Política hidrológica

Tregua en la guerra del agua

El Tribunal Supremo paraliza el trasvase Tajo-Segura porque asegura los caudales ecológicos en Toledo, Talavera y Aranjuez. «Esto nos hace mucho daño», lamentan los regantes del Levante.

Plan hidrológico del Tajo
Plan hidrológico del Tajolarazon

El Tribunal Supremo paraliza el trasvase Tajo-Segura porque asegura los caudales ecológicos en Toledo, Talavera y Aranjuez. «Esto nos hace mucho daño», lamentan los regantes del Levante.

«Quien fuere capaz de resolver los problemas del agua será merecedor de dos premios Nobel, uno por la paz y otro por la ciencia». Lo predijo Kennedy hace cincuenta años y lo ha advertido la ONU recientemente: las próximas guerras serán por este preciado líquido. Según comunicó recientemente su secretario general, Antonio Gutierres, en 2050 una cuarta parte de la población mundial vivirá en zonas con una falta de agua crónica. Así que, o se gestionan bien los recursos hídricos –y se implementan políticas activas contra el calentamiento global y la desertificación– «o aumentarán las tensiones entre naciones».

Lo que no especificó Gutierres es que las peleas ya se están empezando a producir entre comunidades de un mismo país. En España, Castilla-La Mancha y el Levante llevan años en pie de guerra para evitar un escenario a lo «Max Mad», un mundo apocalípto, desértico, sin agua, donde el Gobernante de la Ciudadela chantajea a la población con cortar el poco suministro que hay para que le obedezcan siempre.

El trasvase Tajo-Segura ha sido desde hace años una fuente de conflictos entre ambas comunidades. Castilla- La Mancha quiere paralizarlo porque estima que no hay caudal suficiente en algunos tramos y llevaría a un desastre ecológico en zonas como la de Entrepeñas y Buendía, y también en Toledo, donde el río baja muy contaminado. Murcia, Valencia y Almería sostienen, por su parte, que sus regadíos no pueden subsitir sin él. Ahora, el Tribunal Supremo ha tomado parte en la contienda y ha anulado varios puntos del Plan Hidrológico por el que se regula el trasvase. La razón: no fija caudales ecológicos en Aranjuez (Madrid), Toledo y Talavera de la Reina (Toledo) y que, afirma, «deben de establecerse para evitar la degradación ambiental del curso de agua del río, su cauce y su ribera».

El recurso ante el Supremo fue interpuesto en 2016 por la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche de Talavera de la Reina, la asociación GRAMA (Grupo de Acción para el Medio Ambiente), la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo, el Ayuntamiento de Mantiel (Guadalajara) y la asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía. En una sentencia con fecha del 13 de marzo, el alto tribunal declara la nulidad de varios artículos del Plan Hidrológico del Tajo, por el que se aprobaba la revisión de los planes de varias demarcaciones hidrográficas, así como la resolución por la que se formula declaración ambiental estratégica.

La Sentencia estipula que no se han fijado caudales ecológicos expresamente en Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina, sino solo los caudales mínimos determinados por la legislación de 6 metros cúbicos por segundo en Aranjuez y 10 metros cúbicos por segundo en Toledo y en Talavera de la Reina. Y también establece que los pantanos de Entrepeñas, Buendía y Bolarque, en la cabecera del Tajo, deben garantizar de manera prioritaria tanto las demandas de la cuenca del Tajo como sus necesidades ambientales.

La resolución del Tribunal Supremo ha sido muy aplaudida por las asociaciones demandantes, porque deja el trasvase «prácticamente liquidado», valoró el portavoz de la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche, Miguel Ángel Sánchez. Si bien la noticia ha sido celebrada en Castilla-La Mancha, en el Levante ha caído como un jarro de agua fría. Sobre todo para los regantes del sur, que dependen del Trasvase Tajo Segura. En total, unos 80.000, sumando los de Almería, Murcia y el sur de Alicante. «Esto nos hace mucho daño», lamentó el presidente de la Comunidad General de Riegos de Levante, Javier Berenguer. Los agricultores temen que esta decisión suponga el fin del traspaso de agua. «Es un palo muy grande», critican y esperan poder mantener una reunión esta semana en el marco del Sindicato Central de Regantes y explorar las posibilidades que pueden tener para que esto no suponga el cierre el trasvase.