Opinión

Dios y el arte

La ocasión era celebrar el 50º aniversario de la inauguración de la Colección de Arte moderna y contemporánea de los Museos Vaticanos

Antonio Pelayo
Antonio PelayoLa RazónLa Razón

Seguramente el título de esta colaboración debería ser Dios y los artistas porque sin ellos el arte no existiría. Y esta realidad explica y justifica que el sábado, nada menos que en el suntuoso escenario de la Capilla Sixtina, Francisco recibiese a más de doscientos pintores, escultores, arquitectos, escritores, poetas, músicos, actores y directores de teatro, cine y televisión de todo el mundo.

La ocasión era celebrar el 50º aniversario de la inauguración de la Colección de Arte moderna y contemporánea de los Museos Vaticanos. Una iniciativa de Pablo VI que recogió, en poco tiempo, más de setecientas obras realizadas por autores como Picasso, Dalí, Rouault, Francis Bacon, Matisse y otros muchos.

El 7 de mayo de 1964 el Papa Montini celebró una Eucaristía en la capilla decorada por MIguel Ángel a la que asistieron más de un centenar de artistas. “Tenemos necesidad de vosotros- les dijo-.Nuestros ministerio tiene necesidad de vuestra colaboración. Pues, como sabéis, nuestro ministerio es el de predicar y hacer accesible y comprensible, más aún, emotivo el mundo del espíritu, de lo inefable, de lo invisible, de Dios”.

Ideas muy semejantes fueron las que expuso Francisco al dirigirse a su auditorio, impresionado desde luego, por el escenario escogido. ”El arte- les dijo- no puede ser anestésico, da paz pero no adormenta las conciencias, las mantiene despiertas. Con frecuencia vosotros los artistas intentáis sondear incluso lo más bajo de la condición humana, los abismos, ls partes oscuras. Nosotros no somos sólo luz y vosotros nos lo recordáis; pero es necesario lanzar la luz de la esperanza en las tinieblas de lo humano, del individualismo y de la indiferencia .Ayudarnos a entrever la luz, la belleza que salva·”.

En otro momento de sus discurso les aseguró: ”Sois los aliados del sueño de Dios. Una de las cosas que acercan el arte a la fe es el hecho de que molestan un poco. El arte y la fe no pueden dejar las cosas como están, las cambian, las transforman, las convierten, las mueven".