Nutrición

El 90% de las embarazadas carece de algún nutriente esencial

Un estudio relaciona las dietas de moda y el veganismo con una peor salud de las gestantes en todo el mundo

Un estudio revela la causa de las severas náuseas durante el embarazo
Un estudio revela la causa de las severas náuseas durante el embarazo

Del Reino Unido a Singapur, de Nueva Zelanda a España, puede que muchas mujeres embarazadas estén recibiendo menos nutrientes de los recomendados para el correcto desarrollo de su gestación y no lo sepan. La culpa la tienen algunas nuevas modas alimenticias, la falta de información y el exceso de penetración de dietas como la vegana que excluyen del menú una parte importante de los aportes nutricionales. Al menos esa es la conclusión de un estudio publicado esta semana en Plos Medicine por científicos de varias organizaciones internacionales cuyo título es demoledor. Más del 90 por 100 de las mujeres gestantes carecen de alguno de los nutrientes esenciales en su dieta diaria. Las ausencias más habituales con la vitamina B y la vitamina D.

El trabajo de campo ha investigado a más de 1.700 mujeres embarazadas seleccionadas en hospitales de tres continentes con culturas muy dispares: Oceanía, Europa y Asia. Las pacientes se encontraban en la franja de edad de entre 18 y 38 años y fueron reclutadas a través de la plataforma de ensayos clínicos especializada en nutrición Nipper. Esta plataforma lleva años registrando los hábitos alimenticios de miles de mujeres en todo el planeta antes, durante y después de sus embarazos con el fin de estudiar si determinadas dietas, suplementos o probióticos favorecen el desarrollo sano de la madre y el bebé.

Estado nutricional antes del embarazo

En este caso, a las 1.700 seleccionadas se les realizó un seguimiento de analíticas de sangre enfocado en monitorizar nutrientes esenciales. Además se seleccionaron aleatoriamente grupos de futuras madres que recibirían un suplemento estándar de vitaminas que contiene ácido fólico, beta caroteno, hierro y calcio o una versión enriquecida que incorporaba además riboflavina, vitaminas B6, B12 y D, probióticos, zinc y una forma de nutriente llamada miositol.

En las primeras etapas de gestación el 90 por 100 de las mujeres presentaron deficiencias en las cantidades de folatos, riboflavina y vitaminas B12 y D que obviamente fueron compensadas con mayor éxito en el grupo de embarazadas que tomó suplementos enriquecidos, aunque no siempre hasta alcanzar niveles óptimos. En las últimas semanas de embarazo, incluso se seguían manteniendo en la mayoría de los casos niveles insuficientes de Vitamina B6.

En la actualidad, en muchos casos se recomienda a las mujeres que planean quedarse embarazadas que mejoren la ingesta de nutrientes como el ácido fólico y la vitamina D, pero los autores de este estudio aseguran que los datos obtenidos podrían significar que, además, es necesario incorporar (al menos en ciertas ocasiones) otros suplementos siempre bajo supervisión médica.

Una situación preocupante

En palabras desde Londres de la vicepresidenta del Royal College of Obstetricians and Gynaecolgist, Asma Khalil, “que el 90 por 100 de las mujeres que inician la aventura de concebir un hijo estén por debajo de los estándares recomendados para ciertos nutrientes básicos es preocupante. Sobre todo, cuando algunos de estos nutrientes pueden ser suministrados fácilmente por el médico”. La recomendación es que todas la mujeres que tengan intención de concebir sean conscientes de sus niveles de factores como el ácido fólico o la vitamina D y reciban información rigurosa sobre el tipo de dietas más adecuado para su embarazo.

El autor principal de este estudio, el epidemiólogo de la Universidad de Southampton Keith Godfrey, alerta de que, entre todos los resultados, el escaso nivel de vitaminas hallado en las mujeres antes de comenzar el embarazo es “sin duda, el más preocupante”.

Y apunta a una posible causa: “la presión para mantener dietas libres de carne y lácteos, basadas fundamentalmente en verduras y sometidas a la moda de la sostenibilidad, cuando no directamente veganas, puede estar retirando del menú algunos elementos que son básicos para un embarazo sano”.

“Nuestros datos, insiste, demuestran que casi todas las mujeres que planean un embarazo a corto plazo carecen de niveles suficientes de uno o más nutrientes y estos datos irán a peor si siguen eliminándose de las modas la carne y los lácteos”. El problema es global, no afecta solo a una determinada cultura o a países menos favorecidos.

Otro de los investigadores implicados, el endocrino pediátrico de la Universidad de Auckland Wayne Cutfield, se muestra categórico: “el bienestar nutricional de la madre antes de concebir y durante el embarazo tiene un impacto directo en la salud del futuro bebé, su desarrollo físico y su capacidad cognitiva de por vida”.

Por último, el tercer autor principal del proyecto, Shiao-Yng Chan, de la Universidad de Singapur, denuncia: “si seguimos la tendencia actual hacia dietas libres de carne o productos lácteos, las deficiencias de vitaminas seguirán en aumento. Por ello, será necesario que en los protocolos sanitarios se incluya la toma de suplementos nutricionales más allá de los actualmente comunes ácido fólico y vitamina D”.

Aunque los resultados parecen sólidos, los expertos reconocen que es necesaria más investigación al respecto. No en vano, los propios autores confiesan en el apartado de “conflictos de interés” del estudio que forman parte de comités asesores de empresas de producción de alimentos o farmacéuticas como Nestlé y Abbot. Este dato, que no deja de ser muy habitual en ciencia, ha suscitado ciertas sospechas en algunos medios, pero no desacredita el valor del ensayo como referente.

De hecho, desde hace tiempo se investiga si los cambios de moda en las dietas contemporáneas pueden afectar a la configuración nutricional y recomendar la prescripción de nuevos suplementos. Es ya conocido que el descenso en el consumo de leche ha generado históricamente caídas en la cantidad de nutrientes como la riboflavina. Esta molécula que se encuentra en los lácteos, la carne, los frutos secos y algunas harinas, es fundamental para el crecimiento y función de las células. Se la conoce como vitamina B2 y trabaja en la conversión del alimento en energía útil

Otro elemento, el inositol, es un carbohidrato simple que forma parte de los tejidos del cuerpo, favorece el correcto desarrollo y está muy presente en algunas frutas, cereales y legumbres. El estudio ahora presentado también muestra carencias importantes de este nutriente en la mayoría de las mujeres analizadas.

Las conclusiones están lejos de ser definitivas, pero son de gran valor predictivo porque suponen un cambio de paradigma en este tipo de estudios. La mayoría de los trabajos sobre la materia se basan en datos obtenidos en mujeres que ya han iniciado su embarazo. En este caso, la comparación del estado nutricional antes y después de la concepción permite conocer mejor el estado en el que las futuras madres llegan a las primeras semanas de gestación y evaluar mejor la necesidad de suplementar su alimentación ordinaria.