétricas facilitan la dilatación de la mujer en el agua. Los beneficios de la inmersión en el medio acuático durante el trabajo de parto son numerosos. El principal es el alivio del dolor, ya que atenúa el estrés, ayuda a que los músculos perineales se relajen y estimula la producción de endorfinas, que es nuestro analgésico natural. La sensación de ingravidez al flotar en el agua les reconforta en esta fase previa al nacimiento”, detalla Bernardo Ruiz, jefe de Matronas.

No hay complicaciones materno-fetales

Por otro lado, la ginecóloga Isabel María Blanco Herráez sostiene que en el caso de los bebés no se han objetivado efectos adversos tras nacer en el agua, ni tampoco complicaciones en las futuras mamás. En caso de que tengan lugar complicaciones, que no es lo habitual, mantiene que las mujeres sí deberían salir del agua.

Además, la especialista señala que se ha comprobado que al estar las mujeres sumergidas en el agua (hasta el abdomen) se disminuye el tiempo de parto, estas se encuentran más relajadas, descienden los niveles de ansiedad que pudieran generarse durante el proceso y las mamás son capaces de afrontar mejor las contracciones, entre otros posibles beneficios de la hidroterapia.

Gracias a esta técnica de inmersión en el agua durante el parto, prosigue la doctora Isabel María Blanco Herráez, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Marbella, se ha constatado un menor número de cesáreas y de episiotomías en los alumbramientos, así como una mejora en la perfusión uterina, al tiempo que se ha percibido una sensación de mayor control y de satisfacción entre las madres al término del trabajo de parto.

Quiénes sí pueden optar a la hidroterapia

Suelen realizarse en bañeras que se encuentran con una temperatura que ronda los 37 grados centígradosy, como máximo, dos horas consecutivas. Ahora bien, no todas las futuras mamás pueden optar por la hidroterapia, sino que deben cumplir una serie de requisitos.

“Se trata de una opción por la que pueden decantarse, prosigue este matrón, aquellas mujeres que hayan presentado un bajo riesgo durante el embarazo, se encuentren a término, no tengan signos de infección, sus constantes vitales puedan estar controladas y mantengan un registro cardiotocográfico normal”.

La especialista del Hospital Quirónsalud Marbella resalta que gran parte de las madres logran relajarse y aliviar el dolor, entre otros puntos también porque esta técnica permite que las parturientas adopten posiciones que facilitan el descenso fetal y, en consecuencia, todo fluye más rápidamente y son necesarias menos intervenciones medicalizadas en el proceso.

Una revolución en el trabajo del parto

Así, la doctora Isabel María Blanco Herráez, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología celebra que, gracias a la implementación de técnicas como esta, “el trabajo de parto ha protagonizado una revolución en los últimos años, quedando atrás esa planificación en la que la mujer esperaba en una habitación y luego era trasladada a un quirófano para tener a su bebé”.

Ahora, dice, se evita ese recorrido interno y en las salas de desarrollo de parto respetado o de baja intervención, donde suelen encontrarse las bañeras de hidroterapia, la mujer vivirá la “experiencia única de la recta final del embarazo”, sin moverse de la habitación, pero siempre acompañada de la persona que ella decida.

En este sentido, el matrón numera los elementos principales de la sala: “Un aseo en suite con ducha de suelo continuo para su fácil acceso a disposición de las gestantes que quieran relajarse bajo la cortina de lluvia, la pelota de Pilates (para favorecer la dilatación y rebajar la presión en la zona de la pelvis), un aparato de iluminación y humidificación del aire basado en cromoterapia y aromaterapia con la opción de mantener fijo un color o programar un ciclo ambiental a deseo de la mujer o la musicoterapia; en este apartado, las matronas preguntamos por la preferencia de la mujer o usamos una lista de canciones con propiedades relajantes que tenemos confeccionada”.