Uganda

Los monos también se constipan

El virus responsable del resfriado en humanos está afectando a los simios con resultados letales: han muerto 56 en Uganda.

Los monos también se constipan
Los monos también se constipanlarazon

El virus responsable del resfriado en humanos está afectando a los simios con resultados letales: han muerto 56 en Uganda

Algo les pasa a los chimpancés del Parque Nacional de Kibale en Uganda. De manera repentina, un número considerable de ellos ha empezado a moquear y estornudar. A veces estos monos se infectan y padecen síntomas similares. Pero no es normal que lo hagan tantos a la vez. La primera vez que se detectó este fenómeno fue en 2013, pero el brote de finales de 2017, que acaba de ser comunicado oficialmente, parece más grave: han muerto 56 animales con síntomas de lo que parece ser un simple resfriado común humano.

Entre los chimpancés muertos uno ha servido para tirar del hilo del caso. Se trata de Betty, un cría de dos años, cuyo cuerpo fue rescatado poco después de morir y pudo practicársele una autopsia. El resultado fue realmente sorprendente: según se ha publicado en la revista «Emerging Infectious Diseases», Betty murió de una infección por rinovirus C, el virus del resfriado común humano, un microorganismo que hasta ahora no se pensaba que pudiese afectar a ninguna otra criatura que no fuese de nuestra especie. El resfriado es una enfermedad fieramente humana. Pero quizás haya pasado la barrera de las especies.

El dato ha preocupado a las autoridades responsables de la conservación del chimpancé en los parques nacionales de todo el mundo. Los expertos se debaten ante un complejo dilema: el turismo y la investigación científica nos han acercado más que nunca esta especie hermana de la nuestra. Y de ese contacto puede que nos hayamos beneficiado ambos. La conservación en reservas naturales protegidas no sólo mejora la investigación sobre estos animales sino que los mantiene protegidos frente a la caza furtiva y la pérdida de hábitats. Pero ahora puede que el mismo hecho de tenerlos controlados los esté matando. Si nos acercamos a ellos para defenderlos, les podemos contagiar un virus mortal que a nosotros apenas nos hace cosquillas. Una epidemia masiva e incontrolada de resfriado común humano podría poner en peligro la supervivencia de la especie chimpancé.

¿Hemos permitido que vivan demasiado cerca de nosotros? Es evidente que para la ciencia y para el llamado eco-turismo, el acercamiento a chimpancés y gorilas es un valor. Con el tiempo, los animales se han ido habituando a la presencia humana tanto que ahora no es extraño que permitan la observación desde muy pocos metros de distancia. Científicos y curiosos comparten espacio con los animales y desperdigan por su hábitat virus a los que no están acostumbrados.

En el año 2015 el proyecto veterinario Gorila de Montaña llevado a cabo por expertos del Parque Nacional de Ruhengeri en Ruanda examinó 100 muertes de gorilas desde 1986. Se descubrió que la causa más habitual de fallecimiento era el traumatismo, provocado en la mayoría de los casos por la caza furtiva. Pero hubo un inesperado descubrimiento: 24 animales habían muerto por enfermedades respiratorias infecciosas. Destacaba entre ellas el virus de la gripe A.

El caso del rinovirus C es todavía más preocupante. Este microorganisno es una de las tres variedades de rinovirus que causa problemas respiratorios en humanos. Desde hace miles de años los seres humanos nos hemos constipado por su culpa incluso hemos muerto por sus efectos. Pero no fue identificado como agente infeccioso hasta 2006, cuando fue aislado mediante el uso de técnicas de investigación genética. Este virus puede ser especialmente agresivo en niños y utiliza un receptor celular específico para anidar en el organismo. De hecho, la actividad de ese receptor, regulada por la herencia genética, nos hace a unos humanos más propensos o menos a padecer resfriados.

Lo que ahora se ha descubierto es que los chimpancés también pueden tener ese tipo de receptores. La autopsia de Betty es reveladora: el virus que la mató se parecía sospechosamente al rinovirus humano y, de hecho, sus pulmones estaban afectados de una manera muy similar a como se afectan los pulmones humanos en las variantes más graves del resfriado.

Estudios de ADN extraído de excrementos de chimpancés en reservas de todo Uganda han venido a confirmar las sospechas: estos simios tienen receptores celulares extremadamente sensibles al rinovirus C. Los chimpancés están en riesgo de resfriarse masivamente. ¿Lo han estado siempre?

De momento, lo que sabemos es que el virus que mató a Betty y probablemente a sus congéneres ni era una versión mutada del virus humano. Era directamente el virus humano. A menudo existen variaciones de agentes infecciosos que afectan a una especie y se parecen mucho a las de otra. Eso quiere decir que no se produce contagio entre especies: cada modalidad infecta a su propia comunidad. Pero en este caso sólo parece haber una explicación: a Betty la contagió un humano. O, al menos, un humano contagió al paciente cero de la comunidad chimpancé que, posteriormente, extendió el mal entre sus familiares.

El hallazgo obliga a repensar la política de conservación de los chimpancés. En la actualidad se toman ciertas medidas para evitar el contagio cruzado de algunas enfermedades, pero el resfriado común es uno de los males más fáciles de transmitir que existen. Los humanos lo sabemos: un simple estornudo es suficiente para contagiar a alguien en nuestro entorno. Los humanos hemos aprendido a controlarlo relativamente bien, a pesar de que siguen muriendo cerca de dos millones de personas en el mundo por complicaciones con los rinovirus. Pero una epidemia de este mal en una inhabituada población de chimpancés podría resultar devastadora. Quizás nos hayamos acercado tanto a la especie que estemos en riesgo de acabar con ella.