Papa Francisco
Fuerza para luchar contra la miseria
Este viaje del Papa Francisco a Cuba es una nueva bendición de Dios. Es el tercer viaje papal que Mensajeros de la Paz tiene la ocasión de hacer a Cuba. Con Juan Pablo II y con los Reyes de España inauguramos el Teléfono Dorado para los mayores en La Habana.
Con Benedicto XVI se abrió la residencia para sacerdotes jubilados en la que se atiende a hombres que han dado su vida por los demás. Y con el Papa Francisco vamos a visitar dos comedores que estamos poniendo en marcha y en los que tenemos puesta mucha ilusión todos los que hacemos mensajeros.
El Papa Francisco es un hombre que dice que hay que estar con los pobres, tocarles, mirarles a los ojos y quererlos. Es un ejemplo para todos nosotros y nos orienta sobre lo que tenemos que hacer en una sociedad tan dura y difícil como la actual con hechos tan inexplicables como el éxodo de los refugiados.
Cuba nos ha recibido desde hace 15 años siempre bien gracias al apoyo y el cariño del Cardenal Ortega.
El pueblo de Cuba es profundamente religioso, mariano. Hemos estado en los santuarios y visitado la Virgen del Cobre. Hoy nos sentimos en Cuba como en casa.
Creemos que el Papa va a insistir en que las diferencias religiosas y políticas deben terminar. Su trabajo ha sido fundamental para que Cuba y Estados Unidos hablen y restablezcan las relaciones diplomáticas rotas desde hace cincuenta años. La Habana ya no está aislada gracias al trabajo de nuestro Papa que ha convencido a los dos países de que el diálogo es vida.
Este Papa une voluntades sobre conciencias, sobre políticos, mueve personas y predica con el ejemplo la paz. Francisco está herido porque ha visto la pobreza y la miseria que tiene que soportar mucha gente y nos exige que luchemos contra ella.
Ahora está dolido por la guerra de los refugiados y por la muerte de mártires cristianos. Está herido de ver sufrir a la gente. Le gusta besar a los niños, a los mayores, a los enfermos,...
Veo en él al Jesús de hace dos mil años. Cada vez que tengo un encuentro con el Papa cojo fuerza para seguir luchando y siento que les sucede lo mismo a los que están cerca de mí. A los cubanos les llega el Cristo del siglo XXI y seguro que nos va a decir cosas importantes y nos animará a querernos, a luchar, rebelarnos contra la miseria y a tener misericordia.
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