Inmigración ilegal
Adou se queda en España, su padre seguirá en prisión
De la alegría al desencanto. La familia Ouattara, protagonista después de que su hijo Adou intentara entrar en nuestro país por la frontera de Ceuta metido en una maleta el pasado 7 de mayo, vivió ayer dos novedades bien dispares. Por un lado, al pequeño, de 8 años, le fue concedido un permiso de residencia temporal en España. Por otro, a su padre, Ali, acusado de un delito de tráfico de personas, le fue denegada la libertad condicional que pedía su defensa. En todo caso, y tal como afirmaron a este diario fuentes cercanas al caso, el abogado recurrirá la decisión de la jueza en breve. «Ali está muy agradecido y esperanzado después de todas las muestras de solidaridad, pero esta noticia ha supuesto para él una frustración», afirma a este diario Estanislao Naranjo, abogado de la Red Española de Inmigración.
Así, la Secretaria General de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo ha concedido al niño un permiso de residencia durante un año. Una decisión tomada por «circunstancias excepcionales», de acuerdo al Reglamento de la Ley de Extranjería–. «Es un caso desgarrador y hay que encontrar soluciones desde la Ley», afirmó Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad. Así, en menos de un mes, el pequeño podría volver con su madre a Fuerteventura. En todo caso, todavía se está a la espera de confirmar el resultado de las pruebas de ADN y de toda la documentación que pruebe la filiación del pequeño. Mientras, continuará en un centro de acogida tutelado por el Área de Menores de la Administración autonómica. La Red celebra la decisión, pero «peleará para que el permiso sea definitivo».
En lo que respecta a la puesta en libertad de su padre, se trata de la segunda vez que la jueza rechaza la petición de la defensa. En el documento se aduce al «riesgo de fuga» –«algo que se puede alegar siempre», afirma Naranjo–. Con todo, el abogado niega uno de los puntos: que se le haya denegado a Ali la libertad por «contar con bienes patrimoniales en el extranjero». Y es que, si el padre de Adou pudo pagar 5.000 euros a una red por traer a su hijo, fue después de ahorrar parte de su nómina de trabajo. Hay que recordar que la jueza habla en su escrito de su presunta responsabilidad en el «grave peligro» para la vida del menor y para su integridad física. Además, durante las diligencias previas celebradas en Ceuta, Lucie, la mujer de Ali, defendió a su marido, al que eximió de cualquier responsabilidad en lo ocurrido. «No es ningún criminal», afirmó la mujer, residente junto a Ali y a otra hija en Fuerteventura. El hecho de que el pequeño sufriera paludismo y de que su estado hubiera empeorado, motivó su dramática decisión de traerlo a España como fuere.
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