Trabajo

La educación del futuro

La Razón
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La escuela del futuro empieza hoy. Por ello, todo lo que empecemos a hacer ahora para mejorar la calidad y la equidad de la educación, es decir, para mejorar los conocimientos y el bienestar afectivo y social de todos nuestros alumnos es avanzar en la dirección correcta.

¿Qué pistas nos marcarían el camino? Aquellas que reflejan las principales limitaciones de nuestra educación y que indicarían el horizonte de nuestro esfuerzo: aumentar el presupuesto educativo con la finalidad de mejorar la educación infantil, dar más recursos a los centros que escolarizan a alumnos con dificultades y ampliar la formación profesional; ofrecer mayor autonomía a las escuelas para que desarrollen proyectos innovadores; favorecer el desarrollo profesional de los docentes en torno a su participación en proyectos innovadores y a la evaluación de su experiencia docente; y dar mayor importancia a la educación social y emocional de los alumnos.

Uno de los factores importantes para mejorar la educación sería animar y apoyar a los docentes para que utilicen en su aula metodologías activas y personalizadas. La incorporación de estas estrategias en proyectos colectivos y la posibilidad de desarrollar actividades interdisciplinares con una mayor conexión con el entorno social y comunitario son también elementos importantes para el cambio en la enseñanza.

El liderazgo pedagógico, y no solo de gestión, de los equipos directivos y la transformación de los espacios de enseñanza y de aprendizaje facilitarían este cambio. Todo ello necesita un nuevo planteamiento sobre la jornada escolar y sobre el tiempo de los docentes para el ejercicio de sus cada vez más amplias y exigentes funciones.

Si todos estos compromisos se incluyeran en el pacto educativo que actualmente se discute, estaríamos construyendo la escuela del futuro...y la del presente