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Ciberseguridad

Así es el "jackpotting": la nueva estafa que permite a los infractores vaciar los cajeros automáticos en segundos

Este nuevo peligro acecha a todos los centros por medio de manipulaciones digitales con las que pueden tener acceso al sistema

Una mujer saca dinero en un cajero automático larazon

La ciberdelincuencia representa una amenaza creciente para individuos, empresas e instituciones. Con el avance de la tecnología y la expansión del acceso a internet, los estafadores han perfeccionado sus métodos para engañar a sus víctimas, ya sea por medio de correos electrónicos de dudosa fiabilidad, mensajes de texto con enlaces fraudulentos o llamadas de SPAM suplantando identidades, entre otras. Estas prácticas pueden provocar pérdidas económicas significativas a modo de hurto bancario con la adquisición ilícita de la información personal de la víctima.

Este fenómeno afecta especialmente a personas vulnerables como adultos mayores o usuarios con poco conocimiento digital. Además, la sofisticación de estas estafas dificulta su detección y hace que muchas veces las víctimas no se den cuenta del engaño hasta el precio instante en el que ya es demasiado tarde. A pesar de la gravedad del problema, la legislación no ha evolucionado al mismo ritmo que el delito digital y es así como en España, las reformas propuestas para solventar estos problemas no llegan en el momento adecuado. La falta de normativas específicas, así como la debilidad en la cooperación internacional y la limitada capacidad de respuesta de las autoridades, permite que muchos infractores queden impunes.

Incluso cuando existen leyes contra el fraude informático, los procesos judiciales suelen ser largos y complejos, y en muchos casos no contemplan las nuevas formas de delito en línea dando lugar a los miles vacíos legales que se encuentran dentro del marco. Esta falta de regulación efectiva no solo deja desprotegidas a las víctimas, sino que también fomenta un entorno propicio para que los estafadores continúen operando con relativa libertad y amplíen su campo de actuación a entidades con mayor poder. Tal es el caso de lo sucedido con este tema que, extrapolando la evolución a nuestros días, encontramos nuevas técnicas como la que hoy nos concierne que atañe, principalmente, a los cajeros automáticos.

¿Qué es el "jackpotting"?

Esta nueva invención de los delincuentes ha conseguido manipular el sistema digital de los cajeros con el fin de tomar el control sobre el mismo y, a partir de aquí, extraer grandes sumas de dinero que residen dentro del mismo. La técnica consiste en maniobrar sobre el software del terminal poniendo en practica distintas variables. Por un lado, el método físico implica abrir el cajero e instalar en su interior dispositivos que permitan controlar su funcionamiento desde el exterior y, por tanto, alterar el transcurso natural de la máquina. Por otra parte, en lo que se refiere al ejercicio digital, el uso de manipulación más frecuente consiste en infiltrarse vía malware.

De esta forma, una vez ya se tiene el control total del artilugio, extraer dinero en efectivo es relativamente sencillo y es así como el triunfo de esta técnica fraudulenta se está extendiendo por el mundo de la ciberdelincuencia. Asimismo, el registro de un cajero automático no es similar al de una tarjeta y, por tanto, la acción se notifica cuando este queda sin el músculo económico que antes poseía. Pero, por el contrario, si bien en primera instancia parece que su efecto repercute directa y únicamente sobre los bancos, la realidad es que puede llegar a tener cierta trascendencia sobre el cliente de a pie.

El efecto colateral contra los clientes del banco

La razón por la que esta técnica se encuentra en auge durante nuestros días es porque hay determinados centros que no ponen en valor el control que deberían tener estos dispositivos y, de esta manera, quedan a merced de los usurpadores que no desperdician la oportunidad. Por tanto, las autoridades consideran necesario que se realicen en los cajeros revisiones periódicas y se tengan en cuenta las transacciones realizadas.

Además, el peligro se sostiene en el tiempo y termina afectando al cliente que va a llevar a cabo una acción dentro del terminal. Otra de las técnicas que se encuentran en ascensión en la actualidad es el skimming. Este método supone la instalación de un dispositivo colocado encima de los cajeros de cobro automático para clonar la banda magnética de la tarjeta con la que se paga.