Religión

Cobo, sobre el valle de los Caídos: “Se van a respetar los elementos religiosos que hay”

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, ha respondido a las preguntas en la sede de LA RAZÓN

Tras su discurso inicial, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo CVano, ha respondido a las preguntas de varios periodistas en la sede de LA RAZÓN.

Pregunta José Beltrán, responsable de Religión de La Razón y director de “Vida Nueva”

El acuerdo firmado con el Gobierno por Valle de los Caídos garantiza la presencia los benedictinos y el culto en la basílica. Da la sensación de que la Iglesia ha salido beneficiada y no se si es fruto de la capacidad negociadora de Cobo o hay algún peaje que no sabemos.

Cobo: Aún estamos en diálogo con muchos agentes. Hay que ver qué ha pasado y por qué se han removido las aguas. Hablamos de un monumento, bosque, carreteras elementos arquitectónicos... El Gobierno lo ha administrado a través de patrimonio y la Iglesia ha ido porque el estado le llamó porque hay una Abadía y una basílica. El actor principal es el Gobierno pero aparecen otras jurisdicciones internas. Los benedictinos tienen su jurisdicción propia con sus propias reglas de juego, Nunciatura, conferencia episcopal... Todos tienen que entrar en la interlocución y es necesario un enlace y me tocó a mi. No hemos marcado fechas ni sabemos lo que allí se significa. Estamos con una misión: orara por la paz, que para eso se puso, y para eso son las iglesias. Y para celebrar la eucaristías. Solo hemos dicho que las distintas jurisdicciones tengan su voz y el Gobierno pueda hablar con la abadía, con la basílica (Santa Sede). Yo soy interlocutor y estamos esperando qué proyecto va a haber allí. Solo sabemos que la comunidad sigue y la basílica y el culto en la basílica y se respetaran los elementos religiosos que hay alrededor.

Beltrán. La semana pasada en la Conferencia Episcopal se organizaron unas manifestaciones donde les acusaban de masones, traidores, y de ser un «judas», ¿Cómo se viven ese tipo de escraches?

Pues se vive mal pero yo creo que allí en la puerta había muchos tipos de gente. Había algunos que ya iban con alguna idea predeterminada porque con el Valle de los Caídos hay gente que lo ha querido teñir de un color y ahora han venido otros que lo quieren teñir de otro color y la Iglesia no entra ahí. Esto es lo importante. Hay algunos que quieren mantener lo suyo y otros que quieren mantener lo suyo. y en la puerta había gente de todo.

Pero cuando el obispo salió a hablar con ellos a la puerta (esto ocurre mucho con los obispos, cuando salen a hablar y a explicar las cosas a la gente) y les explicó muchas cosas, hubo mucha gente que decía: «Ah, pues no sabíamos esto». Y es que al final yo creo que muchos se han dejado llevar quizás por otros y luego es verdad que había otros que estaban más organizados y que querían... Pues no sé muy bien lo que querían de nosotros, si le digo la verdad. Como decíamos antes, yo estaba un poco perplejo ante la situación porque la «ocurrencia» ésta es que no ha sido nuestra, lo ha planteado el Gobierno así que quizás tendría más sentido que le preguntaran a ellos.

Pregunta Francisco Sánchez Paniagua, jefe de Sociedad de Onda Cero. ¿Qué opina de política migratoria del Gobierno? Por un lado, deja en manos de las comunidades la acogida de los menores pero no resuelve, por ejemplo, la situación de menores solicitantes de asilo.

