Naturaleza

Estas son las plantas que más rápido brotan tras un incendio forestal

La dinámica de regeneración natural ha sido, hasta ahora, un mecanismo eficaz para mantener la diversidad y la estabilidad de los bosques

Los incendios han quemado más de 362.000 hectáreas en toda España entre el 1 y el 21 de agosto, según Copernicus
Los incendios han quemado más de 362.000 hectáreas en toda España entre el 1 y el 21 de agosto, según CopernicusEuropa Press

Los incendios forestales se han convertido en una de las emergencias ambientales más preocupantes de cada verano en España. Miles de hectáreas de monte arden cada año, dejando tras de sí un paisaje desolador de troncos ennegrecidos y cenizas que parecen anunciar el fin de toda forma de vida. Aun así, la naturaleza guarda un as bajo la manga: la capacidad de regenerarse. Apenas unos meses después de un fuego, pequeños brotes verdes comienzan a asomar entre el suelo calcinado, recordándonos que el ciclo de la vida persiste incluso en los escenarios más dramáticos.

Lo que a simple vista podría parecer un milagro es, en realidad, fruto de millones de años de adaptación. En ecosistemas mediterráneos, el fuego no es un agente extraño, sino un elemento recurrente con el que muchas especies han aprendido a convivir. Algunas han desarrollado semillas protegidas por cubiertas tan duras que solo el calor extremo consigue abrirlas. Otras almacenan reservas en raíces y rizomas que, tras el incendio, les permiten rebrotar con rapidez.

Los ecólogos denominan a estas especies "pioneras", ya que son las primeras en ocupar el terreno devastado. Su papel resulta crucial: ayudan a fijar el suelo, dificultan la erosión, retienen la humedad y crean las condiciones necesarias para que con el tiempo puedan volver a instalarse arbustos y árboles de mayor porte.

Entre las plantas que con mayor rapidez aparecen tras un incendio destacan las hierbas anuales y diversas gramíneas. Gracias a su rápida germinación y a la facilidad con la que sus semillas se dispersan, cubren el suelo en las semanas posteriores al fuego, devolviendo alimento a pequeños herbívoros y frenando el avance de la erosión.

En zonas más húmedas y de montaña, los helechos son un clásico de la recuperación temprana. Sus esporas, resistentes y abundantes, encuentran en las cenizas un sustrato lleno de nutrientes para extenderse en poco tiempo.

El ecosistema mediterráneo aporta un elenco de especies adaptadas como pocas al fuego. Las jaras germinan mejor tras el calor intenso, mientras que la retama resurge vigorosamente desde las raíces. El palmito, la única palmera autóctona de Europa, sorprende por su dureza: resiste altas temperaturas, suelos pobres e incluso incendios, formando densos rodales que cubren de verde zonas quemadas apenas un año después.

Palmito
PalmitoWikipedia

El turno de los árboles llega de la mano de especies como el pino resinero, cuyos conos serótinos liberan las semillas únicamente tras la exposición al calor de las llamas. También las quercíneas (encinas, robles o alcornoques) demuestran una gran capacidad de resistencia: aunque sus copas se destruyan, sus raíces profundas conservan la energía suficiente para lanzar nuevos brotes verdes en cuestión de meses.

Pino resinero
Pino resineroDiputación de Málaga

El futuro de los bosques

La dinámica de regeneración natural ha sido, hasta ahora, un mecanismo eficaz para mantener la diversidad y la estabilidad de los bosques. Sin embargo, la ecuación está cambiando. La crisis climática está provocando incendios más extensos, más intensos y de propagación mucho más rápida. En estas condiciones, los suelos pueden quedar tan erosionados o sobrecalentados que las semillas no lleguen a sobrevivir.