Encuesta

El sistema sanitario suspende en la atención a la salud mental

El 41% de los españoles considera que el SNS no realiza una buena asistencia a este tipo de pacientes en lo que respecta a diagnóstico y tratamiento

En comunidades como el País Vasco, se realizará un control de salud mental a todos los niños y niñas en la revisión de los 12 años
En comunidades como el País Vasco, se realizará un control de salud mental a todos los niños y niñas en la revisión de los 12 añosCIPRIANO PASTRANOCIPRIANO PASTRANO

Cuatro de cada diez españoles consideran que el Sistema Nacional de Salud (SNS) no presta una buena atención a las patologías mentales, en lo que respecta al diagnóstico y al tratamiento. Así lo muestra el estudio «La salud mental y su percepción por parte de la opinión pública española», realizado por Viatris sobre una muestra de 1.002 personas de entre 18 y 70 años. Respecto a la valoración que los encuestados hacen de los profesionales, los datos indican cierta polarización: mientras que el 36% señala que es adecuada, el 33% considera que no lo es, y el 31% no tiene una opinión formada al respecto.

Asimismo, la práctica totalidad de los españoles (97%) cree que las enfermedades mentales están asociadas a un estigma que influye negativamente en los enfermos cuando valoran la posibilidad de buscar ayuda profesional. Dos de cada tres encuestados (64%) consideran que admitir que se tiene un problema mental suele generar pudor, y el 33% piensa que la información acerca las enfermedades mentales es aún insuficiente.

No deben esconderse

Por otro lado, pero en la misma línea, casi seis encuestados de cada diez (57%) creen que quienes padecen una enfermedad mental pueden llevar una vida normalizada y el 78% considera que estas enfermedades no deberían ser escondidas. En la otra cara de la moneda, aún hay un 7% de la población que piensa que los problemas de salud mental deben ser ocultados, y un 3% que cree que se trata de enfermedades inventadas.

Tal y como comenta el psiquiatra Luis Gutiérrez, del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, una mayor conciencia aumenta el número de personas que piden ayuda. Sin embargo, el hecho de que la salud mental sea un tema que, hoy en día, ha adquirido una mayor dimensión social puede chocar con la realidad actual de la profesión, que es un importante déficit de especialistas. «Muchos psiquiatras se están jubilando y otros muchos se van fuera de España porque tienen mejores condiciones. El problema no es que no queramos contratar a gente, sino que hay pocos psiquiatras disponibles», lamenta.

Difíciles de tratar

Asimismo, según el estudio, el 80% de los españoles cree que el origen de las enfermedades mentales es «muy complejo», puesto que en ellas influyen factores psicológicos, biológicos y sociales, y la mitad considera que se trata de enfermedades subjetivas y muy difíciles de tratar. Cuando se habla sobre ellas, casi la mitad de los encuestados (48%) menciona en primer lugar a aquellas que afectan al estado de ánimo, como la depresión. Le siguen las enfermedades graves e incurables como la esquizofrenia (32%) y, en tercer lugar, las relacionadas con el estrés, como la ansiedad (15%).

Pero este mayor conocimiento sobre salud mental no siempre tiene efectos positivos. «A veces puede derivar en un incremento de la banalización de estos cuadros. Con frecuencia acuden a consulta personas que no cumplen con las características de un cuadro de ansiedad o depresivo, sino que están atravesando una situación vital complicada», destaca Gutiérrez. «La vida es dolorosa. Hay situaciones de duelo o rupturas que cambian el ánimo, pero ello no implica un diagnóstico de depresión. En cambio, hay pacientes con trastornos graves que, cuando los atendemos, llevan mucho sin tratamiento», añade, y sugiere que quizá serían necesarias «más herramientas educativas para afrontar el dolor en las distintas etapas de la vida».

En este sentido se ha pronunciado Rosa Molina, psiquiatra del Hospital Universitario San Carlos de Madrid, quien ha demandado más formación emocional desde las etapas más tempranas de la vida. “Es importante invertir en prevención a través de la educación, porque muchos problemas mentales en la edad adulta se han gestado en los primeros años de vida”, explica, para añadir que esta estrategia ahorraría costes al Estado.