Salud

Descubren que este inesperado objeto absorbe los ruidos de la calle

La contaminación acústica es uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud

La contaminación acústica es el segundo factor de estrés ambiental más dañino en Europa
La contaminación acústica es el segundo factor de estrés ambiental más dañino en EuropaUGRUGR

Las ciudades se han convertido en el epicentro de la contaminación acústica, que, pese a su invisibilidad, es terriblemente dañina para los humanos. Solo en Europa, el ruido causa 12.000 muertes prematuras al año y 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica. Además, 22 millones de personas sufren molestias crónicas y 6,5 millones padecen trastornos crónicos importantes del sueño.

La exposición en las ciudades a ruidos como el de obreros taladrando el suelo o el de un avión sobrevolando el cielo, difícilmente se puede evitar. Sin embargo, un grupo de científicos ha encontrado una solución en un inesperado objeto. Según un estudio publicado en el 'Journal of Applied Physics', las pelotas de ping pong podrían, con algunas modificaciones, ayudar a absorber el ruido de la ciudad.

Investigadores de la Universidad de Lille (Francia) y la Universidad Técnica Nacional de Atenas (Grecia) han ideado una metasuperficie acústica que utiliza pelotas de pimpón como resonadores de Helmholtz para crear un aislamiento acústico de baja frecuencia barato pero eficaz.

"Las pelotas de pimpón son objetos cotidianos muy conocidos, presentes en grandes cantidades en todo el mundo -señala Robine Sabat, de la Universidad de Lille y autora del estudio-. Nuestra motivación era utilizar estos objetos de fácil acceso para crear una estructura de paneles aislantes de baja frecuencia. Por tanto, las pelotas de pimpón presentan una alternativa económica a los aislantes acústicos tanto por su bajo coste como por su potencial reciclado".

Las metasuperficies acústicas son materiales especialmente diseñados para manipular las ondas sonoras. Esta metasuperficie utiliza pelotas huecas con pequeños agujeros perforados en cada una, modelando resonadores de Helmholtz. "El resonador de Helmholtz tiene la capacidad única de captar las ondas sonoras ambientales con precisión en su frecuencia natural y puede representarse como cavidades conectadas a su entorno a través de un cuello estrecho -explica Sabat-. La originalidad del trabajo consistió en considerar el efecto del acoplamiento entre dos resonadores, lo que lleva a la aparición de dos frecuencias de resonancia".

Más frecuencias de resonancia significaba que el dispositivo era capaz de absorber más sonido. Ante el éxito de dos resonadores acoplados, los investigadores añadieron más, hasta que su dispositivo se asemejó a una lámina cuadrada de pelotas de tenis de mesa pinchadas, multiplicando el número de frecuencias resonantes que podían absorberse. Ajustando el número de pelotas, el número de agujeros y el tamaño de éstos, los investigadores pudieron modificar las propiedades acústicas de la metasuperficie, demostrando que es posible diseñar un panel de absorción acústica sin materiales caros.

"El potencial de esta metasuperficie va más allá del aislamiento acústico -afirma Sabat-. Puede ampliarse para conseguir diversas funciones similares a las de otras metasuperficies. Estas funcionalidades abarcan la focalización del sonido, la reflexión acústica no convencional, la manipulación de la transmisión del sonido, etc.".