Opinión

Pell, el cardenal inocente

Fue acusado de pederastia pero absuelto por el Tribunal Superior de Australia

Funeral del cardenal George Pell en la basílica de San Pedro (Roma) celebrado ayer
Funeral del cardenal George Pell en la basílica de San Pedro (Roma) celebrado ayerALESSANDRO SARDO/VATICAN MEDIA HAgencia EFE

Los últimos años de su vida (falleció el martes 10 de enero en Roma cuando había cumplido los 81 años) George Pell los vivió atravesando dos encrucijadas entre las más graves de la historia de la Iglesia: la pederastia clerical y la reforma de las finanzas vaticanas.

En abril del 2013 este prelado australiano llegó al culmen de su carrera eclesiástica: después de haber sido arzobispo de Melbourne y de Sydney, nombrado cardenal en el 2003 por Juan Pablo II, el 13 de abril del 2013 Francisco le incorpora al Consejo Cardenalicio que le ayudará en el gobierno de la Iglesia; un año después le pone al frente de la recién creada Secretaría para la Economía con el objetivo de sanear la economía de la Santa Sede.

Pocos años después es acusado de haber violado a dos monaguillos y obtiene del Papa el permiso para volver a Australia para asumir la defensa de su inocencia.

Tarea inútil puesto que en marzo del 2019 un tribunal le condena a seis años de cárcel de los que cumplió sólo trece meses ya que el Tribunal Superior de Australia proclamó su inocencia, como él siempre había defendido.

He tenido ocasión de tratarle personalmente en dos ocasiones: en la primera concelebré con él la ceremonia del bautizo de un nieto del Príncipe Rúspoli ; estuve a su lado en el almuerzo y recuerdo que le dije: «Eminencia, el Papa le ha encargado una misión muy difícil». A lo que me contestó: «No puede usted ni siquiera imaginarse lo difícil que me está resultando».

El amor de Dios en la cárcel

La segunda tuvo lugar después de su regreso a Roma, ya declarado inocente, cuando me dijo: «En la cárcel descubrí lo que significa el amor de Dios y la caridad de algunos de mis guardianes que me trataron siempre con gran delicadeza».