Protocolo
Cómo colocar correctamente los cubiertos: la mayoría de personas lo hace mal
Descubre cómo el simple gesto de dejar el cuchillo y el tenedor en cierta posición puede cambiar por completo el mensaje
Cuando se habla de modales en la mesa, muchos piensan en no hablar con la boca llena, saber usar la servilleta o no apoyar los codos. Pero existe una regla no escrita que la mayoría pasa por alto, la forma en la que dejamos los cubiertos sobre el plato.
Este gesto, aparentemente inocente, comunica más de lo que imaginas. En restaurantes formales, banquetes o cenas de etiqueta, la colocación de los cubiertos es un verdadero código no verbal. Saber interpretarlo correctamente y sobre todo, utilizarlo bien puede evitar situaciones incómodas como que te retiren el plato antes de tiempo, o incluso ayudar a transmitir tu opinión sobre la comida sin abrir la boca.
No es solo protocolo
A diferencia de otros rituales de etiqueta que hoy suenan anticuados, este lenguaje sigue vivo y se utiliza activamente en la hostelería. Los camareros profesionales lo conocen y lo observan, especialmente en entornos donde se espera cierto nivel de formalidad o atención al detalle.
No hace falta ser un experto en protocolo ni vestir de gala para ponerlo en práctica. Solo necesitas conocer qué posiciones existen y qué significan. Te mostramos las más comunes aunque no universales para que no vuelvas a enviar señales equivocadas.
¿Todavía estás comiendo o solo hiciste una pausa?
Una de las confusiones más habituales ocurre cuando el comensal deja los cubiertos en el plato, sin intención de terminar, pero el camarero lo interpreta como un “he acabado”. ¿Cuál es la clave para evitarlo? La orientación de cuchillo y tenedor.
La próxima vez, si vas a hacer una pausa breve, deja los cubiertos separados entre sí, ligeramente inclinados hacia el borde del plato. Esta disposición sugiere que sigues activo en la comida, pero sin estar comiendo en ese momento. No los dejes cruzados ni paralelos, ya que eso sí podría interpretarse como “fin de servicio”.
¿Quieres repetir? Hay una manera de decirlo sin hablar
En contextos donde se sirven porciones individuales como en bodas, cenas organizadas o degustaciones, puede que quieras una segunda ronda. Para eso, existe una convención no verbal que lo deja claro sin tener que llamar al camarero.
La clave está en cruzar los cubiertos sobre el plato, formando una X abierta, con los mangos apoyados en los bordes. Esta colocación se interpreta, en muchos casos, como un “estoy esperando más” o “sírvame de nuevo, por favor”.
¿La comida no te gustó? También puedes expresarlo con elegancia
Aunque no se recomienda hacer ostentación del desagrado, existen formas discretas de expresar que algo no fue de tu agrado. Si quieres evitar una queja verbal directa, puedes dejar los cubiertos cruzados con un ángulo cerrado y los filos hacia dentro, tocándose.
Esta posición, si bien no es oficial ni estándar, transmite inconformidad sin crear tensión. Muchos camareros experimentados sabrán leer el gesto y entender que algo no ha ido bien.
¿Te encantó la comida? Hay forma de mostrarlo
Cuando una comida ha sido excelente, también puedes dejar constancia sin decir una palabra. La etiqueta clásica sugiere alinear los cubiertos de forma paralela, apuntando hacia la parte inferior derecha del plato. Es una manera elegante de cerrar la experiencia y dejar al equipo de cocina con buena impresión.
¿Ya has terminado? Indícalo de forma clara y correcta
El momento más importante es el final. Para indicar que el plato puede ser retirado, los cubiertos deben colocarse juntos y alineados, como si fueran una única línea diagonal o vertical. Esta señal es ampliamente comprendida y evita el clásico “¿ha terminado?” mientras estás todavía masticando el último bocado.
Un arte olvidado que vale la pena recuperar
Aunque muchas personas nunca han oído hablar de esto, el lenguaje de los cubiertos sigue vigente y puede marcar una gran diferencia, sobre todo si comes fuera con frecuencia o asistes a eventos formales. Es un gesto pequeño, pero con gran impacto que dice que sabes estar, que respetas al personal de sala y que entiendes las reglas del juego en la mesa.