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Lenguaje

Cuando decir 'Charo' humilla pero 'Cuñao' es gracioso: por qué el Ministerio de Igualdad politiza el lenguaje

El Insituto de las Mujeres, adscrito al Ministerio, señala que este término es un insulto y una herramienta esencial de la misoginia

El Instituto de las Mujeres, contra el término Charo EUROPAPRESS

Las redes sociales tienen un lenguaje particular, aunque muchas veces acaba calando en la sociedad pese a previamente esas palabras no se usaban o eran completamente desconocidas más allá del mundo digital. Los términos se hacen virales y no hay vuelta atrás, se instalan en el lenguaje habitual. Dos cada vez más repetidos son el de 'Cuñao' y el de 'Charo', aunque el Instituto de la Mujer ha elaborado un informe sobre este último llamado "Análisis del discurso misógino en redes: Una aproximación al uso de término 'Charo' en la cultura del odio".

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Con este informe, el Instituto de las Mujeres, adscrito al Ministerio de Igualdad, trata de alertar este sobre incremento del uso del término 'Charo' como insulto a las mujeres en las redes sociales, convirtiéndose en una herramienta esencial de la misoginia digital. Desde el Ministerio afirman esta palabra se dirige principalmente a mujeres vinculadas a la política y al feminismo, convirtiéndolas en objeto de burla y ataque como respuesta a sus propuestas de cambio social o a su defensa pública de los avances feministas.

¿Qué es el término 'Charo' y dónde nació?

El informe compartido por el Ministerio indica que este términio nació "como insulto comenzó a popularizarse en el foro digital Forocoches. El primer registro documentado data de 2011. En aquel momento, un usuario describía a una 'Charo' como una mujer soltera o divorciada, de más de 30 o 35 años, generalmente sin hijos, siempre amargada y viviendo sola". Desde el Instituto de las Mujeres se alude a que opera como significante vacío que permite aglutinar diversos resentimientos masculinos.

También denuncia que funciona dentro de las pasiones misóginas de la manosfera como objeto de indignación y desprecio. A su vez, el tono humorístico del que se dota al concepto, escondiendo la fuerte carga de violencia que subyace en su uso. Su idea es clara: reduce a las mujeres a una representación homogénea, degradada y situada jerárquicamente en una posición de inferioridad intelectual y social. A ojos del Ministerio, este estereotipo las presenta como inútiles, ridículas o ignorantes, reforzando dinámicas sociales de desprecio hacia las mujeres.

El Instituto de las Mujeres denuncia que bajo un mismo insulto se agrupan mujeres diversas que comparten un rasgo común: alejarse de las expectativas y roles de género asignados y ocupar un espacio público desde posiciones feministas. El término 'Charo' cuestiona su competencia, intenta deslegitimar su profesionalidad y opera como un mecanismo de castigo simbólico frente a su autoridad y autonomía. Esos discursos "configuran un auténtico ecosistema de hostilidad digital que busca desgastar la legitimidad de las mujeres en el espacio público y frenar el avance de derechos mediante la violencia simbólica", afirmó la directora del Instituto de las Mujeres, Cristina Hernández.

'Cuñao’ vs. ‘charo': ¿dónde está la diferencia?

El Ministerio de Igualdad pone el foco sobre esta expresión, pero deja de lado otro término que también se usa de forma negativa: 'Cuñao'. En este caso se utiliza para los hombres y, aunque no la RAE, la Fundéu explica la acepción: "El término cuñadismo se emplea sobre todo para referirse a la tendencia a opinar sobre cualquier asunto, queriendo aparentar ser más listo que los demás". La expresión "eres un cuñao" se usa de manera tan repetida como "eres una charo" en la sociedad actual y ambas de forma negativa.

Está completamente normalizado usar este adjetivo con personas que no aceptan los errores y creen tener la verdad absoluta y su uso también puede afectar psicológicamente a la persona que recibe ese adjetivo, pero lejos de ser considerado un insulto se entiende su utilización como algo gracioso y de lo que hacer chistes de forma cotidiana. Dos términos en absoluta tendencia que se analizan de forma opuesta.