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«El juez tiene la última palabra, pero nos los van a quitar»

Tras la vista oral de ayer, las dos familias españolas adoptantes en Etiopía desde abril pierden la esperanza. Creen que los niños volverán al orfanato

La madrileña Sonia Alonso, con Mikel en Adís Abeba (Etiopía), y Jerónimo Moltó con su hijo Mario larazon

Sonia Alonso está cansada, contesta a los mensajes de WhatssApp como puede –la conexión a internet de su hotel en Adís Abeba (Etiopía) tampoco ayuda–. Acaba de regresar, junto a su esposo, Rubén Fernández, de una vista judicial que determinará el futuro de su hijo Mikel Tamirat, con el que han convivido en el mismo hotel durante cuatro meses. Junto a ellos, otra pareja de españoles, Silvia Pons y Jerónimo Moltó, se encuentran en la misma situación que ellos. También llegaron el pasado 31 de marzo al país africano. Las dos parejas habían recibido la notificación de la Corte Federal de Etiopía que les concedía la adopción. En el caso de Silvia y Jerónimo, de su hijo Mario Tynsae.

Las dos parejas habían volado juntas con la esperanza de que en 15 días pudieran regresar a sus casas en España junto a los dos menores. Sólo quedaban dos trámites menores: obtener el pasaporte y el certificado de nacimiento de sus hijos. Pero pasaban los días y la documentación no llegaba. Fue en un juicio cuando conocieron cuál era el motivo de tanta demora. De acuerdo con el magistrado etíope, sus adopciones habían sido revocadas porque uno de los documentos lo habían falsificado. Concretamente, acusaron al director del orfanato en el que vivían los menores de que había falsificado la firma de uno de los documentos, el que debe rubricar el Ministerio de Asuntos de la Mujer (MOWA), el órgano que decide sobre cada adopción.

La posible corrupción del responsable del centro es la que obligó a las dos parejas a entregar a sus hijos el pasado 11 de agosto. Sin embargo, el proceso judicial en el que están inmersos ahora es el de la readopción, y para decidir sobre esto, los Estados del Sur –área a la que pertenece el orfanato de los dos menores– son «los que tienen la última palabra. Ellos deciden y no quieren darnos a los niños en adopción», explica al otro lado del teléfono a LA RAZÓN Jerónimo Moltó.

Las dos familias no han dejado de luchar para que su caso no quede en el olvido y el Gobierno español les ayude a que los dos menores vuelvan con sus padres. De ahí que uno de los amigos de la pareja creara una petición en Change.org para que el Ministerio de Asuntos Exteriores tomara cartas en el asunto y les ayudara. Ya se han adherido 77.000 personas. «A raíz de esta petición es cuando el Gobierno se ha empezado a interesar por el caso. Creemos que se ha producido una falta de sensibilidad por parte de Exteriores. Si hace dos meses nos hubieran hecho caso, tal vez no estaríamos en esta situación», añade Moltó.

A la cita judicial acudieron las dos parejas con su abogada y el apoyo de la cónsul española, a la que agradecieron todo su apoyo, ya que «nos está acompañando a todas las vistas y reuniones». En la vista no sólo plantearon sus argumentos los padres de Mikel y Mario, sino que un representante de los Estados Regionales del Sur, aseguró, como cuenta Moltó, que «los orfanatos se mantienen con ayuda de organismos internacionales como Unicef». Que se jacten de estas ayudas es lo que más enerva a los padres de los menores. Y es que después de haber pasado meses con sus padres, los dos niños han regresado a uno de estos centros, a la espera de una decisión firme de la Justicia etíope en la que los padres no ponen muchas esperanzas. «Nos han dejado claro que el Sur es el que tiene la última palabra y no nos los van a dar, aunque incumplan todas las leyes nacionales». Todavía esperan que la diplomacia pueda ayudar, aunque no descartan tener que acudir a instancias más elevadas.

De vuelta a su habitación, las parejas no paran y su movilización continúa. Han creado un vídeo en YouTube que esperan que se convierta en viral para seguir luchando por sus hijos. «Los que están pagando el fallo del Gobierno etíope son los niños. No han tenido en cuenta que estos menores ya han sufrido varios desarraigos y en los meses que estuvieron con nosotros nos llamaban mamá y papá». Habían formado dos nuevas familias.

Jesús Palacios, profesor de Psicología evolutiva y experto en adopciones de la Universidad de Sevilla, asegura que «es muy probable que los niños hayan creado ya apego durante el tiempo que han estado con las familias y volver a los orfanatos les puede afectar. Tienen una primera fase de protesta en la que se enfadan, lloran y tienen problemas para dormir. El resto de la estancia en el centro la pasan con tristeza. No son niños felices.» Aunque, como afirma el experto, si Rubén, Sonia, Silvia y Jerónimo consiguen readoptarlos con su lucha, «no les quedarán secuelas si se reintegran pronto». Y sus padres van a pelear porque se haga realidad.