Cónclave

«No hay prisa por la fumata blanca, nos estamos conociendo»

Los cardenales electores reclaman más tiempo antes de poner nombre al Sucesor de Pedro

El cardenal Jean Paul Vesco, ayer, con unos feligreses
El cardenal Jean Paul Vesco, ayer, con unos feligresesMASSIMO PERCOSSIEFE/EPA/

En paralelo a lo que sucede dentro del Aula Nueva del Sínodo, muchos son los cardenales que comparten sus impresiones con los medios de comunicación apostados en la entrada del Santo Oficio. Entre ellos, no se encuentra ninguno de los favoritos en las quinielas que, desde hace días buscan otros accesos alternativos libres de prensa.

El cardenal arzobispo de Tokio, Tarcisio Isao Kikuchi, se estrenó ayer ante los medios. Para el pastor japonés, aunque no se conocen todos los cardenales porque para la «mayoría» es su primer cónclave, la elección no se alargará más de tres días. A la par, enfatizó la importancia de la «sinodalidad», una de las principales apuestas de Francisco para promover la participación lo mismo de obispos que de cristianos de a pie en una estructura más horizontal.

Kikuchi también negó que existan tensiones entre conservadores y progresistas, y aseguró que en el cónclave no está involucrada «la política» pero sí «quizá el dinero». «Tenemos que trabajar juntos», remarcó desde una llamada a la comunión.

«Será un cónclave de algunos días porque no podemos votar a quien no conocemos», aseguró a Efe el cardenal Louis Raphael I Sako, patriarca de la Iglesia caldea de Irak. Y explicó que se necesita «un Papa que conozca la sociedad de hoy, que sepa dialogar, ocuparse de los pobres y de la paz en el mundo». «Después de Francisco, el mundo sigue adelante y cada día hay novedades, el Papa tiene que leer las señales de tiempo y no encerrarse en su palacio», enfatizó Sako.

En esta misma línea, el cardenal arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomalí Garib, expresó que estos días han sido «una riqueza», porque se ha podido conocer a personas «que trabajan en Mongolia, con los pobres, en América Latina» y que es «una herencia que deja el Papa Francisco».

«No hay prisa por la fumata blanca, que dure lo que sea necesario», dejó caer por su parte el cardenal Jean-Paul Vesco, arzobispo de Argel, que bromeó incluso al ser preguntado por la posibilidad de que sea elegido un Pontífice francés: «Incluso un argelino estaría bien».

«¿Nuevo Papa? Aún no tenemos nombre, apenas lo estamos discutiendo. El cónclave empieza el 7, nos estamos conociendo en las congregaciones», comentó el cardenal paquistaní Joseph Coutts, arzobispo metropolitano emérito de Karachi.