Series a mesa puesta

El éxito de la ficción televisiva lleva a algunas producciones a explorar su vertiente culinaria a través de libros que recogen las recetas de los platos más famosos de la pequeña pantalla como «Del sofá a la cocina»

¿Cómo preparaba las costillas Freddy para que un político respetable y poderoso como Frank Underwood las convirtiese en un elemento imprescindible en su dieta? ¿Cuál era el secreto culinario de Carmela Soprano para que su marido disfrutase plenamente de un buen plato de lasaña? ¿En qué consistía el sandwich de sobras que ocupó todo un capítulo de «Friends»? ¿Y la tarta de cereza que tantas veces hemos visto en la pequeña pantalla? Éstas y otras preguntas relacionadas con la gastronomía seriéfila interesan a cada vez más espectadores. Pero gracias a la iniciativa de las cadenas de televisión o de particulares amantes de la ficción televisiva, ya han encontrado respuesta. Una vez más queda patente que el alcance del universo seriéfilo no tiene límites y además poder conocer la ropa que llevan nuestros personajes favoritos, los elementos que decoran los escenarios o los lugares en los que se rueda la serie, también es factible saber de qué se alimentan y cómo se hace el suculento plato que disfrutan en pantalla.

Los últimos encargados en hacerlo posible han sido Daniel López y Valentina Morillo, dos jóvenes españoles que gracias a una iniciativa de «crowfunding» han publicado recientemente el recetario «Del sofá a la cocina». Responsables, desde 2011, del podcast que da nombre al libro, Daniel y Valentina son dos jóvenes serieadictos que han llevado su pasión a uno de los aspectos más curiosos de las series: su gastronomía. El libro está ilustrado con imágenes de más de un centenar de platos, que se presentan acompañados de datos y curiosidades sobre el episodio y la serie en la que aparecen.

El plato de cumpleaños de Walter White, los rollos de canela que prepara Saul Goodman en el arranque de «Better Call Saul», el pollo a la Kiev de la reclusa Red en «Orange Is The New Black» o los «cupcakes» de «Dos chicas sin blanca» ya no tienen secretos gracias a esta fantástica recopilación de platos muy reconocibles para los seriéfilos. Porque en el libro tienen cabida todo tipo de ficciones y recetas, por lo que resulta apropiado para todos los espectadores. Desde los amantes de series autoconclusivas en cada episodio como «Castle» o «Bones», hasta los espectadores más exigentes, como los de «Fargo» o «True Detective». Sin olvidarnos de aquellos que añoran producciones como «Expediente X», «M*A*S*H» o «Urgencias». El libro además dedica un capítulo a la gastronomía típica de Acción de Gracias, y explica las razones por las que otros platos no han sido recogidos en el recetario.

Tradición italiana

Esta interesante iniciativa, que seguro que hace las delicias de los amantes de las series de televisión y la gastronomía, se suma a la creciente moda de publicar libros que recopilan las recetas más características de producciones muy conocidas y con un marcado carácter culinario. Uno de los primeros recetarios en traspasar la pantalla y llegar a las cocinas de los espectadores fue «The Sopranos Family Cookbook». Publicado en 2002, el libro está firmado por Allen Rucker, con recetas de Michele Scicolone. A lo largo de casi doscientas páginas repasa exhaustivamente la gastronomía italiana vista desde la óptica de la familia de mafiosos más conocida de la televisión.

A través del cocinero de «Los Soprano», Artie Bucco, el libro repasa los aspectos más característicos del modo de vida y las costumbres culinarias de los italianos. Al tiempo, describe muchas de las recetas más características de la celebrada cocina transalpina. Desde las salsas con las que acompañan innumerables platos de pasta, a los postres que gracias a la ficción han alcanzado la fama mundial, como los cannoli, el libro resulta imprescindible tanto para los amantes de la mítica serie como para los fanáticos de la gastronomía italiana. Porque en el devenir de la historia de Tony y su familia, la cocina era un ingrediente esencial tanto si se trataba de una reunión entre los más allegados como de una cita entre los clanes de mafiosos de la ciudad.

Huracán «Katrina»

En 2013 HBO publicó «Treme, Stories and recipes from the Heart of New Orleans», un libro magníficamente editado que contribuye a completar la historia firmada por David Simon, emitida entre 2010 y 2013. Firmado por Lolis Eric Elie, el volumen analiza los personajes principales de la ficción centrada en la Nueva Orleans devastada por el «Katrina» y los relaciona con las heterogéneas y numerosas recetas que componen la cocina criolla. El papel que más páginas ocupa es el de Janette Desautel, la cocinera interpretada por Kim Dickens. Gracias a ella la ficción describe los problemas que el huracán acarreó para la industria turística y gastronómica de la zona. En la creación de Elie, el lector podrá encontrar que la gastronomía es tan relevante como la historia de cada personaje. Además, reflexiona sobre aspectos muy característicos de la variada cocina criolla e indaga en las motivaciones de unos personajes tan brillantes para la televisión como incomprendidos por el público.

Más popular resultará «The Modern Family Cookbook», el recetario de la famosa comedia publicado recientemente. Avalado por la longevidad de la serie que en España emite FOX, y por el éxito de audiencia durante siete temporadas, el libro repasa la variedad de platos que el seguidor de la producción ha visto tras más de 150 episodios. De nuevo, las imágenes juegan un papel muy importante en la publicación, y los platos comparten protagonismo con algunas de las secuencias más reconocibles de la producción. Y con los personajes de la serie, ya que son ellos mismos los que presentan sus recetas preferidas para cualquier momento del día, desde los familiares y abundantes desayunos hasta los recurrentes sándwiches. Al igual que en «Modern Family», los orígenes del personaje interpretado por Sofía Vergara tiene un papel muy relevante en el libro, ya que, además de explorar en la heterogénea gastronomía californiana, también hay espacio para la cocina colombiana. E incluso para los churros con chocolate que su hijo prepara en la cuarta temporada. ¡Que viva la universalidad gastronómica!