Policía
El «ritual» del crimen de Asunta
El móvil del crimen, además del traslado del cadáver, centra en estos momentos la labor de los investigadores sobre el homicidio, o asesinato, de Asunta Basterra, cuyo sumario instruye el juez Vázquez Taín. Con respecto a los motivos que indujeron al autor, o autores, a matar a la niña, no se descarta ya ninguno (aunque en principio se hablara del económico), ni siquiera el sexual o el ritual, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto.
«En un asunto tan complejo no se puede desechar ninguna línea de investigación, por extraña que parezca, ya que nos encontramos ante un caso en el que, probablemente, cuando el fiscal pueda elevar su informe de cara al auto de procesamiento, o no, se podrían conocer datos sorprendentes para la opinión pública», agregaron.
Hay que tener en cuenta que este caso será sustanciado, cuando proceda, una vez que el juez instructor concluya las investigaciones y eleve las conclusiones correspondientes, por un jurado popular, lo que aumentará aún más, si cabe, la atención mediática que está teniendo.
Los resultados del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, cuyos agentes dedican todas las horas posibles al caso, van a resultar fundamentales a la hora del esclarecimiento del crimen. Conscientes de ello, trabajan con la mayor minuciosidad, para que no se escape ningún detalle que pueda ser relevante para las investigaciones.
De hecho, de las 90 evidencias que se trajeron de los registros efectuados en los distintos domicilios de la familia Basterra-Porto y del lugar en el que apareció el cadáver, a día de ayer tan sólo habían sido informadas 11. Los resultados han sido elevados ya al juez instructor.
Los trabajos periciales han dado, además, nuevas pistas. De ahí, tal y como informó este periódico en su edición de ayer, es muy probable que el juez Vázquez Taín ordene nuevos registros, en especial en los coches de los padres de la niña, que permanecen custodiados por la autoridad judicial desde que fueron detenidos y, posteriormente, ingresaron en prisión. Los nuevos registros darían lugar a otras evidencias que deberían ser investigadas por el citado Laboratorio de Criminalística.
Por lo que respecta a la cremación del cadáver de la niña, que desde algunos medios se ha juzgado precipitada y perjudicial para la investigación, las citadas fuentes subrayan que el juez la autorizó después de consultar a los forenses. Cuando éstos le comunicaron que ya tenían en su poder todas las evidencias necesarias fue cuando se permitió dicha cremación. En ningún caso, aseguran, se han perdido pruebas, todo lo contrario.
Fue precisamente la autopsia, de la que no se dan más detalles por razones obvias, la que permitió determinar que Asunta no había ingerido, en la comida del sábado en el que se la dio muerte, las famosas albóndigas en la que, al parecer, se han encontrado el tranquilizante con el que fue sedada la niña, pero que no fue el causante de la muerte.
Cuando se procedió al registro de uno de los domicilios, en el figrorífico se encontraron restos de la comida del citado sábado, entre ellos las de las albóndigas, lo que parecería avalar que los padres nada tenían que ver con el crimen, ya que, en caso contrario, se habrían desecho de una prueba tan concluyente. En la autopsia queda claro que ingirió otro tipo de comida, que no se revela por razones operativas.
En la autopsia, en la que estuvo presente el juez, al igual que en las cuatro horas que duró el levantamiento del cadáver, se tomaron todas las pruebas precisas y se indagó en el origen de la muerte de la niña (asfixia por sofocación). Se dispuso de todo el tiempo necesario y fue por ello que se autorizó la cremación del cadáver solicitada por los padres, lo que no deja de llamar la atención. A este respecto, cabe preguntarse si no hubiera sido más lógico que unos progenitores a los que les han matado a su hija hubieran preferido mantener el cadáver a disposición de la Justicia antes de proceder a la cremación, en cuanto fue posible.
Enfermos de lupus
Enfermos de lupus se han dirigido en los últimos días a la administración de justicia gallega para quejarse de la publicidad que se ha dado a esta enfermedad que, al parecer, padecía la madre de Asunta. Estas personas querían dejar claro que el hecho de padecer esta dolencia nada tiene que ver con posibles brotes de violencia o con otro tipo de actitudes que puedan conducir a cometer delitos.
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