Eurovisión

El misterio de los 323 puntos a Ucrania

El nuevo sistema de votos implantado en Eurovisión, que ya quieren cambiarlo, hizo que Australia, que dominaba la tabla de clasificación, perdiese el primer puesto por el televoto popular, que eligió a Ucrania

Jamala, ganadora de la 61º edición de Eurovisión festeja el triunfo con la bandera ucraniana
Jamala, ganadora de la 61º edición de Eurovisión festeja el triunfo con la bandera ucranianalarazon

El nuevo sistema de votos implantado en Eurovisión, que ya quieren cambiarlo, hizo que Australia, que dominaba la tabla de clasificación, perdiese el primer puesto por el televoto popular, que eligió a Ucrania

EEl miércoles se cumplirán setenta y un años del inicio de la deportación de los tártaros de Crimea bajo el mandato de Stalin. Hecho que aún hoy mantiene enfrentadas a Rusia y Ucrania. El sábado el mundo se colocó de parte de los ucranianos –al menos, musicalmente– y dio la victoria de Eurovisión a su representante Jamala con el tema «1944», escrito en homenaje a su abuela Nazylkhan, una de los más de 190.000 tártaros que fueron expulsados de la región. La victoria de Ucrania –la segunda de su historia– cogió por sorpresa a todos y puso en entredicho el nuevo sistema de votación implantado este año.

Semanas antes de comenzar el concurso eran muchos, incluidos entendidos y casas de apuestas, los que daban como claro ganador a Rusia. Años atrás, este pronóstico difícilmente hubiese fallado, pero, precisamente la poca intriga que despertaba el certamen es lo que llevó a la organización a cambiar el sistema de voto para llevar la intriga hasta el último momento.

Un vez finalizadas las actuaciones de los veintiséis países finalistas, los telespectadores tuvieron cuarenta minutos para poder votar por su ganador a través de la aplicación para móvil, por sms o por teléfono. Tras ello, comenzaron las votaciones con la novedad de que, por primera vez, el voto de la audiencia y del público se hizo por separado. El jurado lo realizó de la manera tradicional (doce, diez, ocho... y así hasta un punto) y después llegó el turno de la audiencia y con ello, el revuelo. Ante el desconcierto de participantes, televidentes y los propios presentadores, unos puntos aleatorios empezaron a sumarse a cada delegación. La falta de tiempo provocó qu no se detallase qué país había otorgado cada puntuación, sino que se sumaron los totales de todos ellos. Así, Australia, que dominaba con cien puntos de ventaja sobre Ucrania, vio cómo ésta obtenía 323 por parte del televoto –frente a los 180 que obtuvo la representante australiana– y era coronada como la vencedora de la noche ante la incredulidad de todos. Federico Llano, jefe de la delegación española criticó el sistema de votos porque «los puntos de los países vecinos hacen flotar a unos y caer a otros».

Jamala, la representante ucraniana, conquistó a la audiencia con una balada de claro mensaje anticomunista. «Ustedes se creen dioses, sin embargo todos mueren», reza el tema, a lo que hay que añadir un videoclip oficial que describe cómo los militares irrumpieron a la fuerza en el pueblo tártaro. Aunque muchas fueron las protestas debido a que Eurovisión no permite usar la política como trasfondo, finalmente la organización permitió la participación del país del Este. Tras la victoria, Jamela quisó lanzar un sencillo mensaje: «Le deseo a todo el mundo paz y amor».