Los científicos exigen un pacto de Estado por la ciencia

El presupuesto proyectado para 2016 en ciencia aumentó un 0,36%. Sin embargo, la COSCE considera que los recursos destinados constituyen apenas «mercromina» para la «herida» que padece nuestro sistema

El presupuesto proyectado para 2016 en ciencia aumentó un 0,36%. Sin embargo, la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) considera que los recursos destinados a I+D+i constituyen apenas «mercromina» para la «herida» que padece nuestro sistema. Así, la COSCE, tras presentar esta mañana su análisis pormenorizado sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE), volvió a pedir un pacto de Estado por la ciencia, sobre todo ante una «situación de incertidumbre política como la actual». Y es que queda demostrada «la necesidad de establecer mecanismos que garanticen, al margen de los ciclos electorales, la máxima estabilidad en los recursos de la Ciencia, como elemento básico que es en el desarrollo económico y social del país». No en vano, entre 2009 y 2013 los recursos destinados cayeron más del 34%.

Los profesores José de Nó y José Molero, expertos del Instituto de Estudios de la Innovación (IREIN), señalaron que suponía una «buena noticia» la «mejora» de 269,94 millones en fondos no financieros, es decir, en subvenciones; pero los no financieros, los créditos, bajaron en 246,54 millones. Así, por primera vez en 60 años, el sistema de I+D+i ha caído, pasando del 1,4% del PIB hace seis años al 1,23% en 2014. Del mismo modo, recordaron que los presupuestos de ciencia descendieron un 34% en el período comprendido entre 2009 y 2013, lo que supone «el mayor descenso de un país europeo de la OCDE». «La recuperación de la ciencia no se consigue en un año, sino en una década o incluso en dos», aseguró ayer Molero.

Del mismo modo, la COSCE criticó que los presupuestos no ejecutados en I+D entre el período 2010-2014 sumaron 12.512 millones, de los que más de 11.500 correspondían a créditos. En todo caso, De Nó y Molero señalaron la importancia que tiene en este sentido la inversión privada en ciencia, que en el caso de nuestro país apenas supera el 50%, cuando debería contar con 10 puntos porcentuales más.