Sociedad

De aquí a la eternidad

Ser feliz es gratis, es cierto, pero también hay que poner entusiasmo en conseguirla

El sistema permite medir el nivel de oxitocina, la conocida como "hormona de la felicidad"
El sistema permite medir el nivel de oxitocina, la conocida como "hormona de la felicidad"La RazónLa Razon

Hace escasos días recibimos en casa el regalo de una amiga consistente en un letrero luminoso, con luz de neón, con un mensaje que reza “ser feliz es gratis”. Lo tengo encendido todo el rato, para que el visitante que entre por la puerta lo lleve grabado en su mente, cosa que no es difícil porque la luminosidad que da es fuerte, y al cerrar los ojos sigue reflejándose en los párpados como si los tuviéramos abiertos.

Ser feliz es gratis, es cierto, pero también hay que poner entusiasmo en conseguirla. Como todo en la vida, hemos de procurarlo, por eso, en una reunión de amigos, todos más o menos de una edad, hablábamos de esos pueblos de lo que han dado en llamar “la España vaciada”, que no son más cosa que aldeas abandonadas por falta de comodidades, y calculábamos cómo acondicionar uno para organizarnos en el futuro y envejecer felices y, por supuesto, cerca de la civilización para procurarnos una calidad de vida suficiente que nos garantice unos cuidados perfectos que nos eviten los asilos de ancianos, lo que eufemísticamente decimos residencias, que las hay buenas, sí, pero que también las hay peores donde hasta existen los malos tratos y el hambre.

Siempre he sostenido que lo peor que nos puede pasar es vivir una provecta edad miserable, diríamos que es a lo que más temo, y todo lo escrito más arriba es una quimera, una idea con pocas probabilidades de poder llevar a cabo, una ideica que no se sostiene ni con palillos, pero como concepto está muy bien. Si la cabeza nos sigue funcionando como hasta ahora, cosa que no está en nuestra mano, podemos intentar que, de aquí a la eternidad, nuestros días sean suficientemente felices como para que el luminoso de nuestra amiga sea una realidad, si quiera una realidad a medias. Mientras pueda ir ligando palabras para conseguir líneas, para ligar frases, para completar un concepto y alcanzar así un texto, aunque sea breve como el presente, podremos ir tirando. Amén.