Pues yo creo que con migración vamos respondiendo con soluciones a corto plazo. Creo que tenemos que sentarnos y hacer un Pacto de Estado porque no va a ser un problema puntual. Cuando estuve en la Conferencia de Florencia, muchas diócesis que tenían migración nos decían que, si habiendo necesidad de 7 millones de puestos de trabajo en Europa y y habiendo 22 millones de personas en el Sur del Mediterráneo, ¿ustedes creen que no van a venir? Es decir, no podemos ir poniendo parches. Necesitamos un Pacto de Estado que regule realmente la inmigración y atienda a los que llegan, que huyen de infiernos. Una vez, por ejemplo, emcontramos a una chica huía de granjas de mujeres desde Nigeria. ¿No la vamos a acoger? ¿En qué cabeza cabe? En nuestra sociedad, los que cuidan a nuestros padres, quienes llevan al cole a nuestro niños, a los que limpian nuestras casas, les tenemos sin papeles, no les podemos regularizar, ¿tampoco hacemos nada? ¿Pagarles en negro? ¿Por qué no atendemos todos estos problemas en general? Pero cuando hablamos con el Gobierno se nos habla de Bruselas pero debemos aspirar –y para esto el Papa Francisco ha sido muy valiente– a hacer un gran pacto europeo con la inmigración. Con restricciones no podemos poner puertas al campo. Cuando hablamos de menores son chavales, ponemos etiquetas pero tienen un nombre y un infierno. Hay padres que sortean a ver a qué hijo mandan a Europa. ¿Por qué no miramos humanamente eso? Necesitamos dar una respuesta común a esta realidad que es la que enriquece anuestra sociedad porque con el invierno demográfico que tenemos, decidme ¿quién va a venir? Tenemos que ser un poco sinceros y afrontarlo con todos los partidos políticos.

Hemos seguido todos la convalecencia del Papa ¿Cómo está realmente? ¿Está a favor de que renuncie?

Me decían que no ha perdido sentido del humor y sigue despachando. Va progresivamente recuperando la salud y movilidad, ha estado mucho tiempo en la cama. Parece que va a buen ritmo pero un mes o dos no se los quita nadie. La renuncia llegará cuando vea que no puede ser capaz de gobernar la Iglesia pero me temo que no es el momento.

Marta Chavero, jefa sociedad de Antena 3.

Si no me equivoco, el 23 de abril del 94 usted fue ordenado sacerdote, ¿Qué lleva a un abogado a tomar la decisión de ser sacerdote? ¿Cuándo y cómo usted siente la llamada de Dios y decide ir a por todas?

Creo que responde a una insatisfacción. Me veía terminando la carrera y diciendo «esto no, no me llena». Esto viene acompañado de dos razones muy potentes. Estaba en una parroquia y en Proyecto Hombre y aprendí dos cosas: que el Dios en el que yo creo no esta por ahí arriba, sino aquí y es capaz de verse, por ejemplo, en la muerte de un hijo por la droga. Eso fue un impulso. Y también en la parroquia donde estaba se plantea la pregunta no de qué quiero ser en la vida sino: ¿no tendrá Dios otro plan para mi? Me dio pereza pensar en el seminario y estudiar otra vez pero aprendí a rehacer. Sigo teniendo amigos de la facultad pero fueron las dos cosas: la insatisfacción y el clamor de Dios. No me resistí mucho porque Dios me ha ido empujando. Esa es mi experiencia y siempre tenemos gente buena alrededor y Dios nos va hablando y apoyando a través de la gente buena que tenemos alrededor. Siempre un abrazo a través de la gente buena de alrededor.

Hay 147 parroquias en Madrid, en su trayectoria como párroco, ¿cuál es ese momento de fe o persona que más le ha impactado? ¿Qué persona lleva en el corazón y recuerda ese momento de fe?

Tengo una pero lo que más echo en falta todos los días es la parroquia. Lo más bonito para un cura es el poder por las mañanas celebrar la misa y poder ir por el barrio y saber la historia de todo el mundo y que todos te conozcan y que si tienen algo puede ir a ti, que es una casa donde está abierta. Eso, el poder tocar a Dios ahí, lo echo en falta. Pero recuerdo especialmente un día que estaba en la parroquia y me traen a un niño, la Policía me lo trajo. El padre acababa de matar a la madre. Nos fuimos a la capilla, empezamos a rezar y la oración de aquel crío que era consciente de todo y lo único que me pregunta es lo siguiente. Le digo: «Vamos a rezar por mamá que está muy malita», y él dijo «ya esta en el cielo. Estoy muy triste porque ha sido mi papa», dice, pero pregunta: «¿Mi papá no va a ir al cielo?» Gran pregunta, ¿qué hubierais respondido vosotros? Dijo seguro que Dios entiende a mi papá. Ese niño, rezando en un momento dramático de su vida, es capaz de asimilar lo que ha pasado y quiere creer en un Dios que entiende lo que él no entiende. Ahora ya es mayor y es un cielo de persona. Yo quiero tener la fe de aquel niño.