Accidente en Badajoz
Alega que consumió drogas, pero no ese día
La Guardia Civil detuvo ayer por la mañana a «Sotero» –como se conoce a Fernando Fernández Morillo en su pueblo, Castuera– el conductor de la retroexcavadora implicada en el trágico accidente del microbús que se ha llevado por delante la vida de cinco menores de un equipo de fútbol sala de Monterrubio de la Serena (Badajoz), tras dar positivo en el test de drogas a cocaína y cannabis.
El detenido, al que se le imputan siete delitos por imprudencia grave por la muerte de los cinco menores y los dos heridos graves, reconoció ante la Guardia Civil que consumía drogas, pero que ese fatídico día no había ingerido ninguna sustancia, tal y como informaron fuentes de la investigación; que negaron tajantemente que el detenido hubiera sido detenido previamente por ir demasiado rápido al volante o por tener algún atestado por drogas.
De ser cierta la versión de «Sotero», el test habría revelado restos de tomas consumidas un día antes, según precisaron fuentes de Tráfico de la Guardia Civil. Aunque según otros expertos consultados, los restos de drogas no pueden ser detectados cuando transcurren más de seis horas desde su ingesta.
El resultado del test de drogas, aunque dio positivo, no es una prueba definitiva sino provisional; de ahí que no se le haya imputado ningún delito por conducir bajo el efecto de esas sustancias estupefacientes. Al menos por ahora, ya que las pruebas del test de saliva serán enviadas a un laboratorio de La Coruña, en Galicia, para que sea contrastada mediante un análisis posterior.
En cualquier caso, «Sotero», que pasó todo el día de ayer detenido en el Cuartel de la Guardia Civil de Castuera, durmió anoche en la prisión de Badajoz, tras el atestado exhaustivo realizado por la Guardia Civil entregado al juez, que les felicitó por su trabajo. Mientras, en su pueblo natal, Castuera, donde «Sotero» vive con su madre, están asombrados de lo ocurrido; ninguno de los vecinos consultados tenía conocimiento alguno de que Fernando ingiriera sustancias psicotrópicas.
«''Sotero'' es un muchacho muy trabajador. Todo el pueblo le quiere. Y yo le quiero como si fuera mi hijo, porque empezó a trabajar con nosotros cuando tenía 14 o 15 años recogiendo vasos en el bar y lo hizo durante seis o siete años», afirma Manuela, cuyo hijo regenta un bar, Batikano.
Preguntada sobre las aficiones de F. F. M., Manuela asegura que «no tiene ninguna. No le da tiempo porque trabaja en el campo de los Tarines de 07:00 de la mañana a 21:00 o 22:00 de la noche. Además, también pone una caseta en las fiestas y se le llena. Es un ángel», dice Manuela.
Esta vecina hace estas afirmaciones después de que se hicieran públicos los resultados del test de drogas. Preguntada al respecto, Manuela no da crédito y explica que «''Sotero'' sólo piensa en trabajar». De hecho, novias, al menos Manuela, sólo le conoce la actual, «que trabaja en la asesoría Manuela López, con la que se quería casa este año o el próximo tras llevar como novios un año o un año y medio».
Lo que sí nos dice es que «a Fernando le dieron ayer noche algún tipo de sedante para que durmiera en casa de su madre porque estaba muy nervioso tras el accidente y tras las cinco o seis horas que le estuvieron interrogando». «Sotero» tiene dos hermanos, él es el mediano, y el único que vive en el pueblo que le vio nacer. En concreto, vive con su madre en una zona conocida como San Benito. Los dos hermanos, el menor casado el año pasado y el mayor padre de dos hijos, son albañiles. Al igual que su padre, que también es ganadero, según cuentan en el pueblo.
La opinión del resto de los vecinos consultados es muy similar. «Es muy gracioso y tiene muchos amigos», dice un vecino. En una de las panaderías aseguran que «no se rumoreaba nada de que consumiera drogas en el pueblo». Es eso mismo lo que les extraña en una de las peluquerías y a uno de los veterinarios. «Es un chaval al que le gusta salir como a todo el mundo, nada más», afirma Ambrosio González, veterinario del pueblo. Incluso los que llevan poco tiempo en el pueblo también aseguran que, «aunque no lo conozco más que de vista, pero le puedo decir que no es un sujeto conflictivo», afirma otra veterinaria del Centro Vetsalud.
En esta misma línea, otra vecina, Concepción Fernández Morillo asegura que «es un muchacho buenísimo. Queda mal decirlo, pero un accidente lo puede tener cualquiera. Es una desgracia. Se siente por una parte, pero también por otra, porque yo a quien conozco es a ''Sotero''. Y el caso es que nos ha extrañado un montón. Es un chico muy trabajador».
Otra vecina Paula Fernández Morillo, reconoce que sólo «le conozco de vista, pero hasta ahora no había oído que diera ningún problema». Por su parte, al conductor del microbús que iba en el momento del accidente al volante, J. G. B, no se le ha imputado ningún delito, según aseguraron fuentes de la investigación. J. G. B. sufre una úlcera corneal y, según la información del último parte del Servicio Extremeño de Salud (SES), recibió ayer el alta, ya que horas antes del cierre de esta edición tan sólo quedaba ingresado un adulto, así como dos menores de edad. Se trata del otro conductor del miniautobús. «Concretamente, del adulto de 77 años de edad, quien ha dejado ya la zona de observación en urgencias para ser ingresado en Medicina Interna, después de que se descartase una posible fractura de cadera. Su ingreso está motivado por su edad más que por la gravedad de sus heridas», informó en un comunicado el Gobierno de Extremadura.
Por otra parte, según han informado fuentes de la investigación, Fernando Fernández Morillo retiró la máquina a unos 50 metros del lugar del siniestro pero regresó nuevamente a la carretera, donde se lo encontraron los primeros agentes de la Guardia Civil que llegaron. La versión dada por el conductor, y que aparece en el atestado de la Guardia Civil, es que retiró la retroexcavadora de la carretera para no provocar otro accidente y regresó al lugar de los hechos, informa Efe.
El conductor del microbús, según estas fuentes, le recriminó que hubiera movido la máquina.
Los primeros agentes de la Guardia Civil de Tráfico que prestaron auxilio se encontraron con el conductor de la máquina agrícola en el lugar del accidente.
Sin embargo, fuentes cercanas al instituto armado han explicado a Efe que, según los testimonios de los chicos, en la retroexcavadora viajaban dos hombres en el momento del siniestro. Entonces, según las mismas fuentes, el conductor de la retroexcavadora continuó con su vehículo hasta una finca cercana, mientras que su acompañante se quedó en el lugar del accidente.
Esta versión también ha sido ratificada por el alcalde de Monterrubio de la Serena, Antonio Blázquez, quien ha precisado a los medios que se basa en los testimonios aportados por los chicos que viajaban en el microbús, aunque ha especificado que él desconoce si esto puede considerarse o no una huida.
Al parecer, según este relato de los hechos, el conductor de la maquinaria agrícola permaneció en su finca, muy próxima al lugar del accidente, y allí fue donde la Guardia Civil le practicó las pruebas de consumo de droga y alcohol.
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