Psicología

El motivo por el que revisamos varias veces si hemos cerrado el coche según la psicología

Este tipo de comportamiento está relacionado con un trastorno que, si no se trata a tiempo, puede agravarse

¿Por qué algunas personas revisan varias veces si cerraron el coche? Esto dice la psicología
¿Por qué algunas personas revisan varias veces si cerraron el coche? Esto dice la psicologíaPixabay

En el día a día, muchas personas sienten la necesidad de comprobar repetidamente si han realizado determinadas acciones cotidianas. Por ejemplo, es común que algunos revisen varias veces si han echado la llave de casa, si han cerrado bien el coche o si han desenchufado la plancha antes de salir. Otros se preocupan constantemente por haber cerrado la llave del gas o haber tirado de la cadena al terminar de usar el inodoro.

Esta inquietud puede convertirse en motivo de angustia, generando una sensación de constante duda y falta de seguridad en las acciones que dependen de nosotros mismos. Aunque a priori estos comportamientos parecen no tener importancia, para algunas personas se llegan a convertir en todo un desafío sobre todo cuando se experimenta con frecuencia.

¿Cuándo se convierte en un problema?

Revisar la puerta una o dos veces antes de salir de casa es algo que casi todos hemos hecho alguna vez, pero cuando la preocupación se convierte en una constante, es señal de que puede estar sucediendo algo más. Si, a pesar de haber confirmado que el coche está cerrado, la duda persiste y volvemos varias veces a comprobarlo, nos enfrentamos a un ciclo de angustia e inquietud que puede interferir seriamente en la vida cotidiana. Este tipo de comportamiento puede estar relacionado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), un problema que, si no se trata a tiempo, puede agravarse.

¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?

El TOC se caracteriza por la presencia de obsesiones, que son pensamientos o imágenes recurrentes que se sienten intrusivos y generan malestar. Ante estas obsesiones, la persona siente la necesidad de realizar determinadas conductas, conocidas como compulsiones, para reducir la ansiedad que le provocan. Por ejemplo, alguien puede sentir la urgencia de encender y apagar repetidamente un interruptor, o comprobar varias veces si la puerta de su casa está cerrada. Estas compulsiones no solo alivian temporalmente la ansiedad, sino que también refuerzan el ciclo de obsesión, manteniendo atrapada a la persona en un constante estado de vigilancia y duda.

TOC
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A largo plazo, las compulsiones no solo no solucionan el problema, sino que pueden aumentar el sufrimiento. En algunas ocasiones, las personas con TOC creen que, a través de estos actos repetitivos, pueden evitar eventos catastróficos. Así, pueden llegar a creer que si no realizan ciertas acciones (como lavarse las manos un número específico de veces), algo terrible ocurrirá, como enfermar gravemente. Este pensamiento, conocido como pensamiento mágico, es común en el TOC y lleva a organizar la vida en torno a estas obsesiones.

Es fundamental entender que, aunque estos comportamientos parezcan “lógicos” para quien los realiza, las consecuencias temidas suelen ser desproporcionadas y sin una base real.

La importancia de tratar el TOC

El TOC no solo afecta la calidad de vida de quien lo padece, sino que, si no se trata, puede derivar en otros trastornos, como la depresión o la ansiedad generalizada. Según expertos de Quirón, las compulsiones ofrecen un alivio momentáneo, pero a largo plazo generan más sufrimiento y deterioro funcional. Por esta razón, es esencial buscar tratamiento adecuado.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva para reducir las compulsiones y obsesiones. En esta terapia, la persona es expuesta gradualmente a los desencadenantes de sus pensamientos obsesivos, aprendiendo a tolerar la ansiedad sin necesidad de recurrir a las compulsiones. Además, en algunos casos se recetan medicamentos, como antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo, para aliviar los síntomas.