Inmigración

España, más multirracial

Se recupera la inmigración después de los años de la crisis económica, aunque los extranjeros apenas son el 10 por ciento de la población residente

España, más multirracial
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Se recupera la inmigración después de los años de la crisis económica, aunque los extranjeros apenas son el 10 por ciento de la población residente.

España vuelve a ser un destino atractivo para los inmigrantes, como demuestran los últimos datos del INE, referidos a 2017, que dan cuenta de la llegada y empadronamiento de 532.483 nuevos residentes. Aunque estamos lejos de los flujos migratorios registrados en la primera década del siglo XXI, el cambio de tendencia es evidente. Se trata, también, de una inmigración más pausada, con viajes de ida y vuelta, entradas por estudios y salidas temporales por razones familiares, que son muestra de que la facilidad de tránsito de nuestros tiempos afectan a los comportamientos de indígenas y foráneos.

Al número total de extranjeros empadronados a 1 de enero de 2018 cabría sumarles, a efectos meramente estadísticos, las nacionalizaciones registradas en la última década porque explican la relativa caída de los ciudadanos de origen iberoaméricano o marroquí con respecto a los de otras nacionalidades. Así, aunque los británicos y los italianos figuran entre las colonias más numerosas, hay que tener en cuenta que el grueso de las nacionalizaciones desde 2009, con cerca de un millón de nuevos españoles, correspondió a ciudadanos originarios de Marruecos –migración de hondas raíces históricas–, Ecuador, Colombia y Bolivia, que gozan del derecho a la doble nacionalidad, como el resto de los iberoamericanos. En los próximos años, las estadísticas registrarán por la vía de las nacionalizaciones, la incorporación de nuevos países al flujo migratorio general, como es el caso de los venezolanos, que son los emigrantes que más han crecido en España a causa de las difíciles condiciones de vida y ausencia de libertad en su país, los paraguayos y los hondureños.

También suben los mexicanos, especialmente por los viajes de estudios, y empiezan a llegar los primeros nicaragüenses. Los extranjeros de origen subsahariano son los menos, apenas 200.000, con mayoría de senegaleses, nigerianos y gambianos. La razón es que la mayoría de los que llegan irregularmente por vía marítima prefieren instalarse en otros países, como Francia, Bélgica o Países Bajos, donde ya tienen lazos familiares. Por último, decir que España registra los mejores índices de integración de la población foránea.